Al chavismo no le gustan las visitas. Y menos las de los extranjeros que llegan a mirar lo que pasa de puertas para adentro. Porque aunque decenas de informes hablen de que uno de cada cuatro venezolanos necesita ayuda humanitaria, 1.503 personas fueron detenidas arbitrariamente en el primer trimestre de este año, el desabastecimiento de medicinas llega al 85 %, 2,8 millones de venezolanos necesitan ayuda médica urgente y cerca de 5.000 nacionales dejan el país a diario... para el presidente, Nicolás Maduro, el país marcha perfectamente bien.
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En la Venezuela de Maduro tampoco aparece el colapso de los hospitales públicos, los apagones que se registran a diario en varias regiones del país, las fallas en el suministro de gasolina y la larga lista de problemas que treinta millones de venezolanos enfrentan a diario.
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Desde hace quince años, organismos de derechos humanos han querido visitar el país, pero el gobierno no se los ha permitido. Por eso la visita de Michelle Bachelet, alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, es tan importante. Bachelet ya había visitado la Venezuela de Hugo Chávez en 2007, cuando Isla Margarita acogió una cumbre regional. Entonces ella era presidenta de Chile, y Venezuela vivía en una burbuja petrolera. Nadie, ni en sus peores proyecciones, imaginaba la actual crisis.
Menos el actual presidente, Nicolás Maduro, que niega que su país esté pasando problemas. La propia Bachelet lo criticó recientemente al decir que la falta de reconocimiento de la situación por parte del gobierno complicaba las soluciones.
Un informe de una comisión de la ONU, que visitó el país antes de la llegada de Bachelet, ya pintaba un panorama muy complicado. Ayer, después de reunirse con miembros del gobierno de Maduro, el canciller Jorge Arreaza afirmó que “está dispuesto a corregir, a rectificar para preservar los derechos humanos”.
Bachelet y los ministros venezolanos
La exmandataria chilena conversó en privado con los ministros venezolanos de Interior y Defensa, Néstor Reverol y Vladimir Padrino, respectivamente, y otros funcionarios. Hoy se reunirá con Juan Guaidó y otras voces de la oposición que acusan a Maduro de graves violaciones de derechos humanos, llevar al país al colapso y tener más de 712 presos políticos, de los cuales 58 están en las celdas de El Helicoide, el famoso edificio del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin).Las familias de los detenidos han denunciado pésimas condiciones de reclusión y procesos largos y llenos de irregularidades. Y aunque el chavismo (como para variar) lo niega, decidió hacer una jornada de “maquillaje” antes de la llegada de Bachelet.
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“La alta comisionada podrá constatar los amplios e históricos esfuerzos del gobierno bolivariano para promover y garantizar los derechos humanos del pueblo venezolano”, indicó el Ejecutivo en un comunicado.
La periodista venezolana especializada en temas militares Sebastiana Barráez contó cómo de manera casi milagrosa a las celdas de El Helicoide llegó el agua, la luz y hasta servicio telefónico. “Operativos de limpieza, pintura, agua y fotos, además de un inusual operativo médico para comprobar el estado de salud de los pacientes se realizan en El Helicoide”, decía Barráez.
Contó que a los detenidos los llevaron a llamar por el teléfono público que hay dentro de las instalaciones y también les permitieron usar el gimnasio. Claro, todo quedó grabado en video y se hicieron fotografías, por si acaso alguien tiene dudas de que el gobierno de Maduro no respeta los derechos humanos. “Por arte de magia, la enfermería, que usan para relaciones conyugales, la arreglaron de tal manera que cualquier hospital la envidiaría”, señaló Barráez en su cuenta de Twitter. Adicionalmente, en los últimos tres días, el gobierno excarceló a 28 personas.
Algo que el excandidato presidencial Henrique Capriles le advirtió a Bachelet: “Funcionarios del gobierno de Maduro recibirán a Bachelet dispuestos a mentirle con cifras maquilladas y un parque temático. Intentarán mantenerla en Caracas, pasearla por las fachadas que ya empezaron a pintar y mantenerla ajena a lo que se vive en el estado de Zulia (noroeste), por poner un primer ejemplo, donde son más las horas que pasan sin electricidad que las que tienen el servicio (...)”.
Lo que debe explicar el gobierno venezolano
Es verdad, esta semana se pintaron varias fachadas de edificios públicos. Caracas, una ciudad que durante años fue admirada por visitantes, hoy luce descuidada y semidestruida.De acuerdo con el analista Luis Vicente León, “los reportes de la alta comisionada de la ONU sobre Venezuela han sido severos y críticos sobre violaciones de derechos humanos y dudo que cambien con su visita”.
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Humberto Prado, director del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) le pidió a Bachelet visitar algún centro penitenciario porque, dice, “46 personas han perdido la vida tras las rejas”.
Le piden también auditar lo que ha pasado con las toneladas de ayuda humanitaria que han llegado al país. Por ejemplo, el segundo lote de la Cruz Roja con 24 toneladas de insumos médicos y plantas eléctricas, que entró el lunes, proveniente de Panamá y destinado a hospitales.
“Tiene el Estado venezolano mucho que explicar y mucho que resolver en términos de investigación y prevención de ejecuciones extrajudiciales”, dijo a EFE Carolina Jiménez, directora de Amnistía Internacional (AI) para Venezuela.