Cinco soldados resultaron heridos en un tiroteo en la base militar Fort Stewart, en Georgia, Estados Unidos, este miércoles 6 de agosto. El sospechoso del ataque fue identificado como Quornelius Radford y es un sargento de armada estadounidense, según Fox News.
Las autoridades llegaron al lugar de los hechos a las 10:56 a. m. y el sospechoso fue detenido a las 11:35 a. m. El personal médico también llegó con rapidez al lugar para tratar a los soldados heridos. Sin embargo, aún no se sabe la condición en la que se encuentran.
El secretario de la Armada, Dan Driscoll, lamentó por medio de su cuenta de X el incidente y aseguró que se encuentran investigando al sospechoso.
Según Fox News, la base militar Fort Stewart brinda apoyo y diferentes servicios a aproximadamente 15.000 soldados activos, 16.000 familiares, jubilados y contratistas militares.
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El gobernador de Georgia, Brian Kemp, también se manifestó en su cuenta de X asegurando que está en conversaciones con las autoridades, mientras “mantiene a las familias en su corazón y oraciones”.
Las autoridades aún se encuentran investigando el incidente y la armada estadounidense aseguró que no revelará más detalles hasta nuevo aviso. El presidente Donald Trump no se ha manifestado, pero su secretaria de prensa, Karoline Leavitt, confirma que ya fue informado del suceso.
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Un incidente parecido sucedió en Fort Stewart, Georgia, en 2022, cuando el especialista Shay A. Wilson, de 28 años, infante asignado al 2.° Equipo de Combate de Brigada Blindada de la 3.ª División de Infantería, enfrentó cargos de asesinato por un tiroteo en el que mató al sargento Nathan M. Hillman.
Esto, al no ser un evento aislado, desata preguntas sobre la salud mental de los soldados estadounidenses y el uso de armas. Estados Unidos registra la tasa de mortalidad por arma de fuego más alta entre otros países desarrollados. En 2024, más de 16.000 personas (sin contar suicidios) perdieron la vida por las armas, según El País y Gun Violence Archive.
“Primero debemos reconocer la violencia armada como un problema de salud pública… una forma de enfermedad biopsicosocial, algo que debe estudiarse científicamente en lugar de ser ignorado como un enigma político”, aseguró el Dr. Stephen Hargarten, profesor de medicina de urgencias e investigador en el Medical College of Wisconsin, para el Milwaukee Community Journal.
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