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Uno de los parásitos más comunes y frecuentes en animales son las garrapatas y las pulgas. Ante esto, en La Red Zoocial le explicamos cómo prevenirlos.
En primer lugar, hay que saber de qué se habla cuando se mencionan a estos diminutos individuos. Estos son animales de tamaño reducido que se adhieren al pelaje de la mascota, produciendo picazón, chupando la sangre y depositando huevos en la piel.
“Las garrapatas son consideradas como parásitos externos, ya que se alimentan de la sangre de un huésped que principalmente es un animal, pero también puede ser un humano. Al succionar la sangre, se convierten en portadoras eficientes de diversas enfermedades, porque su forma de alimentarse es lenta y pueden pasar varios días sin que el huésped note su presencia”, explica Purina en su página web.
Por otro lado, prefieren esconderse en campos de visibilidad reducida, según el American Kennel Club, una fundación que se enfoca en el bienestar canino. La cabeza, las orejas y el cuello son las tres partes del organismo en las que se pueden encontrar garrapatas y pulgas, así como entre sus dedos y debajo de la cola, porque allí son difíciles de detectar.
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De acuerdo con Zotecnia –empresa distribuidora de equipamiento, medicamentos y alimentación, para clínicas y tiendas veterinarias– estas son las cosas que puede hacer para reducir la probabilidad de contraer pulgas o garrapatas en su peludito.
1. Motilar al animal y mantenerlo corto, así como cepillarlo a diario: revisarle constantemente su cuero cabelludo ayudará a detectar presencias irregulares a tiempo y tener bajo control este tipo de situaciones.
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2. Mantener aseados la casa y el jardín es una forma de deshacerse de los parásitos. En especial en zonas exteriores que involucren césped, maleza u otro tipo de flora, ya que estos pueden ser nidos de los animales.
3. Evitar paseos entre hierbas o arbustos muy grandes y altos. En caso de paseos por el campo, lo más adecuado es recorrer aquellos lugares que no cuentan con tanta vegetación. Del mismo modo, es relevante cepillar y revisar al canino tan pronto se llegue a casa.
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4. Usar productos antiparasitarios de la mano de un especialista o un veterinario. Esta es una de las medidas más efectivas y sencillas para evitar la presencia de pulgas y garrapatas chupasangre. Por ello, se requiere un profesional que guie y aconseje cuál es el mejor producto que se ajusta a las necesidades y características de su canino. Nunca lo hago solo, siempre de la mano de un experto.
Aunque estos seres son difíciles de ver, los efectos que dejan en su mascota se pueden notar con un poco de observación. Cuando hay presencia de garrapatas, el canino puede presentar pérdida de apetito, letargo, fiebre, inflamación de ganglios linfáticos, cojera, hemorragia nasal.
En caso de que tengan picaduras de pulga –que son mucho más pequeñas del tamaño de una lenteja, tienen forma alargada y saltan mucho (contrario a las garrapatas)– se observan los síntomas de: picazón, irritación en la piel, sarpullidos, heridas y presencia de heces de pulga en el pelaje del perrito.
Recuerde que contar con la opinión y sugerencia de un profesional es primordial para actuar de la forma más eficaz posible, ya que todos los perros responden diferente según las características que tengan. No se confíe en extraños y acuda siempre con un profesional.
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