Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Recomendado

                                      Contenido exclusivo

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Empleos

                                                                                                    Descuentos

                                                                                                      Idiomas

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Cromos

                                                                                                          Vea

                                                                                                            Blogs

                                                                                                              Especiales

                                                                                                                Descarga la App

                                                                                                                  Edición Impresa

                                                                                                                    Suscripción

                                                                                                                      Eventos

                                                                                                                        Pauta con nosotros

                                                                                                                          Avisos judiciales

                                                                                                                            Preguntas Frecuentes

                                                                                                                              Contenido Patrocinado
                                                                                                                              17 de marzo de 2019 - 11:00 a. m.

                                                                                                                              La ecuatoriana que se convirtió en la "madre" de más de 8.000 venezolanos

                                                                                                                              La mujer, quien solía transportar en 2018, desde la frontera con Colombia hasta el pequeño pueblo de El Juncal, a caminantes venezolanos que pretendían cruzar Ecuador a pie en su ruta hacia Perú, decidió un día también darles cobijo en su propia casa.

                                                                                                                              Susana Madera (EFE)

                                                                                                                              Foto de referencia. / AFP

                                                                                                                              La ecuatoriana Carmen Carcelén se ha convertido, a sus 48 años, en la "madre coraje" de más de 8.000 venezolanos que han pasado por su casa en la provincia de Imbabura, en la que es una de las muestras de solidaridad individual más conmovedoras en Ecuador.

                                                                                                                              Madre de ocho hijos, esta vibrante mujer solía transportar en 2018, desde la frontera con Colombia hasta el pequeño pueblo de El Juncal, a caminantes venezolanos que pretendían cruzar Ecuador a pie en su ruta hacia Perú, hasta que un buen día decidió también darles cobijo en su propia casa. Desde entonces, les ofrece un baño, comida, "cama, colchón o alfombra", sin límite de tiempo.

                                                                                                                              Allí, en El Juncal, un pequeño pueblo de apenas 2.500 habitantes, afectado por la pobreza pero cuna de grandes futbolistas locales, los recibe con los brazos abiertos. En noviembre, cuando ya habían pasado por su casa 6.000 emigrantes, dejó de registrar nombres, pero calcula que su vivienda de ladrillo, bloque y piso de cerámica, ha acogido hasta ahora a unos 8.500.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              (Le puede interesar: La cara positiva de la migración venezolana)

                                                                                                                              Cuidar de otros no es nuevo para esta mujer que, a los 10 años, se vio en la calle porque su padre alcohólico la echó de casa. Carmen plantó cara a las dificultades y a la pobreza, y se hizo cargo de algunos de sus nueve hermanos, unas circunstancias que, lejos de sumirla en la desesperanza, la han convertido en una mujer fuerte y de una solidaridad inclaudicable.

                                                                                                                              Amante de la alta costura, vio truncada su vocación por un matrimonio a los 18 años y señala: "Cada vez que entraba a un curso estaba embarazada", dice a Efe. Sin haber culminado el colegio, desde hace treinta años vende frutas en el mercado de Ipiales, ciudad colombiana fronteriza con Ecuador.

                                                                                                                              No tiene grandes ingresos, pero si gana 100 ó 200 dólares los invierte en comida para los venezolanos, a quienes acoge en los ocho dormitorios de su casa, en la sala, e incluso en carpas en el patio. Allí esperan pequeños bultos amarrados con cuerdas, mientras una treintena de venezolanos, un bebé entre ellos, descansan a la sombra antes de continuar viaje a Perú.

                                                                                                                              "Vengo caminando desde hace siete días", dice un joven a Efe. "En migración me pidieron el pasado judicial apostillado", comenta otra antes de que una tercera confiese: "Como no teníamos, pagamos 25 dólares para que nos pasen por la trocha".

