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El presidente de la Corte Suprema de Estados Unidos, John G. Roberts Jr., bloqueó temporalmente la orden de una jueza que obligaba al gobierno de Donald Trump a regresar a un migrante salvadoreño que fue deportado por error a la megacárcel de Nayib Bukele.
La decisión se dio a conocer poco después de que la administración le solicitara al alto tribunal bloquear la orden que buscaba el retorno de Kilmar Abrego García, de 29 años, antes de la medianoche de este lunes. Según la jueza del Tribunal Federal de Distrito de Maryland, Paula Xinis, quien emitió la orden para presionar al Gobierno, deportar al salvadoreño fue un “grave error”.
La cabeza del tribunal supremo bloqueó la medida bajo el argumento de que la jueza Xinis se excedió en su autoridad. A su parecer, “otros tribunales de distrito podrían ordenar a Estados Unidos que negocie con éxito el regreso de otros extranjeros expulsados en cualquier parte del mundo (...). Bajo esa lógica, ellos tendrían efectivamente jurisdicción extraterritorial sobre las relaciones diplomáticas” del país.
En respuesta a la decisión, los abogados de Abrego García, citados por The New York Times, dijeron que su cliente “se encuentra en una prisión extranjera únicamente por orden de Estados Unidos, como producto de un error kafkiano”. Ellos agregaron que “la orden del tribunal (...) en ningún caso implica política exterior ni política migratoria nacional”.
Sin embargo, el representante legal del Gobierno, John Sauer, argumentó otra cosa: “Si bien Estados Unidos reconoce que la deportación a El Salvador fue un error administrativo, eso no autoriza a los tribunales de distrito a tomar el control de las relaciones exteriores, tratar al poder Ejecutivo como un diplomático subordinado y exigir que el país permita la entrada a Estados Unidos a un miembro de una organización terrorista extranjera”.
De hecho, el mismo Donald Trump, desde el Air Force 1, aseguró ante periodistas que “alguien dijo que es miembro de la MS-13 y no del Tren de Aragua. Esa es una organización muy mala, quizás tan mala como la venezolana”. Abrego García vivía en Estados Unidos bajo estatus legal hasta el 15 de marzo, cuando fue deportado a El Salvador en compañía de otros presuntos pandilleros. Casado con una estadounidense, él no podía ser deportado a su país, pues su vida corre peligro allá.
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