¿Qué hace Mako en Bolivia meses antes de dejar de ser princesa de Japón?

La princesa Mako de Japón, quien renunciará al trono el próximo año por casarse con un hombre que no pertenece a la realeza, llegó este lunes a Bolivia para celebrar la conmemoración de los 120 años desde que llegaron los primeros migrantes japoneses al país sudamericano.

- Redacción Internacional con información de EFE
15 de julio de 2019 - 08:13 p. m.
La princesa Mako estará en Bolivia hasta el próximo sábado.  / EFE
La princesa Mako estará en Bolivia hasta el próximo sábado. / EFE

La relación entre Bolivia y Japón es estrecha y poco conocida. Hace 120 años llegó el primer grupo de migrantes, compuesto pot 91 personas, que se insertó en la población local y construyó una fuerte comunidad que terminó uniendo a los dos países para siempre. Por eso la princesa japonesa Mako llegó a Bolivia para conmemorar durante esta semana dicho evento. 

El hecho no es de poca monta. De hecho, según el último censo nacional realizado por el gobierno japonés, el pasado diciembre, hay cerca de 13.000 nipones viviendo en el país sudamericano. "Quisiera reiterar nuestro profundo agradecimiento al Gobierno de Bolivia y a todo el pueblo boliviano por haber acogido cálidamente a los inmigrantes japoneses", dijo la princesa acompañada del presidente de Bolivia, Evo Morales.

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La sobrina mayor del emperador japonés Naruhito inició su estancia en Bolivia con un acto en la plaza Murillo de La Paz, donde presidió junto al canciller boliviano, Diego Pary, una ofrenda floral en el mausoleo del mariscal Andrés de Santa Cruz, figura destacada en la historia del país suramericano. La mujer dividió en 2017 a la población japonesa luego de que decidiera casarse con un hombre que no pertenece a la realeza, lo que la obliga por ley a renunciar a cualquier beneficio otorgado por su título de princesa. 

"Estaba avisada desde mi infancia de que dejaría mi estatus real una vez que me casara", afirmó en ese momento. "Mientras trabajé para ayudar al emperador y cumplir con las tareas de miembro de la familia real tanto como pude, me gustó mi vida".

Vestida con un kimono de color durazno, se dirigió a la recepción del presidente Morales en la sede del Gobierno boliviano, donde en su discurso tuvo palabras para los cerca de 13.000 descendientes japoneses en Bolivia, conocidos como nikkeis. La princesa, de 28 años, recordó que el legado japonés en Bolivia llega a su sexta generación en regiones como Beni y Pando, con las mayores concentraciones de descendientes de los primeros japoneses llegados al país en 1899.

Mako de Akishino se mostró orgullosa de que aquellos primeros 91 inmigrantes y sus descendientes "hayan contribuido al desarrollo de Bolivia y hayan sido un puente entre los dos países, superando numerosas dificultades en estos 120 años, para lograr la plena confianza de la sociedad boliviana". El discurso concluyó con un deseo de que las relaciones de amistad entre ambos países "perduren para siempre" y un "muchas gracias" en español.

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Evo Morales recibió a su invitada con un saludo de bienvenida a todo el pueblo de Japón, país del que destacó la condonación de unos 500 millones de dólares en deuda externa a Bolivia y la concesión de un crédito por otros 550 millones para proyectos energéticos.

Morales entregó varios regalos a la princesa, como un busto de la heroína indígena Bartolina Sisa, para que "nunca olvide Bolivia", y varios libros, mientras que ella le correspondió con un vistoso jarrón de Japón.

La hija mayor de Fumihito, hermano del emperador y heredero de Japón, tiene previsto continuar su jornada en la Alcaldía de La Paz, para recibir las llaves de la ciudad y después dirigirse en teleférico hasta el jardín japonés de la ciudad andina.

La visita proseguirá esta semana con actividades en La Paz y Santa Cruz, región boliviana con importantes colonias japonesas.

La princesa llegó al aeropuerto de El Alto, ciudad vecina de La Paz, procedente de Perú, donde también conmemoró la llegada de inmigrantes japoneses hace más de un siglo, ya que fueron demandados como fuerza laboral y desde allí llegaron luego a Bolivia.

Por - Redacción Internacional con información de EFE

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