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"Es hermosa. No tenía idea de que era tan enorme", dijo una turista, Carine Kurris, mientras alrededor decenas de visitantes se esforzaban para tomar con sus teléfonos móviles las mejores fotografías de la enorme planta.
La 'flor cadáver' es famosa tanto por la forma de un descomunal falo (que le da nombre científico a la planta, literalmente 'falo amorfo de un titán') como por el fuerte olor a carne en descomposición que despide.
El ejemplar de Meise tiene poco más de dos metros de altura y se estima que pesa alrededor de 100 kilos.
Cada floración de la A. titanum es un evento fuera de lo común, ya que la planta vive como máximo unos 40 años y en ese período florece apenas tres o cuatro veces y la flor sobrevive solamente unos tres días.
El fuerte olor a carne podrida es utilizada por la planta para atraer a polinizadores. De acuerdo con la portavoz del Jardín Botánico de Meise, Manon van Hoye, el olor se parece al de “una basura que ha sido dejada al sol demasiado tiempo”.
Van Hoye agregó que es emocionante ver a la flor en toda su majestad.
"La forma es arquitectónica. Me encantan sus colores y también su historia, saber que es una planta amenazada de extinción y que está siendo protegida", dijo Van Hoye.
¿Qué hace tan especial a la ‘flor cadáver’?
Lo primero, claro, es su penetrante aroma. Ha sido descrita por algunos como si se dejara una bolsa de basura orgánica un par de días bajo el sol.
De fondo, el olor a putrefacción, que otros describen como “carne descompuesta”, es una característica de la planta para ayudar a a atraer a los polinizadores. La flor genera también una cierta temperatura, lo que ayuda a que el olor se disipe mejor en el ambiente y, así, pueda enviar un mensaje más claro para su respectiva polinización.
Por otra parte, está su gran tamaño. De acuerdo con el Jardín Botánico de los Estados Unidos, esta es la florescencia sin ramas más grande del mundo. Un título que, aunque algo técnico, ayuda a entender la escala de esta maravilla del mundo vegetal.
Es una especie caprichosa, si se quiere, pues su florescencia, aunque magnífica, no ocurre en ciclos específicos. Hay ciertos patrones, pero lo cierto es que la flor se produce cuando hay suficiente energía para poner en marcha todo el mecanismo. Y eso toma un tiempo, como ya se dijo más arriba.
Para subsistir y florecer, esta planta requiere condiciones especiales, que se asemejan a las de su ambiente nativo (la isla de Sumatra, en Indonesia): debe tener temperaturas cálidas de día y de noche, así como un ambiente con alta humedad.
La llamada ‘flor cadáver’ fue descubierta en 1878.
En el siguiente video, captado por el Jardín Botánico de Estados Unidos, se puede ver el fascinante proceso de florecimiento de esta planta, que para esta ocasión tomó 11 días:
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