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Cinco trucos para atraer polinizadores a su jardín y llenarlo de vida

Si ha considerado tener un jardín para polinizadores, aquí le damos algunos consejos para que pueda ser el mejor.

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Leidy Barbosa
26 de septiembre de 2025 - 05:25 p. m.
A los colibrí los atrae las flores con colores rojo, naranja y tonalidades entre rojo y morado.
A los colibrí los atrae las flores con colores rojo, naranja y tonalidades entre rojo y morado.
Foto: Veronika_Andrews
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¿Sabía que un simple jardín puede convertirse en un verdadero santuario de vida? Más allá de ser un espacio verde, puede transformarse en un punto de encuentro para abejas, mariposas, colibríes e incluso murciélagos, los héroes silenciosos de la naturaleza. A través de flores, refugios y prácticas amigables, es posible atraer y proteger a estos aliados que polinizan nuestros cultivos, regeneran bosques y mantienen a raya las plagas.

Crear un jardín pensado para los polinizadores no solo embellece el entorno, también contribuye al equilibrio de los ecosistemas y a la seguridad alimentaria, conectando nuestros espacios urbanos con la biodiversidad que nos rodea. Aquí le damos algunos consejos.

Variedad de especies vegetales

Para atraer polinizadores de manera efectiva, es esencial diseñar un jardín diverso con plantas nativas que ofrezcan variedad de colores, formas y épocas de floración. Las especies aromáticas como ciertas salvias, la menta de monte y hierbas locales resultan especialmente atractivas para abejas y mariposas. Por su parte, flores ricas en néctar como heliconias, bromelias y orquídeas brindan alimento abundante y especializado.

Es importante elegir flores en tonos que los polinizadores puedan distinguir con facilidad: azul, morado, amarillo, blanco y rosa son ideales, ya que la mayoría de las abejas no perciben el color rojo. Apostar por plantas nativas es fundamental, pues han coevolucionado con los polinizadores locales durante miles de años, creando relaciones únicas, como la de algunas heliconias con colibríes específicos o la de orquídeas con ciertas abejas.

Un consejo útil es agrupar las flores de la misma especie en macizos o franjas, lo que facilita que los polinizadores las encuentren. Además, planificar una sucesión de floraciones a lo largo del año asegura una fuente continua de alimento. La diversidad es clave: Colombia es el país con mayor variedad de orquídeas en el mundo y cuenta con más de 500 especies nativas de bromelias. Un jardín con esta riqueza de plantas beneficiará a abejas solitarias, mariposas, colibríes y otros polinizadores, fortaleciendo las redes ecológicas que las especies exóticas no pueden reemplazar.

Hoteles para insectos polinizadores

Los hoteles para polinizadores son estructuras artificiales diseñadas para proporcionar refugio, sitios de anidación y protección a diversos insectos beneficiosos como abejas solitarias, avispas, mariposas, mariquitas y crisopas. Construidos generalmente con materiales naturales y reciclados como madera, cañas huecas, troncos y paja, estos hoteles cuentan con compartimentos de diferentes tamaños para atraer diversas especies. Su importancia radica en que aproximadamente el 87.5% de las plantas silvestres con flores dependen parcialmente de la polinización animal, y actualmente las poblaciones de polinizadores están amenazadas por el uso de pesticidas, agroquímicos, contaminación y cambio climático.

Estos hoteles brindan múltiples beneficios ecosistémicos: facilitan la polinización de cultivos aumentando su producción, proporcionan control biológico de plagas de manera natural sin químicos, y fortalecen la cadena alimenticia al ofrecer alimento a animales insectívoros. Cada especie aporta funciones específicas - las abejas y mariposas polinizan eficientemente, las mariquitas y crisopas devoran pulgones, las avispas eliminan larvas dañinas, y los escarabajos controlan diversas plagas desde la raíz. Al ubicarlos en lugares soleados y protegidos, estos refugios contribuyen significativamente al aumento de la biodiversidad, la oxigenación del suelo, la descomposición natural y la fertilización de la tierra, representando una herramienta fundamental para combatir lo que algunos científicos denominan el “Armagedón ecológico” y garantizar la supervivencia de los ecosistemas.

