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Peter Maurer, presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), terminó la visita de dos días a Rusia, donde se reunió con las autoridades rusas para discutir temas humanitarios. Durante la visita, Maurer sostuvo un encuentro con Sergey Lavrov, ministro de Relaciones Exteriores, y con el coronel general Alexander Fomin, ministro adjunto de Defensa. También se reunió con Pavel Savchuk, presidente de la Cruz Roja de la Federación de Rusia, y con Tatiana Moskalkova, comisionada para los Derechos Humanos.
“Mis conversaciones con las autoridades rusas forman parte de un diálogo bilateral vigente y sostenido entre el CICR y Rusia acerca de las necesidades humanitarias y el derecho internacional humanitario. La semana pasada estuve en Kiev y esta semana en Moscú; también he visitado varias veces la región del Dombás. Hablamos con todas las partes con un mismo objetivo: salvar vidas y reducir el sufrimiento durante los conflictos armados”, dijo la cabeza de la institución, que tiene como principio la neutralidad.
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Según se lee en el comunicado publicado en la página web de la entidad internacional, las reuniones se centraron en el conflicto armado en Ucrania, pero también abordaron cuestiones humanitarias en Siria. Con respecto a la situación que vive el país de Europa del este, las conversaciones abordaron la necesidad de facilitar los movimientos de las personas civiles para que puedan salir de las ciudades donde tienen lugar los enfrentamientos, así como la urgencia de que permitan el ingreso de ayuda humanitaria en esas ciudades. La Cruz Roja instó a las partes a acordar más pasos seguros y los detalles específicos para ponerlos en práctica, incluyendo, por ejemplo, la hora de inicio, duración y el lugar.
Otro punto central en la visita a Rusia fue la protección de la vida de las personas y de la infraestructura civil. “Donde sea que se encuentren, las personas civiles, y las que ya no participen directamente en las hostilidades, están protegidas por el derecho internacional humanitario. Todos los bienes y la infraestructura de carácter civil deben ser preservados de los ataques, en particular los hospitales, las escuelas, los sistemas de abastecimiento de agua y la infraestructura eléctrica. Los principios de proporcionalidad, distinción y precaución deben respetarse y ponerse en práctica en las operaciones militares para limitar el sufrimiento de las personas civiles”, se lee en el comunicado. Esta declaración se da en un contexto en el que cerca de 300 personas murieron tras el ataque a un teatro en la ciudad de Mariúpol y alrededor de 58 hospitales han sido impactados por los ataques. Además, según estimaciones de la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas, más de 1.000 civiles en Ucrania han muerto.
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