El cielo azul de Puerto Príncipe, capital de Haití, ahora es negro y asfixiante. Insondables capas de humo que provienen de neumáticos quemados en las calles e incendios lo ahogan desde inicios de julio, cuando se recrudeció la violencia armada en el territorio.
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A menos que sea por algo imprescindible, como ir al hospital, nadie sale de casa en Cité Soleil, comuna de Puerto Príncipe. Desde el 7 de julio ese lugar es el foco de tiroteos diarios entre pandillas que, a la fecha, dejan más de 500 muertos y 3.000 desplazados según la ONU.
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“En ambos lados, los cuerpos de los opositores son quemados, estas cifras están subestimadas”, dijo Joel Janeus, alcalde encargado de Cité Soleil para el diario Haitian Times.
La policía aún no ha tomado el control de la comuna y quienes no huyen están casi abandonados defendiéndose por sí mismos. El director del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Jean-Martin Bauer, explicó que la gente no puede movilizarse a sus trabajos ni comercializar sus productos.
Esta problemática, según cifras del gobierno, también ha afectado aspectos como la educación, pues hay aproximadamente 1000 escuelas cerradas. “Ningún niño puede ir al colegio mientras las balas vuelan por el aire, es inseguro”, afirmó el representante de Unicef en Haití, Bruno Maes.
Para el abogado haitiano Ralph Laponte, hay un debilitamiento estatal que aumenta el poder de las pandillas en todo el país, incrementando los niveles de inseguridad. “Todas las actividades cesaron. La vida económica ya no existe en la región y por lo tanto el país es inhabitable. Las personas no pueden salir de sus hogares porque temen que los secuestren. Es desesperanzador”.
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El país parece acercarse cada vez más a la ingobernabilidad y las pandillas son, de facto, la nueva autoridad. Así le confirmó a El País Gédeon Jean, director del Centro de análisis e investigación en derechos humanos (CARDH), una organización que contabiliza la violencia en Haití ante la falta de cifras oficiales. Según sus datos, bandas como el G9 an fanmi (G9 y familia), 400 Mawoso (los 400 vulgares) o Izo 5 Segonn (Izo cinco segundos) son dueñas del comercio, el transporte y la justicia.
Además, los secuestros han aumentado significativamente. De acuerdo con un informe del CARDH, para el primer trimestre de 2021 hubo 125 secuestros y en el primer trimestre de 2022 subieron a 225. Los secuestros se han convertido en objeto valioso de mercancía dado que la crisis económica ha hecho que las bandas no tengan ingresos de otros medios que antes sí tenían, como la financiación estatal.
Laponte explica que esta problemática está en todo el territorio. De hecho, la creación y fortalecimiento de pandillas no solo en Cité Soleil, sino en general en Haití, se relaciona con procesos estructurales como “la pobreza extrema — a partir de la cual los grupos que controlan una región reclutan a los jóvenes — ; los comerciantes que ganan dinero del contrabando y los políticos que buscan conexiones con criminales”.
Un informe de la Clínica Internacional de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de Harvard y el Observatorio Haitiano de Crímenes contra la Humanidad encontró que en el gobierno del presidente Jovenel Moïse se transó con las pandillas. Cuando Möise era presidente se desviaron recursos para que la pandilla G9 an fanmi asesinara a los opositores del régimen y mantuviera el orden de las comunas más pobres a cambio de garantías de protección estatal.
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El negocio se acabó con el magnicidio de Moïse el 7 de julio de 2021. Inmediatamente después del asesinato, los secuestros en Haití aumentaron exponencialmente, registra el informe del CARDH.
Pero el contacto entre las bandas criminales y el gobierno haitiano no es nuevo. El dictador François Duvalier, tras sobrevivir un atentado en 1958 depuró el ejército y creó paralelamente a los Tonton Macoute, una fuerza paramilitar de la que se sirvió para asesinar opositores. La relación entre Duvalier y los Tonton Macoute fue siempre un secreto a voces. Algo similar sucedió entre 2001 y 2005 con el grupo paramilitar Les Chimères, que impuso un régimen de terror favorable al presidente Jean-Bertrand Aristide.
De acuerdo con una investigación del portal especializado en crimen InSight Crime, el G9 un fanmi está vinculado a las élites gobernantes y su banda rival, el GPEP, que controla la comuna Cité Soleil, goza de apoyo de la oposición.
El 16 de julio, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó de manera unánime una resolución sobre Haití. Decidió extender el mandato de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití hasta el 15 de julio de 2023; integrar nuevos policías con formación en derechos humanos y abordaje de violencias basadas en género; y prohibió la venta de armas a actores no estatales. Aunque el objetivo es ayudar a que haya menos violencia y unas eventuales elecciones transparentes, el comunicado del Consejo de Seguridad reconoce que en el pasado empleó fórmulas similares que poco han mejorado al país.
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