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No apoye la explotación e instrumentalización de animales en el transporte público.
En Bogotá, cada vez es más común encontrar personas que utilizan animales, muchos en pésimas condiciones de salud, para pedir dinero en el sistema de TransMilenio.
Como este caso que se conoció hace algunos días de un hombre que utiliza a un perro y un gato, al parecer en mal estado físico y emocional, en la troncal de la Calle 80.
Este tipo de prácticas representan una clara forma de explotación animal, en la que los animales son utilizados para despertar la simpatía y compasión de los pasajeros con el fin de obtener beneficios económicos.
Sin embargo, lejos de ayudar, estas acciones perpetúan una situación de abuso hacia los más vulnerables. Por eso, diversas fundaciones y grupos protectores de animales están exigiendo la intervención de las autoridades para asegurar el bienestar de estos seres.
El uso de perros y gatos para pedir dinero no solo conlleva un grave maltrato físico y psicológico para los animales, sino que también pone en evidencia la falta de regulación y control en su protección.
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