El senador republicano de Carolina del Sur, Lindsey Graham, propuso ante el Senado estadounidense un proyecto de ley que busca prohibir el aborto tras la semana 15 de gestación en todo el territorio de Estados Unidos. El proyecto solo contempla como excepción los casos de incesto, violación o peligro para la vida de la madre.
Se trata del mayor esfuerzo de los conservadores para acabar con ese derecho en todo el país, después de que los estados hayan ido aprobando leyes contra el aborto en los últimos meses.
Esto como consecuencia de que en junio la Corte Suprema revocara el fallo Roe vs. Wade, que desde 1973 protegía el derecho de la mujer a elegir sobre su cuerpo e impedía que se presentaran barreras en el acceso al aborto.
“El aborto no está prohibido en Estados Unidos. Depende de los funcionarios electos en Estados Unidos definir el tema... Los estados tienen la capacidad de hacerlo a nivel estatal y tenemos la capacidad en Washington de hablar sobre este tema si así lo elegimos. He elegido hablar”, afirmó Graham en una conferencia de prensa.
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El pryecto de ley titulado “Ley de protección de los niños por nacer capaces de sufrir dolores contra los abortos tardíos” no puede avanzar en el Congreso mientras el partido Demócrata, que respalda el derecho de las mujeres a interrumpir voluntariamente su embarazo, tenga la mayoría de escaños en ambas cámaras.
Por eso, el senador aseguró que si su partido recupera las mayorías en el Legislativo tras las elecciones intermedias de noviembre, se votará ese proyecto de ley.
La propuesta del senador Graham contrasta con lo que algunos líderes republicanos llegaron a afirmar. Por ejemplo, el líder de la minoría en el Senado, Mitch MacConnell, celebró la revocación de Roe contra Wade, pero afirmó que era poco probable que buscaran prohibir el aborto en todo el país.
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Entre tanto, mientras que, desde la decisión de la Corte Suprema, en 26 estados conservadores se ha buscado prohibido el aborto, en los estados demócratas se ha buscado facilitar las condiciones para que las mujeres puedan viajar y abortar. La medida ha implicado en algunos casos congestiones en las clínicas de aborto.
A la fecha, 12 estados prohíben casi por completo la interrupción voluntaria del embarazo. De esos, al menos nueve no permiten excepciones para casos de violación e incesto.
Así, el proyecto de ley de Graham resulta menos restrictivo que la legislación que algunos estados republicanos han impuesto.
“Los republicanos en el Congreso están enfocados en quitarle derechos a millones de mujeres”, afirmó la jefa de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en un comunicado al respecto.
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“El presidente Biden y los demócratas del Congreso se comprometen a restaurar las protecciones de Roe contra Wade frente a los continuos pasos radicales de los republicanos electos para poner las decisiones sobre el cuidado de la salud personal en manos de los políticos en lugar de las mujeres y sus médicos, lo que amenaza la salud y la vida de las mujeres”, añadió.
Por su parte, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, una férrea defensora del derecho de acceder al aborto, dijo que el proyecto de ley de Graham era “la última y más clara señal de la intención de los republicanos extremistas de Donald Trump de criminalizar la libertad de salud de las mujeres en los 50 estados y arrestar a los médicos por brindar atención básica”.
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