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Si su gato suele morder o masticar las plantas de su casa, no se trata de un simple capricho: es un comportamiento natural en muchos felinos. Algunos lo hacen por curiosidad, otros por aburrimiento o incluso para aliviar molestias digestivas. Sea cual sea la razón, es importante saber qué plantas pueden ser peligrosas y cuáles son seguras. Aquí le contamos lo que debe tener en cuenta si su gato insiste en acercarse a las plantas del hogar.
“Desde un enfoque integrativo, aunque los gatos son carnívoros estrictos cuya alimentación debe basarse en proteínas de origen animal, ciertas plantas pueden cumplir un rol complementario en su bienestar. Especies como el pasto de trigo, avena o cebada resultan útiles al facilitar la expulsión de bolas de pelo gracias a su contenido en fibra, mientras que otras como la hierba gatera y la valeriana favorecen el equilibrio emocional al estimular el juego o inducir estados de relajación. Incluso en contextos específicos, puede recurrirse a infusiones suaves de plantas como la manzanilla para aliviar molestias digestivas leves, siempre bajo supervisión veterinaria”, explicó Angélica Ruales, médica veterinaria integrativa y especialista en medicina interna.
En el caso de gatos jóvenes o con acceso limitado al exterior, la interacción con plantas adquiere especial relevancia como parte de su desarrollo sensorial y adaptación al entorno doméstico. Según Ruales estas conductas pueden cumplir funciones importantes, como el estímulo cognitivo, la exploración controlada y el ejercicio de instintos naturales. No obstante, cuando el interés por las plantas se vuelve persistente o excesivo, podría indicar carencias en su ambiente, como la ausencia de estímulos adecuados o recursos que permitan desplegar su comportamiento predatorio. En tales situaciones, esta interacción puede funcionar como una vía compensatoria, lo que subraya la importancia de un entorno enriquecido tanto física como emocionalmente.
Explica que a esto se suma el hecho de que algunas plantas contienen compuestos químicos específicos que interactúan directamente con el sistema sensorial felino. Tal es el caso de la hierba gatera (Nepeta cataria), cuyas moléculas volátiles —como ciertos terpenos— activan receptores olfativos vinculados a respuestas neurológicas placenteras. Esta reacción demuestra que la relación de los gatos con determinadas especies vegetales no solo responde a necesidades fisiológicas, sino también a estímulos sensoriales complejos, lo que refuerza su valor como recurso de enriquecimiento ambiental cuidadosamente gestionado.
“La interacción de los gatos con el mundo vegetal es más frecuente y significativa de lo que suele asumirse. Morder, lamer o manipular plantas responde a comportamientos instintivos heredados, relacionados con la autorregulación digestiva y el enriquecimiento sensorial. Por ello, es esencial observar atentamente estas conductas, identificar posibles excesos o señales de malestar, y asegurar que cualquier planta disponible en el entorno sea segura, libre de químicos y administrada con criterio. Así, se contribuye a un entorno doméstico que respete tanto la naturaleza felina como su salud integral”, explicó la veterinaria.
Cinco plantas que los gatos pueden comer (y que incluso les hacen bien)
Según Ruales, hay ciertas plantas que, lejos de representar un peligro para los gatos, pueden tener efectos positivos en su salud digestiva y emocional. Incorporarlas en su entorno puede ayudar a enriquecer su vida diaria, especialmente si viven en interiores y tienen un contacto limitado con la naturaleza.
A continuación, se presentan algunas de las más recomendadas por su seguridad y propiedades beneficiosas:
- Pasto de trigo: Favorece la digestión y ayuda a los gatos a expulsar las bolas de pelo que se forman al acicalarse. Es fácil de cultivar en casa y suele atraer a los felinos por su textura y sabor suave.
- Hierba gatera (catnip): Estimula el juego, fomenta la actividad física y reduce el estrés. Muchos gatos reaccionan con entusiasmo al olerla o frotarse contra ella, lo que la convierte en una herramienta útil para aliviar la ansiedad y promover el bienestar emocional.
- Valeriana: Tiene un efecto similar al del catnip en algunos gatos, provocando una respuesta relajada o juguetona. Aunque no todos los felinos responden de la misma forma, es una opción interesante para enriquecer su entorno emocional.
- Caléndula: Con propiedades antiinflamatorias y calmantes, puede ser beneficiosa para gatos con problemas digestivos leves. Sus flores, en pequeñas cantidades, suelen ser bien toleradas si son ingeridas ocasionalmente.
- Lavanda: Aporta un aroma relajante y, en su forma natural (sin aceites esenciales concentrados), no representa un riesgo para los gatos. Usada con moderación, puede contribuir a crear un ambiente más sereno.
A estas cinco plantas ampliamente recomendadas, pueden sumarse otras opciones igualmente seguras y útiles:
- Pasto de avena o cebada: Ambas son ricas en fibra natural, ideal para gatos que no tienen acceso a jardines. Ayudan a mantener una buena digestión y a reducir la formación de bolas de pelo.
- Silver vine (Actinidia polygama): Es una alternativa a la hierba gatera que ha demostrado provocar respuestas más intensas en algunos gatos. Su efecto puede incluir euforia, juego o relajación, dependiendo de la sensibilidad individual del animal.
