Louis Prevost aún trata de entender lo que le acaba de pasar a su familia. Su hermano pequeño, Robert Francis, se convirtió en León XIV, el primer papa estadounidense de la historia, un destino increíble para un niño de Chicago que soñaba con ser cura.
“Supimos desde muy pronto, quizá cuando él tenía cinco o seis años, que iba a ser sacerdote. No tenía ninguna duda”, dice a la AFP Louis Prevost, de 73 años, desde su casa de Port Charlotte, en el suroeste de Florida.
“Cuando éramos niños, le gustaba mucho jugar a ser cura. Yo pensaba: ‘¿Qué diablos? ¿Cura?’ Él compraba pequeños caramelos con forma de disco y fingía que eran obleas de comunión y se los daba a todos nuestros amigos en el patio”, recuerda con una sonrisa. “Solíamos tomarle el pelo con que iba a ser papa algún día y eso no le gustaba”.
El jueves, después de que la fumata blanca emergiera de la chimenea de la Capilla Sixtina, Louis empezó a ponerse nervioso porque tenía el presentimiento de que el elegido iba a ser su hermano. Prendió el televisor, trató de calmarse, pero la espera del anuncio de la identidad del nuevo pontífice se le hizo eterna.
Cuando el cardenal protodiácono, el francés Dominique Mamberti, pronunció al fin el nombre de su hermano, Louis estalló de alegría.
“Estaba en la cama sentado, y menos mal, porque si no probablemente me habría caído al suelo. Pensé: ‘Mi hermano es el papa. No me lo puedo creer’”, cuenta. “Mi mente voló fuera de este mundo, es loco, ridículo. Estaba tan emocionado”.
Las preguntas del hermano del papa León XIV sobre el futuro de la familia
Ahora, pasada la euforia inicial, se pregunta cómo el nuevo estatus de su hermano pequeño puede afectar su relación personal. “Esto podría ser malo para la familia. ¿Lo volveremos a ver? ¿Volveremos a hablar con él como hermanos? ¿O tendrá que ser todo oficial? ¿Cómo está Santo Padre, bla, bla, bla? Plantea un montón de preguntas”, dice.
“Sigue ahí, pero está fuera de alcance. Uno no puede simplemente agarrar el teléfono y llamarlo. Tiene que ser algo especial para llamar al papa”, añade.
Louis espera obtener respuestas a esas dudas gracias a John, el tercer hermano, que viajará a Roma desde Chicago en las próximas horas, con la esperanza de ver a León XIV.
Sobre el papado de su hermano, Louis cree que será capaz de unir a la Iglesia católica, atraer a más fieles y hacer del mundo un lugar más pacífico.
“¿Quién sabe si tiene capacidad para llegar a acuerdos en conflictos como el de Gaza o el de Rusia y Ucrania? Pero lo he visto hacer que dos partes enfrentadas hagan las paces en cinco minutos”, asegura. “Tiene un don para comunicarse con la gente y hacerle abrir los ojos”.
Louis también espera que su hermano revitalice la Iglesia católica en su país. “Ahora el papa León es estadounidense. Cuando venga a Estados Unidos hablará en inglés, no en latín, español o italiano (...) Y la gente lo entenderá. Lo verán y comprenderán que es uno de los nuestros”.
El otro hermano, John Prevost, también habló
En declaraciones a la agencia Associated Press, John Prevost, otro de los hermanos del nuevo papa, contó que solía hablar por videollamada casi todos los días con él antes del cónclave. Durante una entrevista con Associated Press en Chicago, su teléfono sonaba sin parar, mientras hablaba con el periodista. Sin embargo, una llamada que provenía de una tableta en el sótano lo hizo interrumpir la conversación. “Tal vez sea el papa”, le dijo al reportero.
Al bajar, John se dio cuenta de que tenía varias llamadas perdidas de su hermano y le devolvió la llamada. “Pude presenciar ese momento histórico: la primera llamada del papa a su hermano”, dijo el periodista, sin revelar los detalles de la conversación, aunque solo dijo “hablaron como hermanos”.
John también mencionó que la última vez que habían hablado con el entonces cardenal había sido el martes, antes de que comenzara el cónclave. El hermano reconoció lo difícil que podría ser ahora su comunicación y seguir con la misma rutina. “Se fue”, fue lo que dijo al colgar con León XIV, reflexionando sobre el cambio que implica tener a un papa en la familia.
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