Harvard estaría negociando un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos para resolver una disputa iniciada por varios factores, entre ellos, lo que el presidente Donald Trump ha calificado como “antisemitismo”. La universidad parece estar dispuesta a pagar hasta US$500 millones para solucionar el caso, según cuatro personas familiarizadas con las negociaciones, citadas por The New York Times.
🔑 La encrucijada de Harvard: claves para comprender el caso
- El gobierno de Trump acusa a Harvard de antisemitismo y de violaciones a los derechos civiles, razón por la cual ha congelado fondos federales y exigido condiciones estrictas para alcanzar un acuerdo, incluida la supervisión externa.
- La universidad ha mostrado resistencia, argumentando que estas medidas vulneran su autonomía académica y advirtiendo sobre un futuro financiero incierto. Aun así, continúa en las negociaciones.
- Mientras tanto, un acuerdo alcanzado con Columbia, que enfrentó las mismas críticas del gobierno Trump, sirve como modelo para otras universidades. Este trato ha generado controversia por su alcance y sus posibles implicaciones para la independencia universitaria.
👉 ¿Por qué Harvard está negociando con el gobierno?
Harvard busca llegar a un acuerdo que le permita evitar sanciones económicas, como la suspensión del apoyo proveniente de fondos federales, y así reducir el riesgo de afectaciones a largo plazo en su funcionamiento.
Un ejemplo reciente de cómo la universidad podría haberse visto perjudicada ocurrió cuando Trump intentó revocar el permiso para matricular a estudiantes extranjeros, quienes representaban entre 2024 y 2025 el 27,2 % del total de su matrícula.
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📌 El presidente le exigió a Harvard que pague
Aunque continúa en negociaciones con el gobierno federal, la universidad rechaza una de las condiciones: permitir la vigilancia de un supervisor externo sobre el cumplimiento del acuerdo. Ha advertido que dicha medida podría vulnerar su libertad académica.
The New York Times también reportó que, además de las exigencias oficiales, Trump ha sugerido en privado que Harvard debería pagar mucho más que Columbia. A pesar de la presión, funcionarios del instituto afirman que un acuerdo podría evitar mayores conflictos con la administración.
La presión económica de Trump se siente en la institución
Este mes, los líderes de Harvard publicaron un memorando en el que advierten sobre posibles recortes severos en su presupuesto anual.
Según el documento, varias medidas impulsadas por el gobierno en Washington —como el aumento del impuesto especial sobre las donaciones universitarias y una propuesta para eliminar subvenciones federales— podrían reducir el presupuesto de la institución en casi US$1.000 millones al año.
“Esperamos que nuestras impugnaciones legales reviertan algunas de estas medidas federales y que nuestros esfuerzos por obtener fuentes alternativas de financiación tengan éxito”, señalaron funcionarios de Harvard.
Sin embargo, también reconocieron que estos esfuerzos podrían no ser suficientes en el corto plazo, debido al desafío de que “los ingresos perdidos no se recuperen pronto”.
Esto significa que Harvard se está preparando para un futuro financiero incierto, mientras lucha por mantener su independencia y estabilidad económica frente a la presión del gobierno federal.
La Casa Blanca afirma que la solución es simple
El lunes, el portavoz de la Casa Blanca, Harrison Fields, afirmó que la propuesta del gobierno “es simple y de sentido común: impedir que el antisemitismo y las políticas DEI dominen el campus, respetar la ley y garantizar las libertades civiles de todos los estudiantes”.
Fields también expresó confianza en que Harvard terminará respaldando la postura del presidente, y señaló que, con diálogo y negociaciones de buena fe, es posible alcanzar un acuerdo favorable para ambas partes.
Harvard advirtió sobre sus límites para ceder
El pasado 14 de abril, el presidente de Harvard, Alan Garber, afirmó que “ningún gobierno, independientemente del partido en el poder, debería dictar qué pueden enseñar las universidades privadas, a quiénes pueden admitir y contratar, y qué áreas de estudio e investigación pueden seguir”.
Además, el lunes pasado, en una audiencia sobre las tácticas del gobierno contra Harvard, la jueza Allison Burroughs no emitió un fallo inmediato. Sus preguntas dejaron entrever serias dudas sobre el intento del gobierno de condicionar la financiación de la investigación académica a las denuncias de antisemitismo.
Trump también se pronunció tras la audiencia, criticando duramente a la jueza Burroughs. El presidente aseguró: “Harvard quiere llegar a un acuerdo, pero creo que Columbia lo manejó mejor”.
Columbia en un panorama diferente
La administración Trump presentó públicamente el acuerdo alcanzado la semana pasada con la Universidad de Columbia como un modelo a seguir en las negociaciones con Harvard y otras instituciones de educación superior que han sido objeto de sus críticas.
Desde entonces, directivos y expertos del sector educativo han analizado en detalle la letra pequeña del acuerdo. Se trata de un documento de amplio alcance que va más allá de atender exclusivamente el tema del antisemitismo.
Uno de los puntos que más ha llamado la atención es una cláusula que protege la autonomía universitaria. Esta disposición señala que ninguna parte del acuerdo “se interpretará como que otorga a Estados Unidos la autoridad para dictar la contratación del profesorado, la contratación universitaria, las decisiones de admisión o el contenido del discurso académico”.
Columbia ha sido cuestionada por aceptar los términos del acuerdo, pero algunas personas consideran que era un acto necesario.
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