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El día que Isabel II se reunió con el ministro dimisionario, Boris Johnson, y a su sucesora, Liz Truss, en el Palacio de Balmoral, saltaron las alarmas. Una mancha en la mano derecha confirmó lo que muchos temían: su salud se había deteriorado. El miércoles, los médicos se declararon “preocupados por su salud” y la pusieron bajo vigilancia profesional. “Tras una nueva evaluación esta mañana, los médicos de la reina están preocupados por la salud de Su Majestad y han recomendado que permanezca bajo vigilancia médica”, informó el Palacio de Buckingham.
“La reina sigue sintiéndose cómoda y se quedará en Balmoral”, donde suele pasar los finales de verano, agregó en un breve comunicado. Desde ese momento comenzaron a viajar hasta Escocia sus hijos y nietos; pero no todos lograron llegar a tiempo.
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La prensa británica cuenta que tan solo el príncipe Carlos, de 73 años, (hoy Carlos III) y la princesa Ana, de 72, lograron ver a su mamá con vida y despedirse de ella. Ana, según relata el periódico The Mirror ya estaba en Balmoral, a donde había llegado días antes para acompañar a su mamá. Ella la acompañó en los últimos actos públicos, antes de que cancelara su agenda.
El príncipe Andrés de 62, y el príncipe Eduardo, de 58, llegaron a la residencia situada 800 km al norte de Londres, cuando la reina ya había muerto.
Los hijos de Carlos, Guillermo, de 40 años y segundo en la línea sucesoria al trono, y Enrique, de 37 años, tampoco consiguieron despedirse de ella en vida. Este último se encontraba en Londres con su esposa Meghan para un acto caritativo, pese a que viven en California desde que en 2020 abandonaron la monarquía británica, asestando un duro golpe a la institución
La salud de la reina
La salud de la anciana monarca fue motivo de creciente preocupación desde que el pasado octubre se supo que había pasado una noche hospitalizada para someterse a “pruebas” médicas cuya naturaleza nunca se precisó.
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Desde entonces redujo considerablemente su agenda, sus apariciones en público son cada vez más escasas y en ellas se la ve a menudo caminando con dificultad ayudada por un bastón.
En los últimos años, Isabel II ha tenido que capear la pandemia -contrayendo un covid que la dejó muy cansada-, la devastadora muerte de su marido Felipe -fallecido en abril de 2021 con casi 100 años- y las diversas crisis de la familia real.
Isabel II estuvo prácticamente ausente de las celebraciones de su jubileo de platino, en que apareció sólo dos veces brevemente en el balcón del Palacio de Buckingham para saludar a las decenas de miles de personas allí reunidas.
Sin embargo, unas semanas después participó en varios actos públicos en Escocia, apareciendo sonriente y con un bastón en un desfile de las fuerzas armadas en Edimburgo a finales de junio.
Homenajes y funeral de la reina
El rey Carlos III partió este viernes por la mañana del castillo de Balmoral, en Escocia, con destino a Londres, donde por la tarde debe dirigirse a los británicos por primera vez desde la muerte de su madre Isabel II.
El nuevo soberano y su esposa, la reina consorte Camila, partieron en coche de la residencia de verano escocesa donde la reina, de 96 años, murió el jueves, poniendo fin a siete décadas de histórico reinado. Harry también partió rumbo a Londres para encontrarse con su esposa, Megan. Guillermo y el resto de la familia también dejaron el castillo para asumir los 7 días de duelos y homenajes que seguirán tras la muerte de la soberana.
Se especula que el funeral será el lunes 19 de septiembre, luego de días de ceremonias. Sin embargo, será el príncipe Carlos el que decida los detalles finales de la despedida de la reina Isabel II.
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