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Majorelle: el jardín que convirtió la botánica en arte en pleno Marrakech

El Jardín Majorelle no solo es un destino turístico: es un homenaje vivo a la belleza botánica, al arte y a la pasión de quienes supieron ver en un terreno árido, un paraíso en potencia.

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La  Huerta
09 de septiembre de 2025 - 05:30 p. m.
El Jardín Majorelle, es uno de los jardines más encantadores y misteriosos de Marruecos
El Jardín Majorelle, es uno de los jardines más encantadores y misteriosos de Marruecos
Foto: Jardín Majorelle
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En el corazón de Marrakech, lejos del bullicio de la medina y del calor del desierto, se encuentra uno de los jardines más sorprendentes del mundo: el Jardín Majorelle. Con más de 9.000 m² de extensión, esta obra maestra del paisajismo no solo es un refugio vegetal, sino también un emblema del diálogo entre el arte, la arquitectura y la botánica. Su historia y diseño lo han convertido en un destino imperdible tanto para jardineros apasionados como para viajeros curiosos.

El arte que florece entre cactus y palmeras

La historia de este jardín comienza en 1922, cuando el pintor francés Jacques Majorelle se instala en Marrakech, cautivado por los colores y la atmósfera de la ciudad. Durante décadas, cultivó este espacio como si fuera un lienzo vegetal: diseñó senderos serpenteantes, integró sistemas de agua, y sembró especies de plantas exóticas provenientes de todos los rincones del mundo.

En 1937, pintó su villa y su estudio con un vibrante azul cobalto, color que pronto se convertiría en su sello personal y en el símbolo más reconocible del lugar. Este tono eléctrico, ahora conocido como “azul Majorelle”, contrasta con los verdes intensos del jardín y con muros en tonos mostaza, naranjas y rojos que dotan al paisaje de una riqueza visual inigualable.

Un santuario botánico en el corazón de la ciudad

Majorelle no fue solo un jardín decorativo: fue también un experimento botánico y un refugio espiritual. En sus caminos sombreados y rincones ocultos crecen más de 300 especies vegetales: desde palmeras y bambúes gigantes, hasta cactus imponentes, nenúfares asiáticos, flores de loto, y buganvillas que estallan en color. Hay hibiscos, jazmines, naranjos, plataneras, agaves y cocoteros que desafían la aridez del entorno y crean un microclima singular.

Este jardín no solo fascina por su diversidad botánica, sino también por la manera en que la arquitectura art déco y el diseño paisajístico se integran en perfecta armonía. Caminar por él es como recorrer un cuadro tridimensional, lleno de color, textura y sonidos suaves de agua.

Yves Saint Laurent: El jardín renace

Décadas después, cuando la propiedad se encontraba en decadencia, Yves Saint Laurent y Pierre Bergé adquirieron el jardín en 1980 para salvarlo de ser destruido por desarrollos inmobiliarios. Restauraron cada rincón con respeto al diseño original y transformaron la residencia del artista en la Villa Oasis, su hogar en Marrakech.

Hoy, el legado de ambos permanece vivo no solo en el jardín, sino también en los museos adyacentes que completan la experiencia del visitante.

Una experiencia cultural y sensorial

Además del recorrido por el jardín, el espacio ofrece dos atracciones complementarias que suman valor a la visita:

🌿 Museo Bereber

Ubicado en el antiguo estudio de Jacques Majorelle, este museo reúne más de 600 piezas de arte y objetos de uso cotidiano del pueblo bereber, incluyendo una notable colección de joyería tradicional. Es una ventana a la cultura indígena del norte de África, tan rica como desconocida para muchos visitantes.

👗 Museo Yves Saint Laurent

A pocos metros del jardín, se encuentra este museo dedicado a la obra del diseñador francés. Su arquitectura combina lo contemporáneo con lo marroquí y alberga una cuidada selección de prendas, accesorios, bocetos y archivos de alta costura. También cuenta con una biblioteca, una librería, un auditorio y una encantadora cafetería.

¿Por qué Majorelle es uno de los jardines más extraordinarios del mundo?

  1. Es una obra de arte viviente, diseñada por un pintor con una visión estética única.
  2. Integra plantas de los cinco continentes, lo que lo convierte en un microcosmos botánico.
  3. Tiene un diseño cromático excepcional, donde el color es protagonista, no solo en las flores, sino en muros, fuentes y estructuras.
  4. Ofrece una experiencia sensorial completa, combinando aromas, texturas, sonidos y colores.
  5. Conecta el arte, la jardinería y la historia, con espacios museísticos que complementan la visita.

Para amantes de la jardinería y el diseño paisajístico

Si le interesa el paisajismo con enfoque artístico, los jardines mediterráneos, la jardinería de especies exóticas o simplemente buscas inspiración estética, el Jardín Majorelle es una parada obligada. Además, es un excelente ejemplo de cómo la jardinería puede ser una forma de expresión cultural y artística.

En un mundo donde muchas veces se subestima el valor simbólico y creativo de los jardines, Majorelle nos recuerda que cultivar la tierra también puede ser un acto poético.

¿Cómo visitarlo?

  • 📍 Ubicación: Barrio de Guéliz, Marrakech, Marruecos
  • Mejor horario: A primera hora del día o al final de la tarde para evitar multitudes
  • 🎫 Entrada: Se puede comprar online o en taquilla; hay pases combinados para el museo
  • Extras: Cafetería con vistas al jardín, tienda de recuerdos y librería especializada

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