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En Quito, Ecuador, una historia de abandono y esperanza se volvió viral por su ternura y un mensaje que habla sobre la lealtad y la compasión hacia los animales. Todo comenzó cuando Jonathan Guzmán, un joven amante de los perros, salió a pasear con sus dos mascotas adoptadas y, sin saberlo, terminó protagonizando un nuevo rescate.
Según relató al diario El Comercio, Guzmán caminaba por el parque Matovelle cuando escuchó unos ladridos insistentes que lo llevaron hasta una banca. Allí encontró a un perro mestizo que estaba amarrado con una cuerda. Al lado había una botella de agua y una carta escrita a mano. El mensaje, lleno de faltas de ortografía y aparente letra infantil, contaba su historia: su dueño ya no podía cuidarlo y lo había dejado allí con la esperanza de que alguien más lo adoptara.
“Hola, me llamo Yogui. Estoy aquí porque mi dueño ya no podía mantenerme y no tenía con quién dejarme, por eso decidió dejarme aquí. Por favor, no me hagas daño, mejor adóptame y conóceme. Soy una buena alarma para los ladrones, muy cariñoso y nada agresivo. A veces tengo miedo de otros perros, pero eso no significa que los vaya a atacar. Te querré toda mi vida si me adoptas”, decía la carta.
Guzmán se conmovió de inmediato. “Parecía hecha por un niño. Pedía que lo adoptaran porque es un perro bueno. Si no, que dejaran la carta para que otra persona lo encuentre”, contó al medio ecuatoriano.
Sin pensarlo dos veces, decidió desatarlo y llevarlo a su casa. Al día siguiente lo trasladó a una clínica veterinaria, donde los médicos confirmaron que Yogui tiene entre seis y siete años, está delgado y presenta una leve inflamación en la próstata, aunque nada que no se pueda tratar. A pesar del abandono, el perro se mostró dócil, agradecido y cariñoso.
Jonathan, que ya ha rescatado a otros animales, inició una nueva búsqueda: encontrarle a Yogui un hogar definitivo. “Quiero que alguien lo reciba como un miembro más, que lo quieran hasta que sea viejito. No merece volver a pasar hambre ni sentirse solo”, expresó al medio de comunicación.
Durante los días siguientes, compartió su historia en redes sociales, esperando que llegara a alguien dispuesto a abrirle las puertas de su casa.
A través de su cuenta de Instagram, @jonathangt01, Jonathan confirmó recientemente que Yogui finalmente encontró una familia.
Esta historia recuerda que detrás de cada mascota abandonada hay una vida que anhela afecto, cuidado y un hogar donde pueda sentirse segura.
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