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El primer día de la Cumbre del G20 en Argentina estuvo lleno de momentos extraños, incómodos y hasta sospechosos. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se quejó de la traducción que le hacían mientras se reunía con el presidente anfitrión, Mauricio Macri. Llamó la atención el entusiasta saludo que le hizo el presidente ruso, Vladimir Putin, al príncipe heredero saudita Mohamed bin Salman, en el foco de la polémica por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. Luego se sentaron juntos e intercambiaron bromas y risas.
Los líderes de EE. UU., México y Canadá calmaron temporalmente las tensiones que han marcado su relación para firmar el acuerdo comercial T-MEC, que sustituirá al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) si es ratificado por los congresos de los tres países.
Apenas antes de dejar Washington, Trump canceló su cita prevista en Argentina con su par ruso debido al conflicto con Ucrania. La anulación ocurre además en medio de la controversia en Estados Unidos por nuevas revelaciones en la investigación sobre una presunta injerencia de Rusia en la campaña presidencial estadounidense de 2016.
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Pero sin duda el momento más importante de esta cita será entre Trump y su homólogo chino, Xi Jinping.
Gobiernos, mercados y empresas estarán pendientes de los resultados de este encuentro.
Pero ya Trump se mostró reticente a un acuerdo. “Creo que estamos muy cerca de hacer algo con China, pero no sé si quiero hacerlo”, dijo Trump antes de iniciar su viaje. Al exigir que Pekín ponga fin a prácticas comerciales, Trump impuso aranceles que alcanzaron US$300.000 millones, incluyendo US$250.000 millones sobre productos chinos, que afectaron importaciones de acero y aluminio de otros países.
Y China no tardó en reaccionar con medidas recíprocas, lo que ha avivado la “guerra comercial” que los analistas temen pueda golpear la economía mundial.
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Los anuncios contribuyeron a una caída del 7 % promedio de las acciones en Estados Unidos y en la zona euro, y de 12 % en el caso específico de la industria automotriz y del acero, según un estudio del Banco Central Europeo (BCE). La próxima batería de aumentos será el 1° de enero, cuando los aranceles de Estados Unidos a importaciones chinas por unos US$200.000 millones podrían subir de 10 a 25 % si los dos gigantes no llegan a un acuerdo. Trump deberá también medir fuerzas con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien pretende incluir en los primeros puntos de la agenda del G20 el calentamiento global.