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Un tribunal italiano dictaminó que los descendientes del último monarca, Humberto II de Saboya, no pueden recuperar las joyas reales. La decisión se dio a conocer después de que los familiares demandaron al Estado europeo para recuperar las piezas, que durante casi 78 años estuvieron guardadas en el Banco de Italia.
Se trata de un conjunto de alhajas compuesto por más de 6.000 diamantes y 2.000 perlas, montadas en broches, collares y tiaras, que en conjunto suman un total de 300 millones de euros. Esos tesoros fueron utilizados por los miembros de la monarquía a lo largo de los 85 años de su existencia, hasta cuando esta fue abolida en 1946 y surgió la república.
La petición de la familia Saboya se basó en que, antes de su exilio, Humberto II le solicitó a un ministro de su confianza que el Banco de Italia custodiara las joyas, que, formalmente, no fueron confiscadas por el Estado, como ocurrió con otras propiedades de la familia real. El juez, tras un proceso que inició en 2022, argumentó que la demanda está “manifiestamente infundada”.
Olina Capolino, abogada del Banco de Italia y citada por The Guardian, celebró la decisión: “Como ciudadana, espero que el Estado pronto exponga estas joyas históricas en un museo”. Se espera que la familia del monarca lleve su caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. En su apelación exigirá que el Estado italiano le reembolse el valor de todas las propiedades que pertenecieron al último rey de la monarquía italiana.
¿Qué se sabe de las joyas de la realeza que la familia Saboya no recuperará?
El Banco de Italia recibió las piezas el 5 de junio de 1946, tres días después de que los italianos votaron en un referéndum a favor de abolir la monarquía y nueve días antes de que el rey Humberto II, que gobernó un poco más de 30 días, fuera desterrado junto a sus herederos hombres.
El monarca le entregó las joyas al abogado Falcone Lucifero, ministro de la Casa Real, quien a su vez las llevó al entonces gobernador de la Banca de Italia, Luigi Einaudi, quien luego se convirtió en el segundo presidente de la República Italiana. Hasta entonces estuvieron guardadas en el Palacio del Quirinal, la antigua residencia papal y de reyes en Roma.
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