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Entre enero de 2021 y septiembre de 2022, más de 2.250 ciudadanos del Reino Unido han sido obligados a abandonar los países miembros de la Unión Europea, según datos de Eurostat, la oficina de estadísticas del bloque. Según las cifras publicadas a finales del mes pasado, 2.285 ciudadanos del Reino Unido fueron expulsados desde el 1 de enero de 2021, cuando los ciudadanos británicos perdieron sus derechos de libre circulación dentro de la Unión Europea, hasta el tercer trimestre del año pasado.
En The Guardian se lee que los datos no especifican por qué las personas salieron de los demás países, pero algunos analistas se atreven a afirmar que las cifras equivaldrían “al recordatorio más claro posible” de las consecuencias del Brexit. Por ejemplo, Michaela Benson, profesora de la Universidad de Lancaster, quien codirigió varios proyectos de investigación sobre migración, ciudadanía e identidad después del Brexit, le comentó al diario británico que “los ciudadanos del Reino Unido ahora son ciudadanos de terceros países en la Unión Europea y, como tales, están sujetos a las leyes de inmigración nacionales”.
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Los datos de Eurostat muestran que, por ejemplo, Suecia representa casi la mitad de todos los ciudadanos británicos a los que se les ha ordenado salir (1.050) y los Países Bajos casi un tercio (615). Por su parte, Malta ha expulsado a 115 ciudadanos del Reino Unido, Francia a 95, Bélgica a 65, Dinamarca a 40, Alemania a 25 y Austria a 10, mientras que algunos países con grandes poblaciones de residentes británicos, incluidos España, Portugal e Italia, no informaron órdenes de expulsión. Al respecto, Benson le comentó a The Guardian que ese comportamiento podría tener que ver con las diferentes políticas de inmigración que manejan los países a nivel interno.
La académica hizo énfasis en que “no sabemos las razones precisas por las que se les dijo a las personas que se fueran, por lo que debemos ser cautelosos y no sacar demasiadas conclusiones definitivas. Sin embargo, este es el recordatorio más claro posible de que 26 estados de la Unión Europea, excepto Irlanda, pueden ejercer controles nacionales de inmigración sobre los ciudadanos del Reino Unido, que ahora son ciudadanos de terceros países, y muchos lo están haciendo. Eso es una consecuencia de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea”, se lee en The Guardian.
Como consecuencia del Brexit, catorce países, incluidos España, Alemania, Portugal e Italia, optaron por implementar sistemas que otorgan automáticamente un nuevo estatus de residencia a los británicos residentes legalmente, sin riesgo de perder derechos si se incumple algún plazo administrativo. Los otros 13 Estados establecieron un límite para que los ciudadanos británicos solicitaran un nuevo estatus de residencia. Si se supera ese límite, pasan a ser cobijados por las leyes estándar de inmigración, residencia y visa de terceros países.
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