Pasando por la Guerra de Secesión estadounidense, en la que las tropas unionistas lanzaron dispositivos incendiarios contra el ejército confederado; por el torpedo aéreo, bomba creada por el ingeniero Charles Kettering y probada por Estados Unidos un mes antes de que se acabara la Primera Guerra Mundial; por el primer torpedo volante guiado a través de control remoto (el Interstate TDR), que permitió a los pilotos dirigir las máquinas a distancia e impactar algunos barcos japoneses en el Pacífico (en 1944); por la creación del programa secreto Red Wagon, con el que se lanzaron aeronaves no tripuladas a territorio soviético con la idea de obtener material gráfico durante la Guerra Fría; hasta ser uno de los principales instrumentos contra el terrorismo islámico, el uso de drones ha marcado los conflictos de los últimos siglos en los que ha participado Estados Unidos.
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Teniendo de contexto el hecho de que los ataques militares con drones datan de la segunda mitad del siglo XIX, pasando por el uso de ellos a manos de las tropas austrohúngaras contra Venecia, y que aquellos tomaron relevancia para potencias como Gran Bretaña y Alemania, además de Estados Unidos, presentamos una cronología con diez eventos en los que el uso de drones fue central, tomando como base lo leído en el diario español La Vanguardia.
La guerra contra el terrorismo islámico ha sido el último escenario en el que Estados Unidos ha optado por usar los drones como estrategia de combate. Los costos sociales provocados por la implementación de dichas herramientas en el ámbito militar y la falta de rendición de cuentas por parte de Estados Unidos, teniendo en cuenta que parte de su accionar en Yemen, Somalia, Pakistán y Afganistán se ha llevado a cabo a través del uso de drones, elevan los cuestionamientos frente a este accionar.
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En días pasados, Frank McKenzie, máximo general del Comando Central de Estados Unidos, ofreció disculpas por la muerte de diez civiles afganos en el marco de un ataque con drones en un complejo residencial de Kabul, llevado a cabo el pasado 29 de agosto. Y es que la intervención estadounidense dejó a su paso fuertes cifras de ataques aéreos con drones (por lo menos de 2015 hasta principios de 2020), así como de personas fallecidas y lesionadas por ellos. Así lo muestran las siguientes gráficas, basadas en los datos de la Oficina de Periodismo de Investigación.
Número de ataques con drones estadounidenses en Afganistán (de enero de 2015 a enero de 2020)
Número de personas fallecidas por los ataques aéreos con drones estadounidenses en Afganistán (de enero de 2015 a enero de 2020)
Número de personas heridas por los ataques aéreos con drones estadounidenses en Afganistán (de enero de 2015 a enero de 2020)
Más allá de los actos de perdón, se argumenta que no hay acciones de reparación de Estados Unidos frente a las víctimas de los ataques con drones. “El secreto en torno al programa de aviones no tripulados da al gobierno estadounidense licencia para matar fuera del alcance de los gobiernos o de las normas fundamentales del Derecho Internacional. Ya es hora de que Estados Unidos diga la verdad sobre el programa de ‘drones’ y haga rendir cuentas a los responsables de estas violaciones”, afirmó Mustafa Qadri, investigador de Amnistía Internacional sobre Pakistán.
Y es que varias voces han expresado la preocupación por las consecuencias que la guerra con drones ha dejado, por lo menos en los últimos 20 años, tiempo que coincide con la declaración de la Guerra contra el Terror. Airwars, un grupo de monitoreo de los daños civiles producidos por acciones militares, señaló en su más reciente informe que los ataques aéreos de Estados Unidos, llevados a cabo desde el 11 de septiembre de 2001, han matado a por lo menos 22.000 civiles, y quizás la cifra podría llegar hasta los 48.000. Por su parte, el Programa Costs of War, de la Universidad de Brown, estima las muertes civiles por ataques aéreos de Estados Unidos en 387.000, en el marco de la campaña de la “Guerra contra el Terrorismo”.
