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La primera ministra británica, Theresa May, sorprendió hoy a todos al salir al escenario bailando al ritmo de Abba antes de pronunciar su discurso de clausura en el congreso anual del Partido Conservador. Los militantes, sus colegas y su propio esposo, Philip, sentado entre la audiencia, asistieron entre divertidos y asombrados a los movimientos de brazos y piernas de la líder "tory", que ya se hizo viral el pasado agosto en las redes sociales cuando se lanzó a bailar durante un viaje por África.
En una muestra de su sentido del humor, May, de 62 años y a menudo criticada por su aparente rigidez, irrumpió en el escenario principal del centro de conferencias de Birmingham (centro inglés), donde se ha celebrado el congreso "tory", moviendo el cuerpo al son de "Dancing Queen" del grupo sueco ABBA.
Según han dicho sus asesores a los medios británicos, aunque estaba previsto que apareciera en el estrado con la famosa canción -en un guiño a sus peripecias en África-, "nadie sabía, ni su esposo" que iba a acompañarla con una coreografía.
"Me gustaría decirles que tendrán que excusarme si toso durante mi discurso. Me he pasado la noche en vela pegando el fondo" del escenario, afirmó hoy, entre risas de los presentes.
El toque de humor de May inyectó algo de energía al sobrio congreso del partido gobernante, sumido en divisiones internas e inmerso en complicadas negociaciones con Bruselas para la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE). La política hizo un llamado a su partido para permanecer unido en un momento en que las negociaciones del Brexit entran en su "fase más dura", el miércoles en el discurso de clausura del congreso de los conservadores en Birmingham.
"Entramos en la fase más dura de las negociaciones", afirmó. "Pero si nos mantenemos unidos y permanecemos tranquilos, sé que podemos obtener un acuerdo satisfactorio para Reino Unido", aseguró la dirigente cuyo liderazgo se ve regularmente puesto en entredicho por los defensores de un Brexit duro. Lea también: La ciencia advierte que un mal Brexit sería catastrófico
Era uno de los discursos más importantes de su carrera política pero llega en un momento en que May es atacada por todos los flancos y sus socios europeos parecen cada vez más preocupados ante la posibilidad de una separación caótica. El impacto potencialmente calamitoso que un Brexit sin acuerdo tendría en el comercio indujo al ministro francés de Hacienda, Gérald Darmanin, a afirmar el martes que París está preparando sus aduanas "para el peor de los escenarios".
Pero la preocupación más inmediata de May era recuperar la confianza de su partido y dar la imagen de un frente unido en las negociaciones con Bruselas de las próximas dos semanas. Y se esforzó en hacerlo con una mezcla de optimismo y determinación en un discurso de una hora de duración. Presentó el Brexit como "un periodo de oportunidad" y aseguró que su controvertido plan para sacar a Reino Unido de la Unión Europea manteniendo una estrecha relación comercial, conocido como "plan de Chequers", prevalecerá "en el interés nacional".
"Creo firmemente que lo mejor está por llegar y que nuestro futuro está lleno de promesas", aseguró.
El "plan de Chequers" prevé que Reino Unido conserve las reglas de la UE relativas a los bienes industriales y los productos agrícolas para permitir su fácil circulación, pero poniendo fin a la libre circulación de personas y a la jurisdicción de la corte europea de justicia.
El plan fue rechazado por los líderes europeos, reunidos en cumbre informal en Salzburgo en septiembre. Consideraron que Reino Unido no puede conservar solo lo que le interese e instaron a May a revisar su propuesta antes del próximo consejo europeo del 18 y 19 de octubre.
May tiene además que hacer frente a la revuelta de algunos de los miembros de su Partido Conservador. Los diputados euroescépticos encabezados por el exministro de Relaciones Exteriores Boris Johnson mantuvieron al margen del congreso una serie de multitudinarios encuentros en los que abogaron contra el "plan de Chequers".
Johnson y los otros afirman que mantener una estrecha asociación con la UE sería despreciar los deseos de los votantes que optaron por el Brexit en el referéndum de 2016. La primera ministra insiste en que su propuesta es la única forma de proteger los empleos y el comercio al tiempo que se evita reinstaurar una frontera entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda, país miembro de la UE. Le puede interesar: ¿Un segundo referendo sobre el brexit?
"Incluso si no estamos de acuerdo en cada parte de esta propuesta, necesitamos estar todos juntos", lanzó ante el partido.
Se especula que Londres podría aceptar que algunos controles de productos se realicen al pasar de Irlanda del Norte a Gran Bretaña, lo que evitaría instalar una aduana dura en Irlanda. Pero el Partido Democrático Unionista de Irlanda del Norte (DUP) pareció desestimar la idea abiertamente el martes, lo que podría acabar con cualquier acuerdo entre May y la UE.
El partido de May depende de esta pequeña formación para garantizarse una mayoría en el parlamento británico, que debe aprobar cualquier acuerdo final sobre el Brexit. Pero también cuenta con apoyos en su partido y en la UE que piensan que cualquier alternativa a su plan complicaría aún más las cosas.
El Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte, socio del Gobierno británico, advirtió hoy a la primera ministra, Theresa May, de que no aceptará un acuerdo sobre el "brexit" que aisle a la provincia del resto del Reino Unido.
En declaraciones a la cadena BBC, la líder del DUP, Arlene Foster, insistió en que esa es la "línea roja" marcada por su partido, aunque evitó pronunciarse sobre si votaría en contra de un pacto que alterase la relación de Irlanda del Norte y el Reino Unido tras su divorcio con Bruselas, lo que podría hacer caer al Ejecutivo conservador de May.
"No queremos estar en esa posición", afirmó la dirigente protestante ultraconservadora, quien este lunes ya dejó entrever en una entrevista con "The Telegraph" que su formación podría colaborar con el exministro de Exteriores Boris Johnson, contrario a la posición negociadora del Gobierno de Londres para la salida de la Unión Europea (UE) y posible aspirante a liderar a los "tories".
Foster asegura que quiere mantener la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda tan abierta como sea posible para proteger las dos economías de la isla, estrechamente relacionadas, y el proceso de paz, al que ampara el acuerdo del Viernes Santo (1998). Le recomendamos: Transición del Brexit se extendería más allá del 2020
May, quien depende del apoyo de los diez diputados del DUP en Westminster para gobernar en minoría, también se ha comprometido a velar por la invisibilidad de la frontera pero, si no presenta un plan aceptable para la UE, Bruselas ha indicado que la provincia británica podría quedar alineada con ciertas normas reguladoras comunitarias, lo que situaría la futura barrera entre ambos bloques en el Mar de Irlanda.
El líder del DUP en Londres, Nigel Doods, también ha recordado que su formación se opondrá a un acuerdo sobre el "brexit" que obligue a las autoridades a imponer un control entre el tráfico de mercancías entre Irlanda del Norte y Gran Bretaña (Escocia, Gales e Inglaterra).
En este sentido, en su discurso de clausura hoy ante el congreso anual del Partido Conservador, que se celebra desde el martes en Birmingham, May volvió a defender su plan de salida de la UE, conocido como "Chequers".
Finalmente, May subrayó que esa hoja de ruta permitirá comerciar sobre productos y no servicios entre ambos bloques, al tiempo que protegerá lo que calificó como "nuestra preciada unión" -en alusión a las cuatro naciones: Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte-, sin que haya un cambio en la frontera entre las dos Irlandas.