                                                                                                                              "¡A mí me estafaron!", reclama un cuarto venezolano, juntando su queja a la de otro, de un grupo de cuatro, a los que en la ciudad de Tulcán les ofrecieron una "buena paga" por limpiar a fondo una casa. Al final, cuenta furioso, se repartieron cinco dólares entre todos.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              (Ver más: Luis Núñez: una mirada a las estrellas desde Mérida)

                                                                                                                              En medio de los migrantes, Carmen camina por su patio soltando chistes para aligerar penas, mientras organiza a quienes deben acudir a un médico y prioriza a los que les pagará el viaje en autobús (embarazadas, ancianos o personas con discapacidad).

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              "Para mí, lo más grande es que un venezolano pueda irse desde aquí en carro hasta el Perú porque creo que para sufrir ya atravesaron todo su país y todo Colombia", dice al revelar que ella costea el traslado hasta Ibarra, a unos 46 kilómetros, donde reciben asistencia de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

                                                                                                                              Orgullosa de su fe católica, Carmen recibe víveres de solidarios, cose y cocina para otros, siempre con la fe en Dios de que el dinero le alcance. Para colmo, ha perdido los ingresos que antes obtenía por acoger turistas, que ya no le llegan porque no quieren "mezclarse" con los venezolanos, algunos de los cuales se quedan boquiabiertos al ver su tez negra.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Y recuerda que le decían: "¡Pensábamos que era una vieja gorda y bien puesta. De esos blancos a los que les sobra la plata y no saben qué hacer con su dinero. Lo que menos esperábamos era encontrarnos con una negrita!".

                                                                                                                              Para esquivar lo que considera una muestra de "racismo", Carmen se presenta como la encargada de la casa, y llora de indignación por la inacción de ciertas autoridades ante las historias de venezolanos que llegan con lo mínimo. "La mayoría viene sin maletas, porque les roban en el camino, sin zapatos", apunta, y les ofrece "disculpas" porque no tener "ni una vajilla adecuada".

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              (Ver más: La música como puente de integración)

                                                                                                                              El breve paso por su casa establece a veces vínculos inquebrantables y recuerda la llamada de uno que regresó a Venezuela en enero. "¡Mamá, no sé qué hacer!", le dijo sobre su hijo ingresado en un hospital y que no había comido tres días: "¡Como no hay camas, está en un cartón!".

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              En otra llamada, hace unos días, le comentó que vendería su celular para llegar de nuevo a Ecuador. Pero también tiene las de otros "hijos" que le mandan vídeos desde Perú, uniformados de chefs, "porque la mayoría son profesionales", dice orgullosa. 

                                                                                                                              Foto de referencia. / AFP

                                                                                                                              La ecuatoriana Carmen Carcelén se ha convertido, a sus 48 años, en la "madre coraje" de más de 8.000 venezolanos que han pasado por su casa en la provincia de Imbabura, en la que es una de las muestras de solidaridad individual más conmovedoras en Ecuador.

                                                                                                                              Madre de ocho hijos, esta vibrante mujer solía transportar en 2018, desde la frontera con Colombia hasta el pequeño pueblo de El Juncal, a caminantes venezolanos que pretendían cruzar Ecuador a pie en su ruta hacia Perú, hasta que un buen día decidió también darles cobijo en su propia casa. Desde entonces, les ofrece un baño, comida, "cama, colchón o alfombra", sin límite de tiempo.

                                                                                                                              Allí, en El Juncal, un pequeño pueblo de apenas 2.500 habitantes, afectado por la pobreza pero cuna de grandes futbolistas locales, los recibe con los brazos abiertos. En noviembre, cuando ya habían pasado por su casa 6.000 emigrantes, dejó de registrar nombres, pero calcula que su vivienda de ladrillo, bloque y piso de cerámica, ha acogido hasta ahora a unos 8.500.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              (Le puede interesar: La cara positiva de la migración venezolana)

                                                                                                                              Cuidar de otros no es nuevo para esta mujer que, a los 10 años, se vio en la calle porque su padre alcohólico la echó de casa. Carmen plantó cara a las dificultades y a la pobreza, y se hizo cargo de algunos de sus nueve hermanos, unas circunstancias que, lejos de sumirla en la desesperanza, la han convertido en una mujer fuerte y de una solidaridad inclaudicable.