En tanto al seguimiento de los ataques aéreos estadounidenses, la Oficina de Periodismo de Investigación arroja unas cifras sobre cómo se ha vivido la guerra de drones en los últimos años en Yemen, Somalia y Pakistán, además del mencionado caso de Afganistán. En un esfuerzo por documentar lo sucedido, esta organización busca sistematizar los datos necesarios para que la Casa Blanca rinda cuentas por sus acciones.
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Número de ataques con dones perpetrados por Estados Unidos en Yemen, Somalia y Pakistán
- En Yemen, los ataques con drones estadounidenses han dejado entre 1.020 y 1.389 personas muertas, a lo largo de 17 años (del 2002 al 2019). El número de personas heridas está entre 155 y 303.
- En Pakistán, las cifras de víctimas mortales por ataques con drones han oscilado entre 2.515 y 4.026 personas, a lo largo de 14 años (del 2004 al 2018). El número de heridos se encuentra entre 1.162 y 1.749.
- En Somalia, los ataques aéreos estadounidenses han dejado entre 1.197 y 1.410 muertos, a lo largo de 13 años (del 2007 al 2020). Alrededor de 101 personas han resultado heridas en los sucesos.
Según Amnistía Internacional, entre la administración Bush y Obama se dio un incremento en el uso de drones con fines militares. La ONG establece que durante el gobierno del primero, en promedio, pasaban cerca de 40 días entre los ataques perpetrados con drones, mientras que en el gobierno del segundo, el tiempo medio entre cada acción era de cuatro días.
Las cifras, según la Oficina de Periodismo de Investigación, dan cuenta de ello. Por ejemplo, en el 2010, en Pakistán, se alcanzó el número máximo de ataques con drones impulsados por Estados Unidos. Ese año se perpetraron 128 de ellos. En Afganistán, por su parte, los años 2015, 2016 y 2017 marcaron un punto importante: se orquestaron 235, 1.072 y 2.358 operaciones con drones, respectivamente. Y es que se sabe que durante los primeros meses de la administración Trump se vio un énfasis en los ataques militares con drones, tanto en Afganistán como en Yemen.
En el caso del primer país mencionado, y con respecto a los 10 años previos, el número de ataques aéreos realizados por Estados Unidos “no tuvo precedentes”, afirmó Dawood Azami, editor del Servicio Afgano de la BBC. Para junio de 2017, según las cifras de la Oficina de Periodismo de Investigación, se perpetraron más de 1.600 ataques, además de varios incidentes: en febrero se registró un ataque aéreo que ocasionó la muerte de 18 civiles, la mayoría de ellos mujeres y niños, según fuentes de la ONU. Meses después, el 10 de junio, dos policías murieron y cuatro resultaron heridos; y el 21 de julio, seis policías murieron en la provincia de Helmand tras un ataque equivocado. “Esos errores suceden todo el tiempo”, afirmó Azami de la BBC.
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En lo que respecta a Yemen, Airwars declaró que los ataques estadounidenses con drones provocaron la muerte de 154 civiles, entre ellos al menos 28 menores, desde que Trump llegó al poder, lo que aceleró una tendencia que nació con la presidencia de Obama.
Ahora bien, además del rol protagónico de Estados Unidos en lo que respecta al uso de drones como herramienta militar, no hay que olvidar que hay otros países que son fabricantes y proveedores de estas armas, entre ellos Israel, Turquía, Irán, Emiratos Árabes Unidos y China.
El Instituto Italiano de Estudios Políticos Internacionales advirtió que en los últimos cinco años, los países del hemisferio oriental han gastado, por lo menos, 1.500 millones de dólares en drones militares. “Esto es peligroso porque altera las jerarquías militares en la región. Antes se podía adivinar el resultado de cualquier conflicto. Por ejemplo, tal país tiene tantos aviones y tanto entrenamiento, de ese modo se podía estimar su fuerza. Con los drones y los misiles balísticos es impredecible”, explicó Fabián Hinz, analista independiente de la región, al portal de noticias DW.