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El cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco aún no ha comenzado oficialmente, pero ya tiene su primera gran polémica protagonizada por Giovanni Angelo Becciu, un cardenal italiano de 76 años, condenado en 2023 por delitos financieros y excluido por el propio pontífice de sus funciones como purpurado.
Becciu insiste en que tiene derecho a votar en la elección papal y apareció el martes en la primera reunión de congregaciones generales, en un abierto desafío a la Santa Sede.
“El papa ha reconocido mis prerrogativas cardenalicias al llamarme al último consistorio”, dijo Becciu al medio italiano L’Unione Sarda.
A su juicio, la lista publicada por la Santa Sede sobre los cardenales convocados para participar del cónclave “no tiene ningún valor” jurídico y no constituye una exclusión formal. Aunque la condena por fraude fiscal que pesa sobre él —cinco años y medio de cárcel dictados en 2023— fue histórica dentro del Vaticano, Becciu insiste en su inocencia y ha recurrido el fallo.
¿Quién es el cardenal Becciu?
Durante años, Becciu fue uno de los hombres más poderosos del Vaticano. Ocupó el tercer puesto en jerarquía como sustituto de la Secretaría de Estado y, por momentos, fue considerado papable.
Su puesto consistía en una especie de jefe de gabinete del Papa y figura clave en la administración interna de la Santa Sede. En 2018 fue nombrado prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, cargo desde el cual supervisaba los procesos de canonización.
Pero su carrera se vino abajo tras el escándalo por la compra opaca de un lujoso edificio en el centro de Londres, que costó a las arcas vaticanas más de 139 millones de euros.
Esta operación generó pérdidas millonarias para las finanzas vaticanas y destapó una red de personajes vinculados a manejos poco transparentes del dinero en la Santa Sede.
El juicio, celebrado en el propio Vaticano, lo condenó a cinco años y medio de prisión por malversación, abuso de poder y fraude fiscal. También fue inhabilitado de manera perpetua para ocupar cargos públicos dentro de la Santa Sede.
Tensión antes del cónclave en el Vaticano
Según El País, el caso Becciu se suma a otras exclusiones polémicas, como la del cardenal peruano Juan Luis Cipriani, a quien el Papa prohibió en secreto participar en un cónclave tras recibir una denuncia por abuso, y que solo se conoció años después.
Ahora, la tensión se traslada al Colegio Cardenalicio. Será su decano, Giovanni Battista Re, quien tenga que resolver el caso Becciu y decidir si puede o no ingresar a la Capilla Sixtina cuando llegue el momento de la votación. La decisión no solo sentará un precedente sobre los límites de la autoridad papal, sino que también pondrá a prueba la unidad del cuerpo cardenalicio.
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