- Manzanilla: En infusión muy suave, puede ofrecer propiedades digestivas y tranquilizantes. Sin embargo, debe administrarse siempre bajo supervisión veterinaria, ya que no todos los gatos la toleran igual.
“Es fundamental asegurarse de que cualquiera de estas plantas esté libre de pesticidas, fertilizantes químicos u otros contaminantes. Lo ideal es cultivarlas en casa o adquirirlas en viveros confiables. Incluso las plantas consideradas seguras pueden convertirse en un peligro si han sido tratadas con sustancias tóxicas”, explicó la especialista.
Convivencia segura entre plantas y gatos: guía para propietarios
“Integrar plantas en un hogar con gatos es completamente posible, pero requiere un enfoque meticuloso para garantizar la seguridad del animal. La convivencia entre felinos y vegetación implica conocer qué especies son seguras, cómo ubicarlas correctamente y qué cuidados deben tenerse para evitar riesgos innecesarios”, dijo Ruales
La veterinaria explicó que:
- Selección informada: Antes de incorporar una planta al hogar, es indispensable investigar a fondo cada especie. Muchas plantas ornamentales comunes contienen compuestos tóxicos para los gatos. La identificación precisa mediante su nombre científico y la verificación de su toxicidad en fuentes veterinarias confiables son pasos fundamentales para una elección segura.
- Ubicación estratégica de las plantas: Las especies no destinadas a la interacción directa con el gato deben colocarse en lugares elevados o inaccesibles. Esta simple medida reduce considerablemente el riesgo de que el animal ingiera accidentalmente una planta potencialmente peligrosa.
- Eliminación total de productos químicos: Aun cuando una planta sea considerada segura, puede representar un riesgo si ha sido tratada con pesticidas, fertilizantes u otros productos químicos. Estos residuos pueden adherirse al pelaje del gato o ser ingeridos durante el acicalamiento, por lo que es esencial evitarlos por completo en cualquier planta al alcance del animal.
- Observación del comportamiento felino: Vigilar la reacción del gato frente a las nuevas plantas es clave. Si muestra una atracción excesiva o comportamientos compulsivos, puede estar manifestando necesidades no satisfechas, como el deseo de forrajear o la falta de fibra en su dieta. Estos signos deben ser atendidos con sensibilidad y, de ser necesario, apoyo profesional.
“Ante cualquier duda sobre la compatibilidad entre una planta y su mascota, la mejor decisión es consultar con un veterinario. Este profesional podrá ofrecer orientación específica según las condiciones particulares del entorno y las características individuales del felino”, puntualizó Ruales.
¿Cuándo sería adecuado llevar un gato al veterinario si consume plantas?
“Cuando existe cualquier sospecha de que un gato ha consumido material vegetal potencialmente tóxico, la atención veterinaria inmediata constituye el protocolo más apropiado, incluso en ausencia de manifestaciones clínicas evidentes o certeza absoluta sobre la toxicidad de la planta en cuestión. Esta urgencia se fundamenta en el conocimiento científico de que muchos compuestos fitotóxicos pueden tener períodos de latencia variables antes de producir efectos observables, oscilando desde algunas horas hasta varios días después de la exposición.”
Preparación para la Consulta Veterinaria:
Ruales explica que antes de transportar al animal al centro veterinario, resulta extremadamente valioso recolectar evidencia que facilite el diagnóstico preciso. Lo ideal es llevar consigo:
- Una muestra física de la planta sospechosa, preferentemente con hojas, tallos y flores intactos
- Alternativamente, fotografías claras y detalladas desde múltiples ángulos que permitan la identificación taxonómica.
Esta documentación permitirá al profesional veterinario determinar con mayor precisión el agente tóxico específico y su mecanismo de acción, optimizando así el enfoque terapéutico.
Signos Clínicos que Requieren Atención Inmediata
La vigilancia atenta de los siguientes signos clínicos resulta esencial, pues constituyen indicadores potenciales de intoxicación:
- Episodios eméticos (vómitos) recurrentes o con presencia de sangre
- Diarrea persistente que supera las 24 horas de duración
- Hipersalivación o ptialismo significativo
- Lesiones evidentes en la mucosa oral o lengua, como ulceraciones o eritema
- Manifestaciones neurológicas como temblores, convulsiones o ataxia
- Estado de letargo o depresión neurológica inconsistente con el comportamiento habitual
- Anorexia prolongada o rechazo completo del alimento
Adicionalmente, cualquier desviación súbita del comportamiento normal del felino posterior al contacto confirmado o sospechado con material vegetal justifica una evaluación profesional inmediata.
“El principio fundamental en la gestión de estas situaciones radica en la implementación de medidas preventivas rigurosas, como la investigación previa sobre la seguridad de cada especie vegetal introducida en el entorno del animal. Cuando persiste incertidumbre sobre el potencial tóxico o la gravedad de una exposición, el enfoque más prudente siempre favorece una evaluación profesional, incluso si posteriormente resulta innecesaria. Esta precaución excesiva representa un pequeño inconveniente comparado con las potenciales consecuencias de una intoxicación no tratada oportunamente. La salud y el bienestar de nuestros compañeros felinos siempre debe priorizar sobre consideraciones de conveniencia o incertidumbre diagnóstica” finalizó.
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