Lea también: Perú: indígenas en Amazonas retienen barco petrolero con 40.000 barriles de crudo
En 2011 se empezó a construir un muro que, muy parecido al Muro de Berlín, separaba a los habitantes de una misma ciudad. Esta vez no por una guerra ideológica tras una Guerra Mundial, sino otro tipo de guerra, la de clase. En Lima hay más de un muro que divide a ricos de pobres, pero el único que por el momento está en proceso de demolición es el que separa al distrito La Molina del de Villa María del Triunfo.
Se supo por medio de un comunicado de la Municipalidad de La Molina el pasado 26 de agosto que se empezaría con el desmantelamiento. A pesar de que la sentencia que aprobaba el derrumbe de la muralla por parte del Tribunal Constitucional de Perú se emitió a principios de este año, con una condición de cumplimiento de 180 días, hasta este mes de septiembre se dio inicio a su ejecución.
#Comunicado | Informamos a la comunidad molinense, sobre el cumplimiento de la sentencia del Tribunal Constitucional para la demolición del muro que nos divide con VMT, lo siguiente: pic.twitter.com/lGpeVnjiyW
— Municipalidad de La Molina (@Munimolina) August 26, 2023
Más sobre Perú
El magistrado y ponente de la sentencia del Tribunal Constitucional de Perú Gustavo Gutiérrez le explicó al medio BBC cuáles son las afectaciones sociales que implica la existencia de esta construcción de concreto: “vulnera el derecho a la libertad de tránsito, entre otros, y separa a dos clases sociales”. Sin embargo, no todas las figuras públicas están de acuerdo con esta medida.
Tras cuatro años de espera para obtener una decisión por parte del Tribunal, cuando el alcalde del distrito La Molina, Diego Uceda Guerra, conoció el resultado, dijo que dicha acción le parecía una “vulneración a la seguridad del distrito”. Y que emprendería acciones legales al respecto.
Aunque ya se han visto obreros trabajar en el lugar para poner fin a esta división, es una noticia agridulce para la capital porque el problema está lejos de acabar. En Lima existen más “muros de la vergüenza”, incluso más extensos y desiguales que el de La Molina.
En la década de los ochenta empezó la construcción que separa el distrito Surco de San Juan de Miraflores. La historia se repite: en Surco se encuentran las casas lujosas, las piscinas y las canchas deportivas. Mientras que en el otro, en San Juan de Miraflores, no hay siquiera servicio de alcantarillado ni agua potable en la zona de Pamplona Alta. Este muro tiene una extensión de 10 kilómetros. Se espera que la próxima división de concreto que caiga sea esta.
Leer más: ¿Por qué el ceviche está en riesgo en Perú? Ya buscan alternativas