Quién es Tulsi Gabbard, la precandidata demócrata que aún desea pelear con Biden y Sanders
La representante por Hawaii, ideológicamente indescifrable, es la única mujer que se mantiene en la carrera por la nominación demócrata. Veterana de la guerra de Irak, defensora de los derechos reproductivos de la mujer, pero férrea opositora al matrimonio gay, las motivaciones de su candidatura son todavía un misterio.
redacción internacional
Las secuelas del supermartes se sintieron con fuerza dentro del partido Demócrata. En la víspera, Pete Buttigieg, Amy Klobuchar y Beto O’Rourke abandonaron sus candidaturas y definieron su apoyo al ex vicepresidente, Joe Biden. Más tarde, Michael Bloomberg recogió sus millones y se retiró de la contienda presidencial tras sus decepcionantes resultados. Elizabeth Warren hizo lo propio después de, ni siquiera, ganar en Massachusets, su estado natal.
Solo los precandidatos Joe Biden y Bernie Sanders salieron ilesos del supermartes y se perfilan como quienes disputaran la nominación de su partido. Pero junto con ambos sobrevive una candidata casi desconocida. Una mujer de 38 años, indescifrable, que a pesar de tener resultados casi nulos, se mantiene en la pelea.
Se trata de Tulsi Gabbard, representante en el Congreso por el estado de Hawái, quien nunca figuró entre los candidatos fuertes para la nominación. A pesar de que sus rivales han conseguido mejores recaudaciones para sus campañas, ella se mantiene en pie.
Puede leer: “Joementum”: El resurgir de Joe Biden en la carrera presidencial de Estados Unidos
La precandidata nació en Samoa Americana; y actualmente vive entre Kailua, Hawaii, y Washington. Actualmente se desempeña como comandante en la Guardia Nacional del Ejército de Hawaii. Es también la primera hindú en ocupar un escaño en el Capitolio.
La representante demócrata, quien apenas ha logrado un delegado para su nominación, defiende una política exterior aislacionista y reclama el retiro de tropas de Estados Unidos de Irak y Siria. Veterana de la guerra de Irak, la candidata ha propuesto que Washington trabaje con el presidente sirio Bashar al-Assad y el presidente ruso Vladimir Putin para contrarrestar el aumento de terroristas vinculados con Al Qaeda en la zona.
Su relación con Siria le ha significado ser objeto de críticas. Gabbard visitó al presidente Bashar Al Assad en Damasco, en el año 2017, pese a los informes que ya hablaban del uso de armas químicas contra la población por parte del líder sirio. En ese momento, la representante demócrata defendió la visita como una forma de ayudar a las negociaciones de paz.
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Además, votó en contra de una resolución de la Cámara que condenaba los crímenes de guerra de Al Assad y, más recientemente, dijo que “no era el enemigo de Estados Unidos”.
Tampoco teme por enfrentarse con el establecimiento. En enero presentó una demanda por difamación contra la candidata presidencial demócrata de 2016, Hillary Clinton, quien dijo que Gabbard era un “activo ruso” con que el que Moscú buscaba dividir al electorado estadounidense y ayudar a Trump a ganar la reelección.
Su posición política ha sido difícil de descrifrar para los medios estadounidenses. El diario The New York Times la ha definido como es "indescifrable", pues aunque es defensora de los derechos reproductivos de la mujer, se ha opuesto con fuerza al matrimonio gay. En las elecciones de 2016, renunció a la vicepresidencia del Comité Nacional Demócrata para apoyar a Bernie Sanders, pero en la actualidad es la favorita de los medios conservadores.
Gabbard fue también una de las pocas demócratas que no apoyó al grueso de su partido en el proceso de destitución del presidente estadounidense Donald Trump, por si faltaban ingredientes para desconcertar a sus compañeros de carrera. La representante de Hawái votó “abstención” el pasado diciembre, argumentando que “no podía votar en buena conciencia sí o no” después de leer la documentación.
Las secuelas del supermartes se sintieron con fuerza dentro del partido Demócrata. En la víspera, Pete Buttigieg, Amy Klobuchar y Beto O’Rourke abandonaron sus candidaturas y definieron su apoyo al ex vicepresidente, Joe Biden. Más tarde, Michael Bloomberg recogió sus millones y se retiró de la contienda presidencial tras sus decepcionantes resultados. Elizabeth Warren hizo lo propio después de, ni siquiera, ganar en Massachusets, su estado natal.
Solo los precandidatos Joe Biden y Bernie Sanders salieron ilesos del supermartes y se perfilan como quienes disputaran la nominación de su partido. Pero junto con ambos sobrevive una candidata casi desconocida. Una mujer de 38 años, indescifrable, que a pesar de tener resultados casi nulos, se mantiene en la pelea.
Se trata de Tulsi Gabbard, representante en el Congreso por el estado de Hawái, quien nunca figuró entre los candidatos fuertes para la nominación. A pesar de que sus rivales han conseguido mejores recaudaciones para sus campañas, ella se mantiene en pie.
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La precandidata nació en Samoa Americana; y actualmente vive entre Kailua, Hawaii, y Washington. Actualmente se desempeña como comandante en la Guardia Nacional del Ejército de Hawaii. Es también la primera hindú en ocupar un escaño en el Capitolio.
La representante demócrata, quien apenas ha logrado un delegado para su nominación, defiende una política exterior aislacionista y reclama el retiro de tropas de Estados Unidos de Irak y Siria. Veterana de la guerra de Irak, la candidata ha propuesto que Washington trabaje con el presidente sirio Bashar al-Assad y el presidente ruso Vladimir Putin para contrarrestar el aumento de terroristas vinculados con Al Qaeda en la zona.
Su relación con Siria le ha significado ser objeto de críticas. Gabbard visitó al presidente Bashar Al Assad en Damasco, en el año 2017, pese a los informes que ya hablaban del uso de armas químicas contra la población por parte del líder sirio. En ese momento, la representante demócrata defendió la visita como una forma de ayudar a las negociaciones de paz.
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Además, votó en contra de una resolución de la Cámara que condenaba los crímenes de guerra de Al Assad y, más recientemente, dijo que “no era el enemigo de Estados Unidos”.
Tampoco teme por enfrentarse con el establecimiento. En enero presentó una demanda por difamación contra la candidata presidencial demócrata de 2016, Hillary Clinton, quien dijo que Gabbard era un “activo ruso” con que el que Moscú buscaba dividir al electorado estadounidense y ayudar a Trump a ganar la reelección.
Su posición política ha sido difícil de descrifrar para los medios estadounidenses. El diario The New York Times la ha definido como es "indescifrable", pues aunque es defensora de los derechos reproductivos de la mujer, se ha opuesto con fuerza al matrimonio gay. En las elecciones de 2016, renunció a la vicepresidencia del Comité Nacional Demócrata para apoyar a Bernie Sanders, pero en la actualidad es la favorita de los medios conservadores.
Gabbard fue también una de las pocas demócratas que no apoyó al grueso de su partido en el proceso de destitución del presidente estadounidense Donald Trump, por si faltaban ingredientes para desconcertar a sus compañeros de carrera. La representante de Hawái votó “abstención” el pasado diciembre, argumentando que “no podía votar en buena conciencia sí o no” después de leer la documentación.