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Por primera vez en España, una perra adiestrada acompañó a una víctima de violencia de género durante un juicio, en un hecho histórico que busca transformar la forma en que el sistema judicial atiende a quienes han sufrido este tipo de agresiones.
La protagonista se llama Cami, una perrita de apoyo emocional que formó parte de una experiencia pionera desarrollada en el Palacio de Justicia de Huelva, al sur del país.
Según informó Antena 3 Noticias, la iniciativa hace parte del programa AUVA (Asistencia con Unidades de Vinculación Animal), impulsado por la Junta de Andalucía dentro del Servicio de Asistencia a Víctimas de Andalucía (SAVA). El propósito es reducir el estrés y la ansiedad que enfrentan las víctimas cuando deben revivir su experiencia ante un tribunal.
La magistrada Estela San José Asensio, del Juzgado de Penal 3 de Huelva, explicó al medio de comunicación que el sistema judicial puede resultar intimidante para las víctimas. “En muchas ocasiones sufren una segunda victimización o incluso violencia institucional. El entorno judicial es frío, y la presencia de un animal puede hacerlo más humano, más tranquilo y empático”, aseguró.
Cami acompañó a la víctima desde el momento en que ingresó al edificio judicial, permaneciendo a su lado durante toda la diligencia. El recorrido de la perra, cuidadosamente planificado, forma parte de un protocolo diseñado por para garantizar un acompañamiento emocional continuo.
De acuerdo con Manuel Álvarez, director canino del proyecto AUVA, el trabajo detrás de Cami requirió casi dos años de entrenamiento. “Lo principal es que el vínculo con la víctima sea natural, no forzado. Cami no necesita premios ni juguetes, su refuerzo es la caricia y la conexión emocional”, explicó.
Por su parte, el coordinador del SAVA en Huelva, Fernando Moreno, señaló a Antena 3 Noticias que la iniciativa se inspiró en experiencias europeas que integran animales en procesos judiciales para reducir la llamada “victimización secundaria”. “Nuestro objetivo es que el paso por el sistema judicial sea lo menos doloroso posible. La acogida ha sido excelente: la víctima que acompañó Cami estaba emocionada y agradecida por su presencia”, comentó.
El programa, que se encuentra en fase piloto, ha sido considerado un avance hacia para una justicia más empática y centrada en las personas. La Junta de Andalucía planea extenderlo a otras provincias si los resultados se mantienen positivos.
Más allá de su impacto inmediato, el caso de Cami abre una reflexión sobre el papel de los animales en los procesos de acompañamiento y salud mental. En contextos judiciales, donde las víctimas de violencia de género enfrentan barreras emocionales y estructurales, experiencias como esta podrían servir como modelo para humanizar la atención institucional.
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