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El pasado 14 de junio fueron incautadas tres serpientes jóvenes venenosas que habían ingresado de manera ilegal al país y cuyo destino final era la ciudad de Medellín.
El operativo se llevó a cabo de manera conjunta entre la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y la Policía Nacional, en el municipio de Villeta, donde lograron interceptar el tráfico de estos ejemplares de fauna silvestre en un bus que procedía de la ciudad de Bogotá.
Dos de las serpientes son originarias de Costa Rica y la tercera proviene del continente africano. Los animales fueron trasladados de inmediato por profesionales de la corporación a un serpentario especializado, donde reciben atención y manejo adecuados conforme a su nivel de peligrosidad.
“Como autoridad ambiental seguimos ejerciendo labores de control y vigilancia para proteger la fauna. Aunque estas serpientes no son propias de nuestros ecosistemas, es nuestro deber asegurar su manejo adecuado, de tal forma que no se ponga en riesgo el equilibrio de especímenes silvestres, pero defendiendo la supervivencia de estos animales que no pueden ser considerados mascotas bajo ninguna circunstancia”, aseguró Ronald Prieto, director encargado de la regional Gualivá de la CAR.
Durante el operativo también se logró la captura del individuo responsable del traslado de estos animales. Las autoridades recuerdan a la ciudadanía que, además de las graves amenazas para la biodiversidad, la salud pública y el equilibrio ecológico, el comercio de fauna silvestre es un delito tipificado por la legislación colombiana, que acarrea sanciones y multas.
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