“Ucrania respeta a los países Latinoamericanos, aprecia a los amigos de la región, quiere mantener un diálogo activo y productivo con ellos, y quiere abordar temas de la agenda mundial junto con ellos”, afirmó Dmytro Kuleba, canciller ucraniano, en una entrevista con la Alianza Informativa Latinoamericana. Cuando se le preguntó sobre la posibilidad de que se lleve a cabo una cumbre de Ucrania en América Latina, afirmó que no se han definido la fecha ni el lugar, las conversaciones están abiertas, pero cree que la cercanía con los países latinoamericanos es una oportunidad para Kiev. “Esperamos que la región recuerde su gran historia: nació como resultado de la lucha por la libertad, y esto es exactamente por lo que lucha Ucrania”, advirtió el funcionario.
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Esta no es la primera vez que se escucha de la posibilidad de hacer un encuentro de ese estilo. De hecho, el presidente Volodimir Zelenski, a través de un discurso de trece minutos, les pidió ayuda a los congresistas mexicanos para gestionar el encuentro regional hace unas semanas. “Ucrania ya propuso a América Latina organizar una cumbre especial y mostrar su unidad y principios globales. Creo que con la ayuda de México eso sería mucho más rápido”, aseguró en ese entonces, y lo hizo a pesar de que el país norteamericano ha tenido posiciones ambivalentes frente a la guerra entre Kiev y Moscú.
Por un lado, Andrés Manuel López Obrador ha afirmado que sigue una postura neutral, pero se le ha escuchado criticar las acciones que han emprendido otros países para apoyar a Ucrania, como cuando cuestionó al Gobierno de Alemania por el envío de tanques Leopard 2. Por el otro, la Misión Permanente de México en la Organización de las Naciones Unidas, encabezada por el embajador Juan Ramón de la Fuente, ha votado a favor de al menos tres resoluciones de la Asamblea General para condenar la anexión de cuatro regiones ucranianas por Rusia, exigir al gobierno de Vladimir Putin que pague por las reparaciones de los daños que ha provocado la guerra y llamarlos a retirar las tropas rusas del territorio ucraniano.
Para el internacionalista Jesús Agreda Rudenko, la cumbre es una posibilidad, aunque considera que es curioso que el mandatario ucraniano la haya solicitado bajo el liderazgo mexicano. Destaca que toma fuerza el debate teniendo en cuenta la visita del canciller ruso, Serguéi Lavrov, a Latinoamérica, específicamente a Brasil, Venezuela, Nicaragua y Cuba, “en un esfuerzo por ejercer una especie de diplomacia paralela y lograr el apoyo de nuestra región a la causa ucraniana. A su parecer, la razón por la cual la primera solicitud de la cumbre se hizo ante México fue porque ese país “tiene una votación más consistente en el marco de la ONU. Ahora, el problema de Ucrania es que no ha logrado tener un apoyo convincente a nivel regional, y eso significa que no ha logrado una condena clara para Rusia y sus acciones, lo que a su vez debilita el esfuerzo de Kiev por aislar la presencia y la credibilidad de Moscú. En principio, pensé que la declaración de la Corte Penal Internacional iba a cambiar esa posición, pero, sorprendentemente, ese no es el caso”.
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El Parlamento de Chile ha sido otro escenario utilizado por el mandatario ucraniano para ganar adeptos. Tras una intervención, Zelenski expuso la postura de su país ante la sesión conjunta del Senado y la Cámara de Diputados. En medio de ello, el senador Juan Antonio Coloma advirtió: “El Estado de Chile, desde el comienzo, ha condenado las acciones bélicas, considerándolas como una ruptura flagrante del orden internacional. El Gobierno y ambas ramas del Congreso Nacional se han pronunciado de manera clara e inequívoca en orden a que este ataque representa el desconocimiento de normas del derecho internacional”. Ahora bien, ese acercamiento con algunos países latinoamericanos no se ha traducido en más armas, que ha sido la constante petición de Kiev. Por ejemplo, Argentina, Brasil y Colombia han decidido no enviar armamento. Sin embargo, Brasilia ha intentado consolidarse como mediador entre las partes en conflicto.
“El presidente Lula tuvo una conversación buena y constructiva con el presidente Zelenski, y damos la bienvenida a cualquier esfuerzo por poner fin a esta guerra, bajos dos principios fundamentales: restaurar la integridad territorial ucraniana dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas y no congelar el conflicto”, advirtió Kuleba ante la Alianza Informativa Latinoamericana. “Esto se llama el arte de la diplomacia, y dejamos que el presidente Lula decida lo que él cree que es apropiado, pero, como dije, cualquier cosa que implique que Ucrania debe ceder su territorio al enemigo, no va a funcionar”, puntualizó el responsable de la cartera de exteriores.
Según Agreda Rudenko, la potencia regional para buscar una solución al conflicto es limitada. “El mismo Lula lo reconoce cuando habla de la necesidad de un grupo de países, solo que ese grupo debe involucrar a actores centrales para Rusia, como China e India, quienes de alguna manera todavía ayudan a sostener a la economía rusa a flote. En otras palabras, por un lado, la supuesta neutralidad regional (que se pone en duda si es bajo el liderazgo de Brasil) puede ser un punto a favor, pero, por el otro, si no se involucran a los actores esenciales, el resultado que está destinado al fracaso”. De hecho, con relación a la credibilidad de Brasil, cree que hay varios obstáculos, entre ellos, por ejemplo, que en el marco del BRICS, el gigante latinoamericano tenía un papel importante, que planeaba utilizar para revisar la estructura unipolar del sistema internacional y tener una presencia internacional más significativa. Sin embargo, concluye, “esa plataforma está comprometida por las acciones rusas, y Brasil debe ser muy consciente de ello”.
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