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Johnson, quien se niega a renunciar, de nuevo en apuros por el “partygate”

Un informe publicado este miércoles detalla las reuniones sociales que organizó el primer ministro británico en la sede de gobierno cuando estas estaban prohibidas por las restricciones por COVID-19.

25 de mayo de 2022 - 05:21 p. m.
Una reunión en Downing Street el 10 de noviembre de 2020, celebrando la despedida de un funcionario.
Una reunión en Downing Street el 10 de noviembre de 2020, celebrando la despedida de un funcionario.
Foto: Tomada del informe del Cabinet Office

El primer ministro británico, Boris Johnson, se enfrenta de nuevo al escarnio público. Tras varias semanas en las que el foco estuvo puesto sobre la gestión de la respuesta del mandatario a la guerra en Ucrania, el miércoles se divulgó el informe detallado elaborado por la funcionaria Sue Gray sobre el denominado “partygate”, un escándalo por cuenta de reuniones sociales en las que el mandatario participó en el 10 de Downing Street, la sede de gobierno, entre mayo de 2020 y abril de 2021, en medio de órdenes de estricto confinamiento por la COVID-19.

El informe incluye 9 fotografías de dos de las reuniones. En ellas se ve a Johnson en las oficinas de la residencia oficial brindando y celebrando con miembros de su gabinete. Previo a la publicación, una de estas imágenes se filtró al medio ITV News. La foto, donde el primer ministro está alzando una copa y frente a él hay una mesa con botellas de alcohol, es de una despedida a un colega en noviembre de 2020. En ese entonces había un pico de casos de COVID y estaban prohibidos los encuentros sociales en espacios cerrados.

Una versión preliminar del informe publicada en enero criticaba fallos de liderazgo en Downing Street. En la versión actual, además, se culpa al liderazgo del Gobierno de promover una cultura de la fiesta.

Horas después de la publicación, Johnson se presentó ante la Cámara de los Comunes. Allí, parlamentarios tanto de la oposición como del partido de gobierno rechazaron la conducta del jefe de estado y, algunos, pidieron su dimisión con el argumento de que el primer ministro les había mentido.

En diciembre de 2021 aparecieron las primeras versiones sobre los hechos. En una sesión el 8 de diciembre la parlamentaria laborista Catherine West le preguntó al primer ministro si hubo una fiesta en Downing Street el 13 de noviembre de 2020. Boris Johnson dijo ante el parlamento que no y que “pasara lo que pasara, se siguieron las directrices y se respetaron las normas en todo momento”. Luego de una investigación de la policía británica, se supo que hubo al menos ocho reuniones sociales.

De acuerdo con la investigación de Sue Gray, en estas reuniones hubo consumo excesivo de alcohol, altercados entre asistentes, personas sentándose unas sobre las piernas de otras y se hizo caso omiso de quienes advirtieron que las celebraciones no debían hacerse.

Quienes piden la renuncia de Johnson invocan el Código Ministerial del Reino Unido, el reglamento para ministros del gobierno. El código dice que “es de suma importancia que los ministros proporcionen información precisa y veraz al Parlamento, corrigiendo cualquier error inadvertido lo antes posible. Se espera que los ministros que deliberadamente engañen al Parlamento presenten su renuncia”.

Sin embargo, tal como explica un análisis de la BBC, la pregunta de la parlamentaria West fue por una ‘fiesta’ y esa palabra no está tipificada ni definida en ningún código. El primer ministro entonces podría decir, en su favor, que la investigación de Sue Gray no habla de ‘fiestas’ sino de ‘reuniones’.

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