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El Gobierno de Nicaragua actualizó hoy el número de muertos durante las protestas contra el presidente Daniel Ortega, y las ubicó en 198, cifra menor a las organizaciones humanitarias, que cuentan hasta 448. Lo que todavía no explica ni demuestra es quién es el responsable de tantas muertes en el país.
La cantidad de muertos reconocida por el Gobierno dista de las 266 confirmadas por la oficialista Comisión de la Verdad, las 305 del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), las 317 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y las 448 de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (Anpdh).
(Ver más: ¿Quién está disparando en Nicaragua?)
Murillo volvió a advertir que "las instituciones del Estado nicaragüense harán justicia". Y es que Nicaragua atraviesa la crisis sociopolítica más sangrienta desde la década de 1980.
Según la CIDH, el país vive una "tercera fase" de la represión gubernamental, "más ruda, más explícita y burocrática", que es la "criminalización de manifestantes", luego de la primera que consistió en agresiones a protestas callejeras, y la segunda, con ataques armados contra ciudades rebeldes, todas con saldos mortales.
La CIDH y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) han responsabilizado al Gobierno de Nicaragua de "asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias", lo que el presidente Daniel Ortega ha negado.
Las protestas contra el presidente Daniel Ortega y Rosario Murillo comenzaron por unas reformas a la seguridad social, que finalmente fueron retiradas, y se convirtieron en la exigencia de que renuncie el mandatario, después de 11 años en el poder, entre acusaciones de abuso y corrupción en su contra.