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El cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, tiene en sus manos dos de las tareas más simbólicas y delicadas tras la muerte de un papa: presidir su funeral y encabezar los preparativos del cónclave.
Nacido en Borno en 1934, Re fue una figura clave en los cónclaves que eligieron a Benedicto XVI y a Francisco, y aunque no participará en la votación por su edad, será quien oficie la misa “Pro Pontifice Defuncto” este sábado 26 de abril, y luego la “Pro Eligendo Pontifice”, que marca el inicio formal del proceso para elegir al nuevo líder de la Iglesia Católica.
Re es uno de los cardenales con más trayectoria dentro del Vaticano. Doctor en derecho canónico, sirvió durante años en el servicio diplomático de la Santa Sede.
El cardenal Re trabajó en las nunciaturas en Panamá e Irán hasta 1971, cuando inició su servicio en la Secretaría de Estado, donde ocupó el cargo de Sustituto para Asuntos Generales (el número tres en la jerarquía vaticana) de 1989 a 2000.
De 2000 a 2010 fue prefecto de la Congregación para los Obispos, adquiriendo un profundo conocimiento del episcopado mundial. Fue nombrado cardenal por Juan Pablo II en 2001 y elegido decano en 2020. Aunque su mandato debía concluir en 2025, el papa Francisco lo prorrogó en febrero pasado, reconociendo su experiencia única y su profundo conocimiento de la Curia Romana.
Con más de seis décadas de servicio eclesiástico, Re es recordado por su estilo sobrio y su profunda influencia en los pasillos del Vaticano. Según la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, el decano no tiene autoridad directa sobre los cardenales electores, pero sí es responsable de convocar al cónclave y presidir las congregaciones generales previas a la elección.
También es quien debe preguntar al elegido si acepta su elección como pontífice y cuál será su nombre papal. Aunque esta vez no podrá entrar a la Capilla Sixtina, su rol sigue siendo clave para garantizar que el proceso se desarrolle con orden y legitimidad.
El cuerpo de Francisco será trasladado a Santa María la Mayor para el entierro a las 10:00 a.m. hora local (3:00 a. m., hora de Colombia), como expresó en su testamento, difundido horas después de su muerte.
“Deseo que mi último viaje terrenal culmine precisamente en este antiguo santuario mariano, donde siempre me detenía a orar al principio y al final de cada Viaje Apostólico”, declaró Francisco.
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