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Lo que comenzó como una rutina para combatir la soledad de un bulldog terminó convirtiéndose en una historia de amistad y adopción. Isabella Moranda, residente de Arizona, llevaba a su perra Maggie a una guardería canina después de notar que la soledad afectaba su ánimo. Su esposo, el jugador de la NFL Jake Hanson, viajaba con frecuencia y ella debía salir a trabajar, por lo que Maggie, de cinco años, pasaba mucho tiempo sola y había perdido el apetito.
El personal del centro le contó a Moranda que Maggie había creado un lazo especial con otro perro, Gus. Las fotografías de ambos jugando confirmaban la conexión. Pero detrás de esa amistad había una historia conmovedora: Gus había sido entregado por su anterior dueño, un hombre mayor con cáncer terminal que no podía seguir cuidándolo.
Conmovida, Moranda contactó de inmediato al refugio y, junto a su esposo, decidió iniciar el proceso de adopción. La solicitud fue aprobada y Gus se unió oficialmente a la familia. Desde entonces, los dos bulldogs se han vuelto inseparables: juegan, descansan en el sofá y comparten cada momento del día.
“Él está completamente obsesionado con ella, y ella con él. La única diferencia es que Maggie odia los paseos y Gus los ama”, contó Moranda a Newsweek. “Es muy lindo saber que siempre se tienen el uno al otro cuando salimos de casa”.
La historia fue compartida en TikTok, en la cuenta @rollsandunderbites, donde rápidamente se volvió viral con más de 744.000 reproducciones. Usuarios celebraron la unión describiéndolos como una pareja destinada a encontrarse.
Para Moranda, la adopción no solo cambió la vida de Maggie y Gus, sino que también refuerza un mensaje: aunque adoptar puede implicar retos, especialmente con animales que han sufrido pérdidas o traumas, el amor que brindan a cambio es invaluable.
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