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Las tensiones entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y Harvard están creciendo. Luego de que la administración republicana decidiera congelar más de US$2.000 millones porque la institución educativa se negó a llevar a cabo cambios en su gestión, prácticas de contratación y política de admisiones, el mandatario, que consideró la negativa como un freno al esfuerzo por acabar con el antisemitismo en el campus, mientras que la universidad reclama respeto por la libertad de expresión, escribió en sus redes sociales una nueva amenaza, y esta vez incluyó un tema tributario.
A través de Truth Social, el jefe de la Casa Blanca expresó: “¿Tal vez Harvard debería perder su estatus de exención de impuestos y ser gravada como una entidad política si sigue promoviendo una ‘enfermedad’ inspirada en la política, la ideología y el terrorismo? Recuerden, ¡el estatus de exención de impuestos depende totalmente de actuar conforme al interés público!”.
Muchas universidades, entre ellas Harvard, están exentas del impuesto federal a la renta, pues están clasificadas como proveedoras de un bien público. Esta institución, que es la más rica del mundo, tendría cómo enfrentar el cambio con el que está amenazando el republicano, teniendo en cuenta que tiene una dotación total de más de US$50.000 millones. Ese no es el caso de otras entidades, como Columbia, que, dado un menor músculo económico, llegó a un acuerdo con el Gobierno para modificar sus políticas y programas.
Esta disputa tiene de fondo los recortes en asuntos de diversidad impulsados por el poder federal, así como la guerra de Israel y Hamás en la Franja de Gaza y las protestas estudiantiles que se llevaron a cabo el año pasado en varios campus estadounidenses, incluidos el de Harvard y el de la institución neoyorquina. También ocurre en medio de un contexto de detenciones y eliminación de visas a jóvenes simpatizantes con la causa palestina y críticos de Israel. Los casos de Mahmoud Khalil, graduado de Columbia, que puede ser deportado a pesar de ser residente permanente legal, y de Rumeysa Ozturk, mujer turca que estudiaba su doctorado en la Universidad de Tufts, son símbolo de ello.
La situación de Harvard ha provocado una ola de solidaridad desde varios sectores: Barack Obama, Yale y otras instituciones académicas se han manifestado en apoyo a la universidad. Sobre el tema, el expresidente demócrata dijo: “Se ha dado ejemplo a otras instituciones de educación superior al rechazar un intento ilegal y torpe de sofocar la libertad académica”.
En su respuesta a la postura de la Casa Blanca, el presidente de Harvard, Alan Garber, comentó: “Ningún gobierno, independientemente del partido que esté en el poder, debería dictar qué pueden enseñar las universidades privadas, a quiénes pueden admitir y contratar, y qué áreas de estudio e investigación pueden seguir”.
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