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Según historiadores, muchos de los hechos ocurridos hace cuarenta años siguen sin solución. Niall Ferguson, profesor de historia y autor del libro Civilización: Occidente y el resto, ha manejado esta teoría. Según él, “el verdadero punto de inflexión para el mundo no fue 1989, como muchos remarcan, sino 1979, el año en que Deng Xiaoping visitó Estados Unidos y las reformas económicas de China comenzaron en serio”. Según explica el periódico El Mundo, de España, en 1979 no se produjo una ruptura clara ni se creó un orden nuevo, sino que se abrieron muchas crisis que, cuatro décadas después, siguen sin solución.
Ferguson publicó en su página web un artículo titulado “El año en que el mundo realmente cambió”, donde explica: “Piensa lo que estaba pasando en el mundo entonces: los soviéticos comenzaron su política de autodestrucción al invadir Afganistán. Los británicos comenzaron la reactivación de la economía de libre mercado en Occidente al elegir a Margaret Thatcher. Deng Xiaoping puso a China en un nuevo curso económico al visitar los Estados Unidos y ver por sí mismo lo que el mercado libre puede lograr. Y, por supuesto, los iraníes iniciaron la nueva era de enfrentamientos de civilizaciones derrocando al sha y proclamando una República Islámica”. Y agrega que “hoy esos cuatro eventos tienen consecuencias profundas para Estados Unidos y el mundo”.
Al respecto, Pablo Pardo escribe en el periódico El Mundo: “La razón es que ese año (1979) explotó el islam militante (y terrorista) suní y la Revolución islámica chií. En Estados Unidos surgió la coalición cristiana, que forma el núcleo duro de apoyo a Donald Trump, y en Gran Bretaña se sembraron las semillas de la desconfianza de ese país hacia lo que representa la Unión Europea. Brotó el neoliberalismo y, con él, la idea de que el individuo es más importante que la colectividad y que la estabilidad macroeconómica —es decir una inflación baja— es prioritaria, aunque el precio que haya que pagar para lograrla sea paro, salarios bajos o precariedad laboral. China se dio a conocer como potencia política y militar y abandonó el comunismo en favor del capitalismo de Estado, en el que el gobierno decide quién gana y quién pierde en un sistema teóricamente de libre mercado que cada día gana adeptos en todo el mundo. Todo en un año”.
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Christian Caryl, excorresponsal de Newsweek, le dedicó incluso un libro a la fecha: Strange Rebels, 1979 and the Birth of the 21st Century. Según él, “1979 marcó un punto de inflexión que marcó el inicio de una era conservadora”. Caryl establece en su obra conexiones entre el papado de Juan Pablo II, la yihad afgana y las reformas económicas de Thatcher y Deng Xiaoping, lo cual echó raíces en 1979. “Jomeini, vestido de negro y con el ceño fruncido, tenía poco en común con Deng, el jovial premier de China. Sin embargo, los dos líderes compartieron un celo misionero para inculcar ideales alternativamente de la religión y el libre mercado. Jomeini tomó el poder en Irán en 1979 tras el derrocamiento del sha, explica.
En el análisis de Caryl, las fuerzas desatadas ese año del capitalismo de libre mercado y la religión todavía están con nosotros. “Pocos habían esperado vivir un momento tan inusual y con tantas consecuencias”.
Los hechos de 1979
Pardo, en “El Mundo”, hace un relato de los hechos que sucedieron ese año. Cuando el ayatolá Jomeini derrocó a la monarquía de ese país y proclamó la República Islámica, Estados Unidos e Irán entraron en una grave confrontación. Jomeini secuestró a 52 diplomáticos estadounidenses en Teherán durante un año y dos meses. Historiadores explican que desde entonces los iraníes se hallan en estado de guerra con Israel y Arabia Saudita y dicen que las guerras en Siria, Yemen y Afganistán son consecuencia de esa Revolución. Incluso lo son las medidas tomadas por Trump de restaurar las sanciones a la exportación de petróleo iraní.Cerca de 200 integristas tomaron por asalto la Gran Mezquita de La Meca y dijeron que la familia real saudita es “una banda de borrachos, adictos al sexo y al juego que pervirtieron el islam”. Según Thomas Friedman, entonces corresponsal de “The New York Times”, Riad pactó con los cléricos iraníes y les dijeron que “ellos tienen el poder político y los iraníes, el espiritual para hacer cada uno lo que quiera”. Pero hay un segundo pacto con Washington, que le permite al reino saudí hacer lo que quiera mientras sigan bombeando petróleo y no molesten a los judíos. La reacción de EE. UU. ante el asesinato del periodista Jamal Khashoggi evidenció que el acuerdo está más vivo que nunca.
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Hace cuarenta años la Unión Soviética invadió Afganistán y se desató una violenta guerra. Entonces, los saudíes hicieron un experimento y financiaron a los talibanes, que finalmente se tomaron el poder en Kabul. Y llegó Osama bin Laden. Hoy Estados Unidos y sus aliados siguen combatiendo a los talibanes y a Al Qaeda, transformado en el Estado Islámico.
En el Reino Unido se cayó el ministro James Callaghan y ganó Margaret Thatcher, que se quedó once años en el poder imponiendo el liberalismo clásico. Fue su gobierno el que reforzó el nacionalismo británico, en contravía a lo que propone la Comunidad Económica Europea. Quedó sembrada la semilla del “brexit”, que vivirá su capítulo final en marzo de este año. En Estados Unidos, surgió la Mayoría Moral, una unión de grupos cristianos evangélicos que rechazan el aborto, la homosexualidad y el comunismo, además de que defienden los valores tradicionales.
Aunque la Mayoría Moral solo duró nueve años, hoy está más viva que nunca. Desde 1979, cinco de los seis presidentes (menos Obama) han tenido que cortejar el voto evangélico para llegar a la Casa Blanca. Y finalmente, la China de hoy se forjó en 1979, cuando dejó claro que su esfera de influencia en Asia es intocable.
Por - Redacción Internacional
