“Es un puto inútil total”: los mensajes de Johnson sobre su ministro de Salud

El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson.

Foto: AFP - Agencia AFP

La “tormenta Cummings” continúa haciendo estragos en Downing Street, y nadie en el Gobierno de Reino Unido sabe cómo detenerla. Hace unas semanas, Dominic Cummings, el exasesor estrella del primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, comenzó un hilo en Twitter en el que se despachó sin reservas sobre su jefe dejándolo muy mal parado.

Todo esto, dicen los medios locales, se debe a una campaña que Cummings emprendió para derrocar a Johnson y buscar el poder.

En letras mayúsculas en forma de truenos, y relámpagos que llegaban como asterísticos, Cummings contó con detalles los errores de Johnson en el manejo de la pandemia, lo responsabilizó de toda la emergencia sanitaria y lo acusó de mentirle a su pueblo.

El hilo no se ha detenido, por ahora. Este miércoles volvió a ser noticia cuando Cummings expuso en él los chats que tuvo con Johnson en WhatsApp, en los que el primer ministro acusa al jefe de la cartera de Salud, Matt Hancock, de ser un “puto inútil”.

“Nos hemos quedado en unos 5.000 o 7.000 test y MH (Matt Hancock) dijo que es escéptico que lleguemos a los 10.000 el lunes”, le decía Cummings a Johnson, quien había prometido que esa meta se alcanzaría para la semana del 23 de marzo de 2020. “Eso implica que decenas de miles de médicos no van a poder acudir a sus puestos de trabajo en las próximas tres semanas, que serán críticas”, continuó.

“Es un puto unútil total”, contestó Johnson. “No puedo dejar de pensar en retirarlo del medio y sustituirlo por Gove (Michael Gove, actual jefe de gabinete de Johnson)”, agregó el líder de Reino Unido.

Los chats en los que figura Johnson sacuden a todo el Ejecutivo, pues todos en el Gobierno, incluido el primer ministro, han intentando defender a Hancock a capa y espada en público por toda su gestión en la pandemia. El hilo mordaz de Cummings pretende mostrar la disfuncionalidad de la dirección de Johnson, pero los analistas consideran que estos mensajes no prueban, por ahora, ningún delito del gabinete de Johnson.

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“Los mensajes muestran la total frustración del primer ministro, pero no prueban que nadie mintió”, dijo el diputado Jeremy Hunt, quien dirigió una comisión parlamentaria en mayo en la que Cummings y Hancock rindieron testimonio sobre la estrategia del Gobierno durante las primeras semanas de la emergencia.

La oposición ha cuestionado la legitimidad de las críticas de Cummings. Durante el apogeo de la pandemia, él era la persona de mayor rango que trabajaba dentro de Downing Street después de Johnson, y desempeñó un papel clave en la elaboración de la estrategia del Gobierno contra el Covid-19.

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Por esta razón, hay quienes no ven nada más que una estrategia de Cummings para buscar derrocar al primer ministro, con quien tiene una pelea cazada por el poder que lo obligó a dejar su puesto a finales de 2020. Un excolega de Cummings le dijo a The Guardian que el exasesor e ideológo del Brexit tiene una campaña sostenida para “resaltar la incompetencia de alto nivel” y estará con ella “a largo plazo”.

Aunque muchas de las ideas políticas del Gobierno de Johnson tienen las huellas digitales de Cummings por todas partes, sus arrebatos contra quien fue uno de sus grandes aliados en la campaña del Brexit ha llevado a que los laboristas, opositores al gobierno conservador de Johnson, acusen al Ejecutivo de pelar “entre sí como ratas en un saco”.

Las múltiples revelaciones que ha hecho Cummings por Twitter y en su blog en Substack, si bien han mostrado algo de la improvisación del Gobierno en la lucha contra la pandemia, no han tenido mayor efecto en la opinión sobre Hancock y el Gobierno, ya que la exitosa campaña de vacunación de Reino Unido, que ya ha inmunizado al 57 % de su población, han jugado a favor del ministro de Salud y del primer ministro.

El portavoz de Johnson, Max Blain, se negó a comentar directamente sobre los mensajes filtrados.

“No voy a dejar que me atraigan este tipo de afirmaciones”, dijo. Dijo que el primer ministro tenía plena confianza en Hancock y señaló que el Gobierno se ha comprometido a realizar una investigación pública sobre el manejo británico de la pandemia el próximo año.

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