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Los nematodos son gusanos redondos que viven en muchos lugares: en la tierra, en el agua dulce y en el mar. Hay más de 25 000 especies conocidas, aunque podrían existir muchas más. Algunos son de vida libre y otros viven como parásitos de plantas, animales o personas. Aunque solo unos pocos afectan directamente a la salud humana o a los cultivos, pueden causar enfermedades y, en la naturaleza, son muy abundantes, llegando a ser la mayoría de los animales en el suelo y en el fondo del mar.
Según Yuly Forero, fundadora de Cultivando Vida, un emprendimiento santandereano que promueve la agricultura orgánica a través de servicios de capacitación en la agricultura, los nematodos fitoparásitos representan una amenaza considerable. Estos diminutos gusanos, casi invisibles a simple vista, atacan principalmente las raíces de las plantas, debilitando su sistema radicular y comprometiendo su crecimiento y supervivencia. Su capacidad de adaptación y su presencia masiva en los suelos hacen que jueguen un papel clave tanto en el equilibrio de los ecosistemas como en los desafíos para la producción agrícola.
“El mecanismo de daño de estos parásitos consiste en perforar las raíces para alimentarse de los tejidos vegetales. Al ser las raíces el órgano vital responsable de la absorción de agua y nutrientes, este ataque debilita progresivamente la planta hasta provocar su muerte”, dijo la experta.
La identificación de una infestación por nematodos se puede realizar mediante la observación de varios síntomas característicos.
Síntomas aéreos:
- Podredumbre prematura de frutos
- Caída excesiva de hojas
- Crecimiento estancado
- Pérdida progresiva del follaje
- Deterioro general del vigor de la planta
Síntomas radiculares: La evidencia más característica se observa en las raíces, que desarrollan formaciones nodulares distintivas: pequeñas protuberancias o “bolitas” que deforman completamente la estructura radicular normal. Estas malformaciones son el resultado directo de la actividad parasitaria de los nematodos, quienes al perforar las raíces y absorber los nutrientes alteran irreversiblemente la morfología del sistema radicular.
“Esta deformación radicular es el signo diagnóstico más confiable de la presencia de nematodos, ya que refleja directamente la actividad parasitaria de estos organismos en el tejido vegetal”, dijo la experta.
Principales causas de la infestación por nematodos
Según Forero, la aparición de nematodos en los cultivos está estrechamente relacionada con prácticas agrícolas inadecuadas que comprometen la salud del suelo y favorecen la proliferación de estos parásitos.
- Monocultivos prolongados La siembra continuada del mismo cultivo en una zona durante varios años consecutivos representa una de las causas más significativas. Esta práctica agota la capacidad natural de regeneración del suelo, creando un ambiente propicio para el establecimiento y multiplicación de organismos patógenos como los nematodos.
- Ausencia de rotación de cultivos La falta de rotación entre especies de la misma familia botánica constituye otro factor determinante. Por ejemplo, cultivar secuencialmente tomate, pimentón y berenjena (familia Solanaceae), o alternar entre pepino, sandía y calabacín (familia Cucurbitaceae) sin intercalar especies de otras familias.
Otros factores son:
Condiciones de humedad La humedad del suelo constituye el factor ambiental más crítico para el desarrollo de los nematodos. Estos organismos prosperan en suelos con alta humedad, ya que estas condiciones les proporcionan el medio ideal para:
- Mayor movilidad: La humedad facilita su desplazamiento a través del suelo hacia las raíces hospederas
- Reproducción acelerada: Las condiciones húmedas optimizan sus ciclos reproductivos
- Penetración eficiente: La presencia de agua en el suelo hace más vulnerable el tejido radicular, facilitando la perforación de las raíces
“Aunque la temperatura también influye en su desarrollo, la humedad representa el factor determinante en su establecimiento y proliferación”, señaló.
Según la experta, esta práctica deficiente genera múltiples problemas:
- Desequilibrio nutricional: Las plantas de la misma familia consumen macronutrientes similares, agotando selectivamente ciertos elementos del suelo mientras acumulan otros.
- Persistencia de patógenos: Las enfermedades y plagas específicas de una familia se mantienen y acumulan en el suelo. Si un nematodo afecta al tomate, es altamente probable que también ataque al pimentón o la berenjena, perpetuando el ciclo de infestación.
“La implementación de rotaciones adecuadas con especies de familias diferentes es fundamental para interrumpir estos ciclos y mantener la salud del suelo”, señaló Forero.
Medidas preventivas para el control de nematodos
Según Forero, hay varias medidas que se pueden tomar para evitar que estos parásitos aparezcan.
1. Rotación estratégica de cultivos: La implementación de un sistema de rotación representa la medida preventiva más efectiva. Esta práctica consiste en alternar familias de cultivos de manera planificada:
- Si en una temporada se cultivan hortalizas de fruto (tomate, pimentón, berenjena)
- En la siguiente temporada sembrar leguminosas (fríjol, arveja, habichuela)
- Posteriormente alternar con hortalizas de hoja (lechuga, espinaca, acelga) o de raíz (zanahoria, rábano, remolacha)
Esta rotación interrumpe los ciclos de vida de los nematodos y restaura el equilibrio nutricional del suelo.
2. Mejoramiento de la salud del suelo La incorporación de sustratos y abonos orgánicos, especialmente compost bien elaborado, fortalece las condiciones físicas, químicas y biológicas del suelo, creando un ambiente menos favorable para la proliferación de nematodos.
3. Manejo controlado de la humedad El uso de cobertura vegetal (mulch) cumple una función reguladora fundamental: retiene la humedad necesaria para los cultivos durante el riego, pero evita el encharcamiento del suelo. Esta práctica es crucial, considerando que el exceso de humedad constituye el principal factor que favorece la multiplicación de nematodos.
4. Diversificación de cultivos La implementación de policultivos o cultivos mixtos en lugar de monocultivos reduce significativamente la susceptibilidad a infestaciones. Cultivar una sola especie en un área extensa crea condiciones ideales para el establecimiento de plagas específicas.
5. Manejo responsable de agroquímicos Es fundamental evitar el uso excesivo de plaguicidas y herbicidas, ya que estos productos:
- Degradan la capacidad natural de regeneración del suelo
- Eliminan microorganismos benéficos, bacterias y otros patógenos que ejercen control biológico natural
- Destruyen el equilibrio ecológico que permite el control natural de fitoparásitos como los nematodos
“Ojo, aunque existen métodos para erradicar nematodos, la estrategia más sostenible y eficaz se centra en la prevención mediante buenas prácticas agrícolas. La rotación de cultivos combinada con la diversificación y el manejo ecológico del suelo constituye la solución más óptima para el control a largo plazo de estas plagas”, finalizó Forero.
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