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El 25 de junio de 2025, un video que circuló en redes sociales sacudió a Cartagena y al país entero: en las imágenes, un caballo cochero, visiblemente agotado, era golpeado mientras arrastraba una carreta por las calles del barrio Chambacú, en pleno centro histórico. El animal, identificado como Mohamed, se convirtió en símbolo de la crueldad que aún padecen muchos equinos usados para el turismo en la ciudad.
La reacción fue inmediata. La indignación colectiva obligó a actuar a las autoridades y la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria (UMATA), junto con la Policía Ambiental, rescató al animal y lo puso bajo observación veterinaria. Pero lo que parecía ser una historia más de abuso, dio un inesperado y esperanzador giro.
Un nuevo comienzo
La médica veterinaria Laura Londoño, conocida en redes como Lau Vet (@lau.vet), decidió actuar. Tras conocer el caso, se ofreció a brindarle a Mohamed un nuevo hogar y, sobre todo, una nueva vida. Lo llevó a su refugio, un santuario animal donde hoy el caballo, rebautizado como Ángel, vive en libertad, cuidado y amor.
“Hace un mes te llamabas Mohamed. Te maltrataban, vivías una vida de esclavitud. Hoy te llamas Ángel y tu historia es distinta”, relató Londoño en un emotivo video publicado en sus redes, donde documentó el proceso de recuperación del animal.
El cambio en la vida de Ángel ha sido radical. En las imágenes compartidas por Lau Vet se ve a un caballo tranquilo, con mejor semblante, compartiendo con otros animales y disfrutando de actividades simples, pero que antes le eran desconocidas: revolcarse sobre la tierra, sentir el viento, beber agua fresca del lago o simplemente descansar.
“Te estoy entrenando y, ¿sabes? Eres muy inteligente (…) Ya enamoraste a todos los vecinos. Eres un símbolo de valentía y resistencia. Tus ojos ahora hablan por sí solos”, añadió la veterinaria en su publicación.
La veterinaria también reveló detalles enternecedores de la nueva vida de Ángel: duerme con pijama cuando hace frío, come manzanas rojas todos los días y pasa la mayor parte del tiempo alimentándose y disfrutando del entorno natural. “Tienes una hermana un poco tóxica, pero eso hace que todo sea más divertido”, bromeó.
Más allá de un rescate
El caso de Ángel va más allá de un simple rescate: se ha convertido en una llamada de atención sobre el uso de animales para el transporte turístico en Cartagena. La transformación del caballo evidencia que, con cuidado y empatía, es posible reparar heridas profundas y ofrecer segundas oportunidades a quienes han sido víctimas del maltrato por parte de los humanos.
Mientras crece la presión para eliminar los coches tirados por caballos en la ciudad, Ángel vive hoy como muchos quisieran: libre, amado y en paz.
“Te lo dije el día que llegaste y te lo vuelvo a repetir: no sabes la vida tan increíble que nos espera juntos”, concluyó Laura Londoño en su conmovedor mensaje.
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