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¿Por qué el agua de las plantas se pone verde y qué significa?

Con el paso de los días, el agua de los recipientes con plantas puede volverse verde. Aquí le decimos por qué razón.

La Huerta

18 de diciembre de 2025 - 01:30 p. m.
Imagen de referencia.
Foto: Getty Images/iStockphoto - Getty Images
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Cuando se tienen plantas acuáticas o flores en un recipientes con agua, todo parece normal durante los primeros días. El agua se ve clara, las hojas lucen frescas y no hay señales de problema. Sin embargo, con el paso del tiempo, ese mismo recipiente empieza a cambiar: el agua se torna verdosa, pierde transparencia y genera inquietud.

No es solo una cuestión estética. Detrás de ese color hay un proceso natural que conviene entender, especialmente para saber si puede afectar la salud de las plantas y qué hacer para evitarlo, es por ello que aquí le explicamos por qué ocurre y cuándo debe prestar atención.

¿Qué es el agua verde que ve en las plantas?

Este color se debe principalmente al crecimiento de algas microscópicas conocidas como fitoplancton. Estas algas contienen clorofila, el pigmento que les da su color verde, y se desarrollan cuando el agua acumula nutrientes o recibe suficiente luz. Por esta razón, en floreros, recipientes pequeños o sistemas sin recambio frecuente, el agua puede cambiar de aspecto en pocos días.

Si bien se trata de un fenómeno natural que, en la mayoría de los casos, no representa un problema inmediato. Sin embargo, no conviene dejar que avance sin control. Cuando las algas se multiplican en exceso, consumen los nutrientes que necesitan las plantas, afectan su crecimiento y pueden bloquear el paso de la luz.

Esta coloración verde aparece por un desequilibrio entre nutrientes, luz y mantenimiento. Las principales causas son:

  • Exceso de nutrientes: las algas se alimentan de nutrientes como el nitrógeno y el fósforo, que provienen de restos orgánicos como hojas o tallos muertos de las plantas, desechos de peces o del uso de agua rica en minerales como el agua de llave. Cuando estos se acumulan, las algas se multiplican con rapidez.
  • Luz excesiva: como organismos fotosintéticos, las algas necesitan luz para crecer. Si a la abundancia de nutrientes se suma una iluminación intensa o prolongada, ya sea artificial o por exposición directa al sol, el crecimiento se acelera y el agua se vuelve verde.
  • Mantenimiento insuficiente: la falta de limpieza favorece la degradación de la calidad del agua. Restos de hojas secas, flores marchitas u otro material orgánico en descomposición crean un ambiente ideal para la proliferación de algas.

¿Cómo prevenirlo?

  • Retirar con regularidad restos vegetales antes de que se descompongan.
  • Controlar la luz, evitando la exposición directa al sol y reduciendo las horas de iluminación. Ubicar los recipientes en espacios con luz indirecta o usar envases oscuros suele ser suficiente.
  • Cambiar el agua con frecuencia. En general, se recomienda hacerlo cada dos semanas, y con mayor frecuencia durante las primeras etapas del cultivo en agua. Esto ayuda a renovar nutrientes y a evitar la aparición de mosquitos.
  • El agua de lluvia es la más recomendable; si se usa agua del grifo, conviene dejarla reposar al menos un día antes de utilizarla.

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