La que para cualquier otra capital del mundo sería una buena noticia no lo fue esta vez para la ciudad de Nueva York. Cuatro meses después de que Amazon anunciara con bombos y platillos que abriría un gigantesco complejo en la ciudad más importante de Estados Unidos, la empresa anunció que cancelaría estos planes tras la fuerte presión a la que se enfrentó por parte de la comunidad vecina al proyecto.
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“Después de mucho pensar y deliberar, hemos decidido no seguir adelante con nuestros planes para construir una sede para Amazon en Long Island City, Queens”, afirmó la empresa a través de un comunicado este jueves. “Varios políticos estatales y locales han dejado en claro que se oponen a nuestra presencia y no trabajarán con nosotros para establecer el tipo de relaciones que se requieren para seguir adelante con el proyecto que nosotros y muchos otros imaginamos”.
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Amazon había anunciado a mediados de noviembre que el lugar elegido para construir su nueva sede operacional sería la ciudad de Nueva York, exactamente la localidad de Long Island en el condado de Queens. La propuesta fue respaldada en su momento tanto por el gobernador del estado Anthony Cuomo como por el alcalde de la ciudad Bill de Blasio, pues según la empresa se iban a crear entre 25.000 y 40.000 empleos.
Pero para algunos que viven en la zona la propuesta no pintaba del todo bien. El ayuntamiento de Nueva York había anunciado que para “impulsar” la llegada de Amazon le daría a la empresa cerca de $3.000 millones de dólares en incentivos económicos para apoyar la “renovación” que la empresa propuso para una de las zonas más deterioradas del condado de Queens. Una decisión que tomó por sorpresa a los vecinos pues nunca fueron consultados ni por Amazon ni por la Alcaldía.
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Quienes residen en Long Island, y en general en el condado de Queens, temían que la llegada de Amazon provocara un aumento en los costos de vida en la zona. Actualmente la ciudad de Nueva York es uno de los lugares más caros para vivir en el mundo y un arriendo en Long Island, que no es una de las zonas más atractivas de la ciudad, puede costar tres veces lo que cuesta un alquiler en el Parque el Virrey de Bogotá.
Pero además del temor a un aumento en los gastos, la razón principal por la que los vecinos de Amazon no querían que la compañía llegara a Nueva York es porque, según ellos, había prioridades más urgentes que las de entregarle US$3.000 millones a la empresa de Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo con una fortuna avaluada en más de US$50 billones.
“La comunidad no quiere regalar tres mil millones de dólares en subsidios a una de las corporaciones más ricas del mundo, especialmente cuando nos dicen que no hay dinero para nuestras escuelas ni para arreglar nuestro sistema de transportación público”, manifestó Jessica Ramos senadora de origen colombiana del estado de Nueva York a El Espectador.
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“A unas cuadras de aquí hay una escuela a la que el estado le debe $2 millones y se los ha negado a nuestros niños, pero para Amazon sí hay dinero, eso es vergonzoso”, manifestó por su parte la legisladora estatal Julia Salazar, también de origen colombiano.
En tanto, quienes apoyaban la idea de Amazon en Nueva York no comprenden que la gente se opusiera a la llegada de una de las empresas más valiosas del mundo, con ganancias anuales de US12.000 millones y que ha prometido un salario en promedio de US$150.000 para sus nuevos trabajadores. “Es de lejos, el mayor desarrollo y transacción económica del estado en la historia moderna”, afirmó Bill de Blasio, alcalde de la ciudad de Nueva York, antes de que Amazon anunciara la cancelación del plan.
Pero quienes se opusieron alertaron que la llegada de residentes con altos ingresos, antes que dinamizar la zona, podía convertir al sector en una burbuja hipotecaria, algo que tendría un impacto negativo en las familias de clase media y de bajos ingresos que han vivido en Long Island históricamente.
Van a excluir a nuestra gente trabajadora de esos empleos, por eso queremos que se vuelvan a poner en la mesa, pero con planes que beneficien a nuestra comunidad”, dijo a El Espectador Jessica Ramos, congresista estatal que hace parte del movimiento liderado por la mediática senadora latina Alexandria Ocasio-Cortez, que también se opuso a la llegada de la multinacional.
“En Queens estamos viviendo grandes cambios en nuestros corredores comerciales, donde la llegada de grandes corporaciones a nuestros barrios ha resultado en el desplazamiento de la clase trabajadora, primordialmente personas de color, incluyendo a la comunidad Latina”, afirmó la congresista a este diario.
Hemos visto cómo este fenómeno ha destruido comunidades y las oportunidades empresariales para inmigrantes al igual que ha provocado el aumento de los costos de vivienda. No tiene sentido que para que las empresas quieran venir aquí, tengamos que regalar tanto", agregó la legisladora neoyorquina.
La preocupación de los demócratas del estado de Nueva York tenía que ver con los antecedentes que se vivieron en la ciudad de Seattle, en donde negocios pequeños como cafeterías, restaurantes y tiendas, cerraron en los últimos años para ser reemplazados por establecimientos de mayor nivel. Además, la llegada de estas empresas tecnológicas sin control, de acuerdo con la Asociación para el Desarrollo de Vecindarios y Viviendas, organización neoyorquina que estudia el fenómeno poblacional en la ciudad, podía provocar un desplazamiento de los habitantes de la zona.
"Hay muchos problemas que no se han abordado en el vecindario, así que esto se siente como una emboscada y un chantaje", le dijo Jessica Ramos a El Espectador.
La desconfianza en las empresas tecnológicas de Silicon Valley, que ha estado latente a nivel nacional durante los últimos años, estalló en los últimos meses y su efecto se ha sentido también en la ciudad de Nueva York. Facebook ha sido utilizado por poderes extranjeros para influir en las elecciones, Airbnb está incrementando los costos de alquiler en edificios en la ciudad y Twitter ha permitido el discurso de odio y el acoso en línea. Y así otras empresas.
Para los muchos de los estadounidenses Silicon Valley ya no es la atractiva y emocionante comunidad de genios del futuro, sino que es un nuevo tipo de amenaza tipo Wall Street. Los residentes de Queens lo sabían y temían también que la llegada de una comitiva de ejecutivos afectara la cultura de la zona, una de las más diversas culturalmente de la ciudad de Nueva York.
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Y aunque Amazon había prometido invertir en la comunidad, de acuerdo con Jessica Ramos no había certeza de esto en el acuerdo que firmaron en secreto con el alcalde y el gobernador del estado. “En el acuerdo no se estipula que los 25.000 empleos, o algunos de ellos, sean para residentes de la comunidad, por lo que esperamos que llegue una nueva clase más pudiente, desplazando a la nuestra”, afirma la congresista
Y fue finalmente este viernes cuando Amazon decidió no librar una batalla que, aunque podía ganar, le iba a hacer la vida imposible en Nueva York. De acuerdo con la empresa los planes para la construcción estarán suspendidos “por el momento” mientras se evalúan otras opciones de ciudades que sí los quieran. Ofertas que seguramente les sobran.