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¿Quién era “Toñito”, el padre colombiano que el papa Francisco quiere canonizar?

El papa Francisco declaró las “virtudes heroicas” del sacerdote colombiano Jesús Antonio Gómez, el primer paso en el camino hacia la santidad.

05 de agosto de 2022 - 04:31 p. m.
El papa Francisco a su llegada para la Audiencia semanal, en la plaza de San Pedro, Ciudad del Vaticano.
El papa Francisco a su llegada para la Audiencia semanal, en la plaza de San Pedro, Ciudad del Vaticano.
Foto: EFE - ETTORE FERRARI

El papa Francisco ha reconocido las “virtudes heroicas” del sacerdote colombiano Jesús Antonio Gómez Gómez, conocido como el padre “Toñito”, lo que supone el primer paso en el proceso de canonización, informó el viernes la Santa Sede.

El sacerdote, nacido el 26 de marzo de 1895 en El Santuario, Antioquia, y fallecido en Medellín el 23 de marzo de 1971, dedicó su vida a la instrucción espiritual de sacerdotes y curas y creó una fundación para ayudar a los pobres.

El pontífice argentino, el primer latinoamericano de la historia, ha declarado sus “virtudes heroicas”, lo que en la práctica inaugura formalmente el proceso hacia los altares.

El camino hacia la santidad tiene varias etapas: la primera es ser declarado venerable siervo de Dios, la segunda beato y la tercera santo.

Venerable Siervo de Dios es el título que se da a una persona muerta a la que se reconoce “haber vivido las virtudes de manera heroica”, como el caso del padre “Toñito”.

Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión, como este caso, y para que sea canonizado, hecho santo, se precisa un segundo milagro obrado “por intercesión” después de ser proclamado beato.

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¿Quién era “Toñito”?

El padre Gómez, quien fue cultivado con una humildad destacable, fue párroco de El Santuario. Realizó sus estudios de primera en la Escuela Urbana y luego cursó el bachillerato en el colegio San Luis Gonzaga, donde se incursionó en el periodismo al encabezar varias publicaciones estudiantiles.

Por consejo de varios de sus familiares, Gómez encontró su vocación en el sacerdocio. Ingresó al seminario de Medellín en 1914 para su formación y en 1918 recibió la tonsura, la ceremonia en la que se confirma su entrada al clero.

Sirvió en la Iglesia de la Arquidiócesis de Medellín durante 49 años como vicario. Fue rector del Colegio San José de Marinilla y confesor en varios lugares de la ciudad. En 1947, mientras servía como capellán de la Escuela de ciegos y sordomudos (1947), viajó a Rochester, Estados Unidos, para tratarse un aneurisma que sufría desde su juventud. Un año después, fundó la revista “Sé Apóstol”, con la que pretendía animar a los jóvenes a unirse al clero. En Antioquia se le recuerda por su enorme contribución y entrega a la Iglesia.

Entre sus obras también destaca la creación del “Fondo sacerdotal para los pobres” en 1971. “Los sacerdotes debemos ser pobres, no solo debemos pedir para los pobres, sino que debemos compartir con ellos lo mucho o poco que poseamos”, decía el padre.

Ese mismo año, Gómez falleció por un cáncer terminal. Tenía 76 años. “Qué alegría cuando me dijeron: vamos a la casa del Señor”, manifestó cuando le diagnosticaron la enfermedad. Se le recuerda por sus habilidades para escuchar y aconsejar a la gente.

Su tumba está en el templo de la parroquia de San Judas Tadeo en Antioquia, desde donde se extendió la fama de su santidad. Desde 1996, varios sacerdotes pidieron la apertura de la causa de canonización para el padre Gómez.

*Con información de agencias

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