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Rose Girone, reconocida como la sobreviviente del Holocausto de mayor edad y una firme defensora de la memoria histórica, falleció el lunes en un hogar de ancianos en Bellmore, Nueva York, a los 113 años, según confirmó su hija, Reha Benicassa, también sobreviviente del Holocausto.
Girone pasó por dos regímenes opresivos: el nazismo en Europa y la ocupación japonesa en China, antes de reconstruir su vida en Estados Unidos. Conocida por su resiliencia y determinación, utilizó el tejido, su habilidad manual, como el medio de sustento para su familia durante toda su vida.
“Era una mujer excepcional, valiente y perseverante”, expresó Benicassa. “Nada la detenía, siempre encontraba una solución y enfrentaba la vida con determinación”.
La travesía de su vida recorriendo tres continentes
Girone, cuyo nombre de nacimiento era Rosa Raubvogel, nació el 13 de enero de 1912 en el sureste de Polonia. De niña, se trasladó con su familia a Hamburgo, Alemania. En una entrevista realizada en 1996 con la Fundación Shoah de la Universidad del Sur de California (USC), relató que sus aspiraciones de vida se vieron truncadas con la llegada al poder de Adolf Hitler en 1933.
En 1937, Girone contrajo matrimonio con Julius Mannheim, un judío alemán. Un año después, cuando estaba embarazada de nueve meses, los nazis arrestaron a Mannheim y lo enviaron al campo de concentración de Buchenwald. Días después, Girone dio a luz a su hija Reha en 1938.
Luego, supo que un pariente en Londres podía ayudarles a obtener visados de salida a Shanghái, uno de los pocos destinos abiertos a refugiados judíos. Con este documento, Mannheim fue liberado, pero las autoridades alemanas les ordenaron entregar todas sus posesiones antes de abandonar el país.
La familia partió hacia China, donde inicialmente lograron establecerse con pocos recursos. Sin embargo, la ocupación japonesa trajo consigo nuevas dificultades: en 1941, fueron confinados en un gueto y obligados a vivir en condiciones precarias. A pesar de las adversidades, Girone comenzó a tejer ropa para vender, una actividad que continuó durante toda su vida y que, según dijo, fue clave para su fortaleza.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, la familia logró contactar a parientes en Estados Unidos, quienes facilitaron su emigración.
En 1947, llegaron a San Francisco con apenas 80 dólares escondidos en botones cosidos a su ropa. Posteriormente, se establecieron en Nueva York, donde Girone trabajó como instructora de tejido y más tarde abrió su propia tienda en Queens.
Con el tiempo, se divorció de Mannheim y en 1968 conoció a Jack Girone, con quien se casó un año después. Su segundo esposo falleció en 1990.
El legado de la memoria y resistencia del Holocausto
“El fallecimiento de Rose nos recuerda la responsabilidad de preservar la memoria de los sobrevivientes y transmitir las lecciones del Holocausto a las nuevas generaciones”, declaró Greg Schneider, vicepresidente ejecutivo de la Claims Conference.
Entre los aproximadamente 245.000 sobrevivientes del Holocausto que continúan con vida en más de 90 países, según datos recientes de la Claims Conference, la mayoría tiene una edad avanzada y enfrenta problemas de salud. Su número disminuye rápidamente con el paso del tiempo.
Durante el Holocausto, aproximadamente seis millones de judíos y otras minorías fueron asesinados por el régimen nazi y sus colaboradores.
En una entrevista de 1996, cuando se le preguntó qué mensaje quería dejar a las futuras generaciones, Girone respondió: “Incluso en los momentos más oscuros, siempre hay espacio para la esperanza y la resistencia”. Su hija, Reha Benicassa, agregó: “Gracias a su ejemplo, me siento preparada para enfrentar cualquier cosa”.
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