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Si es jardinero, huertero o simplemente amante de las plantas, cada 3 de diciembre escuchará un llamado que resuena en todo el mundo: recordar que los plaguicidas no son inocuos y que su uso indiscriminado ha dejado profundas heridas en personas y ecosistemas.
Y es que en esta fecha se conmemora el Día Mundial del No Uso de Plaguicidas, instaurado en memoria de la tragedia de Bhopal, en India, en 1984, donde una fuga de gas tóxico en una planta de producción de pesticidas causó miles de muertes y marcó para siempre a una comunidad entera.
La jornada invita a reflexionar sobre los riesgos que aún hoy representan estas sustancias para la salud, la biodiversidad y el ambiente, así como a cuestionar un modelo químico que persiste en muchos territorios. También recuerda la importancia de adoptar alternativas más seguras, como la agroecología y el manejo integrado de plagas, que buscan proteger la vida en todas sus formas.
En la Huerta, le traemos cuatro remedios caseros por si quiere unirse al llamado.
Caldo de ceniza
Si alguna vez ha pensado en usar un remedio casero para su jardín, puede recurrir a la ceniza vegetal. Este producto —siempre que provenga de la combustión de madera o de materia orgánica limpia— es un insumo natural rico en potasio, calcio y magnesio. Aplicado en pequeñas cantidades, mejora la estructura del suelo, corrige la acidez y favorece la absorción de nutrientes por parte de las plantas.
Pero, si su preocupación son las plagas, la ceniza también actúa como repelente natural, útil para ahuyentar insectos como los pulgones y para ofrecer cierta protección contra enfermedades causadas por hongos. Para aprovechar aún más sus beneficios, es posible preparar un caldo de ceniza: una mezcla que funciona como fertilizante foliar, preventivo ante enfermedades fúngicas como antracnosis, botrytis, alternaria, phytophthora o mancha de hierro, y como insecticida natural eficaz contra cochinillas, escamas, gusano cogollero, áfidos, pulgones y mosca blanca.
Su preparación y uso siguen los siguientes pasos:
- Prepare los ingredientes: En un recipiente metálico coloque 5 litros de agua y añada 250 g de ceniza cernida junto con 25 g de jabón azul. Es recomendable usar guantes, gafas y ropa de manga larga para manipular la ceniza.
- Hierva la mezcla: Lleve el agua a ebullición, agregue la ceniza y el jabón, y mantenga la mezcla hirviendo durante 30 minutos, revolviendo ocasionalmente. Luego apague el fuego y deje enfriar por completo.
- Envase el caldo: Una vez frío, guárdelo en un recipiente limpio y cerrado, almacenándolo en un lugar fresco y oscuro.
- Dilución y uso foliar: Para jardines grandes, mezcle 0.5 litros del caldo en 20 litros de agua y aplíquelo con bomba de fumigación. Para espacios pequeños, disuelva 40 ml del caldo en 1 litro de agua y aplíquelo con atomizador.
- Aplicación segura: Rocíe en la mañana o al final de la tarde, evitando el sol fuerte, cubriendo la parte superior e inferior de las hojas y sin aplicar directamente sobre el suelo para proteger la vida microbiana.
Tabaco
El tabaco en polvo es un producto 100% natural que funciona como fertilizante e insecticida orgánico gracias a su principio activo: la nicotina. Esta es una sustancia tóxica para una gran variedad de insectos y plagas —pulgones, ácaros, babosas, caracoles, moscas, trips, cochinillas, gusanos y arañuela roja— a los que elimina por contacto.
Además de controlar estos organismos que afectan la salud de las plantas, el tabaco en polvo actúa como abono orgánico cuando se descompone en la tierra húmeda, liberando nutrientes que favorecen la actividad bacteriana del suelo.
- Aplicación directa: Esparza el tabaco en polvo sobre la superficie del suelo alrededor de las plantas.
- Frecuencia: Repita la aplicación cada tres meses durante todo el año para mantener un control constante de plagas.
- Beneficios adicionales: La eliminación de insectos parásitos contribuye a que las plantas se mantengan más sanas y vigorosas; al mismo tiempo, las bacterias del suelo pueden aprovechar mejor los fertilizantes aplicados y los minerales presentes de forma natural.
- Uso tradicional ampliado: En el ámbito rural, este método también se emplea para el control de plagas domésticas y para eliminar parásitos en el ganado, como garrapatas y pulgas.
Ajo
El ajo, además de ser un condimento básico, es un eficaz protector natural para el jardín gracias a compuestos como el azufre y la alicina, que funcionan como fungicidas y repelen insectos por su aroma penetrante. Estos compuestos desorientan a las plagas y las mantienen alejadas sin necesidad de químicos tóxicos.
Eso sí, su efecto es gradual, por lo que resulta más útil como método preventivo: aplicado con frecuencia crea una barrera protectora y fortalece a las plantas.
- Preparación y aplicación: machaque los dientes de ajo hasta obtener una pasta, mézclela con jabón azul, añada agua y agite. Páselo a un atomizador y rocíe el haz y el envés de las hojas.
- Puntos importantes: el ajo es un repelente, no un insecticida; la aplicación constante mantiene su efectividad; pruebe antes en una sola hoja para verificar la tolerancia.
Aceite de neem
El aceite de neem es un insecticida orgánico muy utilizado por jardineros debido a su eficacia contra plagas y su bajo nivel de toxicidad. Se obtiene de las semillas del árbol de neem (Azadirachta indica), conocido por sus propiedades medicinales y su acción antibacteriana y fungicida. A diferencia de otros pesticidas, puede aplicarse durante toda la temporada y actúa sobre insectos en cualquier etapa de su ciclo de vida.
Cómo utilizar el aceite de neem
- Materiales necesarios: un atomizador, guantes protectores, 2 cucharadas de aceite de neem prensado en frío, 1 galón de agua tibia y 2 cucharaditas de jabón líquido (que ayuda a mezclar el aceite con el agua).
- Preparación: mezcle el jabón con el agua, agite bien y agregue el aceite de neem. Vuelva a mezclar hasta obtener una solución homogénea.
- Aplicación: rocíe toda la planta, cubriendo la parte superior e inferior de las hojas hasta que queden húmedas. Repita cada 3 o 4 días hasta controlar la plaga. Como método preventivo, puede aplicarse de forma quincenal.
Jabón potásico
El jabón potásico es una alternativa ecológica para controlar plagas e higienizar las plantas sin dejar residuos tóxicos. Su acción elimina la capa protectora de los insectos de cuerpo blando, limpia melaza y hongos superficiales y deja las hojas libres de impurezas. Como es biodegradable y no ingresa a los tejidos de la planta, resulta ideal tanto para prevención como para tratamientos curativos en jardines y huertas.
Preparación
- Uso preventivo: mezclar 2–5 ml por litro de agua.
- Infestaciones fuertes: hasta 250 ml por litro de agua.
Aplicación
- Pulverizar cubriendo toda la planta, especialmente envés de hojas y brotes.
- Preventivo: aplicar una vez por semana.
- Curativo: aplicar cada 2–3 días hasta eliminar la plaga y mantener durante 15 días.
- Usar en la mañana o al atardecer y evitar viento o lluvia.
- Probar antes en una hoja y evitar excesos para no dañar plantas sensibles.
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