Hunter Biden, hijo del presidente estadounidense, Joe Biden, fue imputado este jueves de tres cargos relacionados con la compra y posesión de armas, que es ilegal cuando se trata de una persona con adicciones.
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El acta de imputación está firmada por David Weiss, el fiscal federal de Delaware, que a mediados de agosto fue nombrado fiscal especial al frente de esas pesquisas por el secretario de Justicia de Estados Unidos, Merrick Garland.
Según el fiscal, en el 2018 Hunter Biden mintió al comprar un arma y dijo que estaba libre de drogas. Para hacer esto se necesita una declaración, en la que este certificó que “no era consumidor ilícito ni adicto a ningún estimulante, estupefaciente ni ninguna otra sustancia controlada, cuando en realidad, como él sabía, dicha declaración era falsa y ficticia”.
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Aparentemente, Biden había hecho un pacto con el fiscal, con el que sería condenado con penas leves por delitos fiscales y este caso de compra de armas se archivaría. Pero las dos partes difieren sobre si este es válido o no: la defensa de Biden creía que se acabarían todas las investigaciones federales, mientras que la Fiscalía consideraba que podía presentar cargos sobre otros delitos que derivaran de la investigación que se adelanta en su contra por sus negocios con otros gobiernos.
La jueza del caso, que había sido nombrada por Donald Trump, no quería aceptar el acuerdo, que nunca se concretó propiamente porque los republicanos creían que el Departamento de Justicia estaba favoreciendo a Hunter Biden por ser hijo del presidente.
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