                                                                                                                              Amante de la alta costura, vio truncada su vocación por un matrimonio a los 18 años y señala: "Cada vez que entraba a un curso estaba embarazada", dice a Efe. Sin haber culminado el colegio, desde hace treinta años vende frutas en el mercado de Ipiales, ciudad colombiana fronteriza con Ecuador.

                                                                                                                              No tiene grandes ingresos, pero si gana 100 ó 200 dólares los invierte en comida para los venezolanos, a quienes acoge en los ocho dormitorios de su casa, en la sala, e incluso en carpas en el patio. Allí esperan pequeños bultos amarrados con cuerdas, mientras una treintena de venezolanos, un bebé entre ellos, descansan a la sombra antes de continuar viaje a Perú.

                                                                                                                              "Vengo caminando desde hace siete días", dice un joven a Efe. "En migración me pidieron el pasado judicial apostillado", comenta otra antes de que una tercera confiese: "Como no teníamos, pagamos 25 dólares para que nos pasen por la trocha".

                                                                                                                              "¡A mí me estafaron!", reclama un cuarto venezolano, juntando su queja a la de otro, de un grupo de cuatro, a los que en la ciudad de Tulcán les ofrecieron una "buena paga" por limpiar a fondo una casa. Al final, cuenta furioso, se repartieron cinco dólares entre todos.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              (Ver más: Luis Núñez: una mirada a las estrellas desde Mérida)

                                                                                                                              En medio de los migrantes, Carmen camina por su patio soltando chistes para aligerar penas, mientras organiza a quienes deben acudir a un médico y prioriza a los que les pagará el viaje en autobús (embarazadas, ancianos o personas con discapacidad).

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              "Para mí, lo más grande es que un venezolano pueda irse desde aquí en carro hasta el Perú porque creo que para sufrir ya atravesaron todo su país y todo Colombia", dice al revelar que ella costea el traslado hasta Ibarra, a unos 46 kilómetros, donde reciben asistencia de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

                                                                                                                              Orgullosa de su fe católica, Carmen recibe víveres de solidarios, cose y cocina para otros, siempre con la fe en Dios de que el dinero le alcance. Para colmo, ha perdido los ingresos que antes obtenía por acoger turistas, que ya no le llegan porque no quieren "mezclarse" con los venezolanos, algunos de los cuales se quedan boquiabiertos al ver su tez negra.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Y recuerda que le decían: "¡Pensábamos que era una vieja gorda y bien puesta. De esos blancos a los que les sobra la plata y no saben qué hacer con su dinero. Lo que menos esperábamos era encontrarnos con una negrita!".

                                                                                                                              Para esquivar lo que considera una muestra de "racismo", Carmen se presenta como la encargada de la casa, y llora de indignación por la inacción de ciertas autoridades ante las historias de venezolanos que llegan con lo mínimo. "La mayoría viene sin maletas, porque les roban en el camino, sin zapatos", apunta, y les ofrece "disculpas" porque no tener "ni una vajilla adecuada".

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              (Ver más: La música como puente de integración)

                                                                                                                              El breve paso por su casa establece a veces vínculos inquebrantables y recuerda la llamada de uno que regresó a Venezuela en enero. "¡Mamá, no sé qué hacer!", le dijo sobre su hijo ingresado en un hospital y que no había comido tres días: "¡Como no hay camas, está en un cartón!".

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              En otra llamada, hace unos días, le comentó que vendería su celular para llegar de nuevo a Ecuador. Pero también tiene las de otros "hijos" que le mandan vídeos desde Perú, uniformados de chefs, "porque la mayoría son profesionales", dice orgullosa. 

                                                                                                                              Por Susana Madera (EFE)

                                                                                                                              Ver todas las noticias
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
                                                                                                                              Aceptar