Después de más de cuatro años, el hombre detrás del tiroteo masivo en Parkland será condenado a cadena perpetua, sin posibilidad de libertad condicional, luego de que el jurado decidiera perdonarle la vida y no abogar por la pena de muerte. El tribunal acordó llevar a cabo la sentencia el 1 de noviembre, a las 9:00 a. m. El año pasado, Nikolas Jacob Cruz se declaró culpable por abrir fuego con un rifle semiautomático en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas, en Parkland, Florida, matando a 17 personas, incluyendo estudiantes y profesores, y dejando a otras 17 heridas.
En su declaración del año pasado, dijo: “Lamento mucho lo que hice. Tengo que vivir con eso todos los días. Si tuviera una segunda oportunidad, haría todo lo que estuviera a mi alcance para tratar de ayudar a los demás. Esto me trae pesadillas, a veces no puedo vivir conmigo mismo, pero trato de seguir adelante porque sé que eso es lo que ustedes querrían que hiciera”.
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Los argumentos a favor y en contra de Nikolas Cruz
La abogada principal de Cruz centró su estrategia de defensa en la infancia traumática de su cliente. Según ella, Cruz nació con un trastorno del espectro alcohólico fetal, provocado por el fuerte consumo de alcohol de su madre durante el embarazo. “Su cerebro se dañó irremediablemente sin que él tuviera la culpa”, declaró la letrada durante una audiencia.
Por el otro lado, la Fiscalía luchó desde el primer día por imponer la idea de que él sabía lo que hacía cuando entró a la escuela de Parkland con un fusil y numerosos cargadores. Por ello, el fiscal Michael Satz calificó los asesinatos de “fríos, calculados, premeditados”, y recordó que el acusado anunció el tiroteo en un video grabado tres días antes de la masacre.
El neuropsicólogo Robert Denney, convocado por la Fiscalía, acusó al joven de fingir problemas cerebrales, empeorando a propósito su desempeño en test psicomotores. Según ese experto, Cruz entiende la realidad y es capaz de controlar sus actos, como demuestra el hecho de que actuara con premeditación, algo que no cuadra con el diagnóstico presentado por la defensa.
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“Marcha por nuestras vidas”
Cinco semanas después de la masacre, los estudiantes de la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas lideraron una histórica marcha por el control de las armas. Con ella, los jóvenes quisieron presionar a los legisladores para aprobar soluciones concretas encaminadas a frenar los tiroteos masivos en Estados Unidos, una petición que hasta hoy sigue vigente.
Allí, la voz de la estudiante Emma González se escuchó fuerte: “Tal vez los adultos se han acostumbrado a decir ‘es lo que es’, pero si nosotros hemos aprendido algo aquí es que si no estudias, fracasarás. En este caso, si activamente no haces nada, la gente seguirá muriendo, así que es hora de empezar a hacer algo”. El grito “Never Again” se convirtió en el símbolo máximo de esta protesta que buscaba la aprobación de una ley que prohibiera las armas semiautomáticas y la venta de cartuchos de alta capacidad, así como la implementación de leyes que requieran control de antecedentes para todas las compras de armas.
La marcha, que se llevó a cabo el 24 de marzo de 2018, recibió varias donaciones. Por ejemplo, una campaña de GoFundMe consiguió más de US$1,7 millones en tres días, además de los dos millones de euros de donaciones privadas de personalidades de Hollywood, como George y Amal Clooney, Oprah Winfrey, Steven Spielberg y Jeffrey Katzenberg. Con este dinero se lograron pagar los suministros, los equipos y la coordinación del evento.
Con información de EFE
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