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Tres hombres blancos fueron sentenciados a cadena perpetua por el asesinato de Ahmaud Arbery, un joven afroamericano a quien “cazaron” y mataron con una escopeta mientras trotaba por un barrio de la ciudad de Brunswick, Georgia, en Estados Unidos. Este caso provocó una ola de indignación y de protestas en el país.
Gregory McMichael, de 66 años, su hijo Travis, de 35, y su vecino William Bryan, de 52, podrían ser condenados a la pena capital de ser encontrados culpables en un nuevo juicio, que deben encarar ante un tribunal federal, para responder por los cargos de crímenes de odio, tras haber asesinado a Arbery por su raza.
El juez Timothy Walmsley, de la Corte Superior del condado de Glynn, les impuso a los McMichael la pena de cadena perpetua sin la posibilidad de libertad condicional, mientras que a Bryan le dio la misma sentencia, pero con la oportunidad de salir libre bajo fianza una vez que cumpla al menos 30 años de su condena.
De acuerdo con el juez, “Ahmaud Arbery salió a correr y terminó corriendo por su vida”. El funcionario judicial guardó un minuto de silencio para conmemorar el “cruel” asesinato del joven.
Un jurado mayoritariamente blanco
Los McMichael y Bryan fueron hallados culpables el 24 de noviembre del 2021, luego de que el jurado, conformado por once personas blancas y un solo afroamericano, deliberara durante diez horas en un juicio en el que se presentaron a declarar una treintena de testigos a lo largo de casi dos semanas.
Durante esta audiencia para dictaminar la sentencia, los padres de la víctima le solicitaron al juez que los culpables del asesinato de su hijo permanecieran el resto de sus vidas en prisión. Su padre, Marcus Arbery, indicó que: “Cuando cierro los ojos, veo su ejecución en mi mente, una y otra vez. Voy a ver esto por el resto de mi vida”.
Por su parte, Wanda Cooper- Jones, la madre del joven, expresó lo siguiente: “Ahmaud nunca les dijo una palabra, nunca los amenazó, solo quería que lo dejaran solo. Los asesinos estaban completamente comprometidos con su crimen, que se comprometan completamente con las consecuencias”, precisó.
A las afueras del tribunal, un grupo de personas, la mayoría afroamericanas, celebraron la sentencia, en medio de un fuerte despliegue policial.
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La prueba del delito
La muerte de Arbery, el 23 de febrero de 2020, pasó desapercibida durante varios meses, hasta que a principios de mayo se filtró en internet un video que grabó Bryan con su celular, mostrando el momento en el que el joven fue interceptado por los McMichael, quienes, tras perseguirlo y acorralarlo en su camioneta, le dispararon a quemarropa con una escopeta.
La investigación pasó a manos del Buró de Investigaciones de Georgia (GBI), que en cuestión de días ordenó el arresto de los tres hombres. De hecho, Gregory McMichael era un expolicía del condado de Glynn y fue investigador de la Oficina de la Fiscalía en esa localidad. Gracias a sus conexiones, en un principio, el crimen de Arbury había quedado impune, pero fue gracias al video y a la reacción en las redes sociales que se emitió la orden de captura hacia estos tres hombres.
Antes de pronunciar su veredicto, el jurado pidió al juez que mostrara de nuevo el video de la muerte, que se convirtió en una pieza clave de evidencia durante el juicio, y solicitó también oír la llamada al número de emergencia 911 que los imputados hicieron.
Durante el juicio, la defensa sostuvo que estos tres hombres intentaban realizar un arresto ciudadano, ante la sospecha de que el joven era un ladrón, pues en numerosas ocasiones aseguraron que lo habían visto frecuentando una vivienda en construcción en el barrio de Satilla Shores.
Travis McMichael testificó que le disparó a Arbery en defensa propia, luego de que presuntamente lo atacara con los puños al confrontarlo. La Fiscalía estatal, sin embargo, demostró que el joven de 25 años nunca cometió ningún delito y que fue asesinado por los McMichael y Bryan “no porque fuera una amenaza para ellos, sino porque no se detuvo a hablar con ellos”.
Al presentar sus argumentos finales, la fiscal Linda Dunikoski dijo que para que el arresto ciudadano hubiese sido legal, la persona que intentaba ejecutarlo debía haber presenciado un crimen, algo que nunca ocurrió.
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Nueva Ley
La muerte de Arbery dio pie a que la Legislatura de Georgia aprobara una medida que penaliza los delitos de odio en el estado. Este proyecto fue una iniciativa bipartidista que fue promulgada por el gobernador, el republicano Brian Kemp, quien la celebró como una “señal de progreso”.
Aunque esta nueva ley no pudo ser aplicada en este juicio, la Fiscalía federal sí presentó dichos cargos para el próximo proceso judicial que enfrentarán los tres reos a partir del 7 febrero, cuando está previsto que comience la selección del jurado.
El caso de Arbery se sumó a varios otros que generaron una ola de indignación y de protestas en el verano de 2020, entre ellos el del joven afroamericano Rayshard Brooks, que murió tras ser baleado por un agente policial de piel blanca en Atlanta, y el de George Floyd en Minneapolis, Minnesota, fallecido tras ser arrestado por un oficial blanco.
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