Un supuesto sacerdote fue acusado por las autoridades ecuatorianas de violar y embarazar a una menor de 10 años, quien sería su propia hija. El hombre, de 57 años, fue capturado el pasado 30 de abril por supuestamente cometer este y otros delitos más. La apertura del juicio en su contra de ordenó este miércoles.
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El acusado, identificado como Juventino de Jesús Espinoza, podría enfrentar una pena de 22 años de cárcel tras enfrentar al menos cinco denuncias de violaciones contra menores de edad. “El imputado, dijo el fiscal, se valía de su condición de sacerdote para ganarse la confianza de las mujeres que asistían a una iglesia, ubicada en el sector de la Villaflora, sur de Quito”, reporta el documento de las autoridades.
El caso que ha causado mayor escozor en este país es el embarazo de quien sería su hija, que hoy tiene catorce años (y su hija, cuatro años), y que inicialmente se creía adoptada por el supuesto religioso. Sin embargo, según un reporte de ADN que realizaron las autoridades ecuatorianas y por el relato de la menor de edad, se cree el hombre sí sería el padre biológico de la víctima.
Por su parte, las autoridades peruanas creen que es un falso cura que se aprovechaba de la religión para cometer estos delitos. En hombre circulaba en la frontera de Ecuador, donde se identificaba como miembro de la Iglesia Fundación Ecuménica de Cristo Misionero, con la de Perú, donde se presentaba como parte de la Congregación Fraternidad San Giorgio.
Sobre la violación contra su supuesta hija
Según el reporte de las investigaciones preliminares por parte de la Fiscalía General del Estado en Ecuador, el hombre se aprovechó de la situación económica de la madre de la menor, quien se la dio en adopción y este usó una declaración juramentada falsa para cambiarle sus apellidos. Luego realizaron las pruebas de ADN y encontraron que se trataría de su padre biológico.
El hombre fue capturado en abril de este año y el informe policial registró que en 2019 el supuesto sacerdote había llegado con la menor a un hospital en Perú, en donde se identificó como su padre y dijo que la niña había sido violada y embarazada por un adolescente. Adicional a esto, el documento reportó que el hombre abandonó la clínica cuando el personal médico le requirió sus documentos.
Finalmente, la menor y su bebé fueron trasladadas a Ecuador, con apoyo de una fundación, donde fue valorada por las autoridades de ese país y tras realizarle un examen ginecológico determinaron que el supuesto sacerdote fue el violador.
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