  • Use materiales naturales y sin químicos: Prefiera maderas sin tratar, cañas de bambú, troncos perforados, ladrillos huecos y bloques de arcilla. Evite maderas con plaguicidas o barnices.
  • Elija un buen lugar: Coloque el hotel a 1 o 2 metros del suelo, bajo la sombra de un árbol y cerca de plantas con flores para que los polinizadores encuentren alimento.
  • Construya y divida espacios: Arme la estructura con madera y cree compartimientos de distintos tamaños. Rellénelos con bambú, troncos perforados y otros materiales para atraer a diferentes insectos.
  • Proteja a los polinizadores: Cubra la parte frontal con malla para evitar depredadores y ponga vaselina en la base para impedir el acceso de hormigas.
  • Mantenga el hotel limpio: Revise al menos una vez al mes. Limpie solo con agua (o un poco de alcohol si es necesario) y cambie materiales dañados para evitar hongos o plagas.

Apueste por los fertilizantes ecológicos.

Los pesticidas, herbicidas y fungicidas representan una grave amenaza para los polinizadores, especialmente las abejas, ya que muchos de estos químicos como los neonicotinoides son sistémicos, lo que significa que hacen tóxicas todas las partes de la planta incluyendo el néctar y polen que consumen los polinizadores. Estos pesticidas nunca abandonan completamente la planta y pueden contaminar el suelo donde crecerán futuras plantas, creando un ciclo de toxicidad persistente. Para proteger a los polinizadores es fundamental evitar completamente el uso de pesticidas químicos y optar por métodos de control orgánico y biológico. Al comprar plantas o semillas, siempre debe verificarse que hayan sido cultivadas orgánicamente y sin neonicotinoides para evitar introducir estas sustancias tóxicas al jardín.

En lugar de depender de químicos, es recomendable fomentar un ecosistema equilibrado que permita el control natural de plagas a través de depredadores beneficiosos. Técnicas como la rotación de cultivos, el uso de plantas repelentes nativas, la implementación de insecticidas ecológicos cuando sea absolutamente necesario, y la creación de refugios para insectos beneficiosos ayudan a prevenir plagas y enfermedades sin poner en riesgo a los polinizadores

Escoja un buen lugar para su jardín

Para crear un hábitat completo que favorezca a los polinizadores, es fundamental proporcionar no solo fuentes de alimento, sino también lugares adecuados para refugio y descanso. Las plantaciones nativas deben ubicarse estratégicamente junto a rocas, muros de piedra o superficies naturales como árboles o algunos bacanales que sirvan como plataformas de aterrizaje y descanso para abejas, mariposas y otros insectos polinizadores si por ejemplo no tiene el hotel para polinizadores. Complementar estas áreas con arbustos nativos y hierbas altas cercanas crea barreras naturales que protegen a los polinizadores de condiciones climáticas adversas como vientos fuertes, lluvia excesiva, y también de depredadores naturales, proporcionando microhábitats seguros donde puedan refugiarse y regular su temperatura corporal.

Ojo, algunas abejas y abejorros requieren sitios específicos para anidar, particularmente áreas del suelo con orientación sur que reciban buena exposición solar, suelo bien drenado y de textura arenosa o suelta. Crear y mantener estas zonas de anidación implica designar espacios en el jardín que permanezcan relativamente intactos, evitando la perturbación constante del suelo, el uso de mantillos densos o la compactación excesiva.

Considere otros polinizadores menos populares

Sí, los murciélagos también son polinizadores, y es que estos mamíferos únicos por su capacidad de volar cumplen un papel vital en los ecosistemas. Estos animales no solo ayudan a controlar plagas al consumir insectos, sino que también polinizan flores nocturnas y dispersan semillas que regeneran los bosques. En Colombia, que alberga cerca de 200 especies de murciélagos, su labor es clave para mantener la biodiversidad y la producción de alimentos, ya que contribuyen a la polinización de plantas como el plátano, el banano, el agave y algunas cactáceas. Además, su capacidad de ecolocalización los convierte en depredadores nocturnos muy eficientes, capaces de cazar insectos en total oscuridad y mantener el equilibrio en los ecosistemas, incluso en entornos urbanos como Medellín o Bogotá.

Para atraerlos a su jardín, siembre plantas que florezcan de noche y emitan aromas dulces, como heliconias, agaves, lirios de agua o yuca, y procure crear un entorno tranquilo, alejado de ruidos y depredadores. También puede instalar refugios elevados y ofrecerles fuentes de agua seguras. Es importante conocer las especies locales para adaptar los espacios a sus necesidades y proteger los árboles que usan como refugio. Con estas acciones, cada jardín puede convertirse en un pequeño santuario que promueva la conectividad ecológica en las ciudades y contribuya a la conservación de estos valiosos polinizadores nocturnos.

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Leidy Barbosa

Por Leidy Barbosa

Periodista de la Universidad Externado de Colombia, con énfasis en la producción audiovisual y en animación digital. Apasionada por temas medioambientales y sociales.@leidyramirezbLbarbosa@elespectador.com

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