Rishi Sunak lo advirtió desde hace meses: la agenda fiscal de Liz Truss llevaría al país a una crisis sin precedentes. Ahora, este británico de 42 años, asumirá el cargo más importante de Gran Bretaña para tratar de reparar el daño que causó el caótico gobierno de Truss, quien renunció bajo presión tras la turbulencia que generó en los mercados.
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“Prometiste casi £40 mil millones de recortes de impuestos no financiados. Son £40 mil millones más de préstamos. Esa es la tarjeta de crédito del país, son nuestros hijos y nietos quienes tendrán que pagar la cuenta por eso”, le dijo Sunak a Truss en el primer debate que se llevó a cabo en julio. Muchos expertos también lo advirtieron: el plan económico de Truss era impulsar el crecimiento en una economía al borde de la recesión, sin embargo, el gobierno no explicó cómo lo pagaría, comentó David McMillan, profesor de Finanzas de la Universidad de Stirling, en The Conversation.
¿El resultado? La libra se desplomó a niveles históricos, los costos de endeudamiento del gobierno se dispararon, y el mercado hipotecario se puso patas arriba, como lo comentó Eshe Nelson del New York Times. Ese es el escenario que enfrenta el tercer líder de Gran Bretaña en siete semanas y el más joven en 200 años. “Ahora necesitamos estabilidad y unidad, y haré que sea mi máxima prioridad unir a mi partido y mi país”, comentó Sunak.
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En un principio, su actitud pesimista y el apego al conservadurismo fiscal impidieron que él fuera nombrado en septiembre, pero fue justamente su pronóstico el que le abrió el camino para convertirse ahora en el líder del partido. “Mucha gente lo está pensando, ‘él tenía razón y Truss estaba equivocada’ y lo han demostrado con creces”, le comentó al Times Jill Rutter, exfuncionaria pública y miembro del Instituto de Gobierno, un grupo de investigación con sede en Londres. “El Reino Unido ha pagado un alto precio por eso y seguirá pagando un alto precio por la pérdida de credibilidad”, agregó.
Y precisamente ese es uno de los retos que enfrenta: luchar contra el desprestigio de los tories y tratar de unir a su partido. “En un principio, pareciera que hay un esfuerzo del Partido Conservador por sacar las cosas adelante; el ala más hacia la izquierda sostuvo que no iba a apoyar a ningún candidato para evitar divisiones. Pero todo puede cambiar rápidamente, pues Sunak debe nombrar a personas de la derecha, las que apoyan a Boris Johnson, pese a que él hace parte de la facción más liberal. Esto para tratar de mantener las cosas a flote”, le comentó a este diario Mathew Charles, profesor en la Facultad de Ciencia Política de la Universidad del Rosario.
🗒️🗒️ Un dato: Una encuesta publicada por YouGov el 20 de octubre arroja que el 77 % de los británicos desaprueba al gobierno. Este es el porcentaje más alto que ha registrado esta encuestadora en 11 años de seguimiento. De ahí que el nuevo primer ministro puede tener problemas con los partidos de la oposición, quienes han pedido adelantar las elecciones generales previstas para 2025. “Estos comicios serían fatales para el partido. Los sondeos muestran que estaríamos hablando de una extinción total para los conservadores”, dice Charles.
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¿Otro reto? Ganarse a los británicos. “Es un avance que sea el primero en el cargo con orígenes asiáticos, pero también es una de las personas más ricas del país. El argumento es que él no entiende las luchas de los británicos, menos ahora cuando los precios están en las nubes”, agregó Charles.
Sunak, un exbanquero, y su esposa, la heredera tecnológica india Akshata Murty, tienen una fortuna estimada de unos 830 millones de dólares, según Sunday Times Rich List. “Esta puede ser la primera vez en la historia que los residentes de Downing Street son más ricos que los del Palacio de Buckingham”, comentó Karla Adam del Washington Post.
El problema no es su fortuna, sino los escándalos fiscales: a principios de este año, cuándo él era ministro de Finanzas, su esposa enfrentó varios cuestionamientos después de que presentó una declaración como residente no domiciliada, “lo que le permitió evitar pagar impuestos británicos sobre los ingresos sustanciales que obtuvo en el extranjero”, explicó Adam. Después de varios días de titulares negativos, ella se ofreció a pagar el impuesto adicional.
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Todo esto en un contraste tremendo: el Reino Unido enfrenta una inflación que se acerca a un máximo histórico, una recesión que podría durar hasta 2024, según datos del Banco de Inglaterra, y una confianza del consumidor que está en el piso. Sin decir que las facturas de energía podrían aumentar hasta un 80 %, y podrían volver a subir en enero. Retos que justamente tendrá que asumir el nuevo primer ministro.
“Va a enfrentar problemas con el sistema de salud; hay muchas personas que siguen esperando sus citas con especialistas y no han podido acceder a cirugías. Además, vamos a tener paros no solo en el sistema de transporte, sino también es posible que los profesores y las enfermeras se unan a esas protestas. No solo es la crisis energética, en términos generales, la gente está insatisfecha y saldrá a las calles, sobre todo en invierno cuando las cosas pueden complicarse”, agregó Mathew Charles.
¿Qué propone Sunak? Ese es otro problema...
“Si pensamos en democracia, estamos hablando de un hombre que ha llegado a ser primer ministro sin escuchar cuáles son sus soluciones”, comenta Charles. Ese es el mismo reclamo de los laboristas y de algunos británicos. “Creo que deberíamos haber tenido elecciones generales debido a todos los errores que cometieron los dos primeros ministros anteriores”, dijo Anne Bagley, de 63 años, trabajadora del Servicio Nacional de Salud del noreste de Inglaterra, al Times.
Sunak llegó al puesto solo con el aval de la mitad de los diputados conservadores, pero sin someterse a una votación, pues de la carrera se retiró el ex primer ministro Boris Johnson, mientras que Penny Mordaunt, la otra aspirante, no logró tener los avales suficientes. “Esto ha sido una coronación, no una elección real. Nadie le ha votado”, comentó Angela Rayner, número dos del Partido Laborista, según datos de El País de España.
Pero su experiencia económica y sus medidas para hacerle frente a la pandemia lograron convencer a una mayoría importante de los diputados. Sin decir que Sunak es un “brexitero” reconocido entre sus colegas, como lo dijo Rafa de Miguel, del mismo diario español: “Ha sido sobre todo su inmaculado compromiso con la causa euroescéptica lo que ha hecho que pesos pesados del ala dura del partido —David Davis, David Frost, Steve Baker, Suella Braverman…— se hayan inclinado por Sunak, y hayan dado definitivamente la espalda a la apuesta de alto riesgo que suponía Johnson”.
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En sus debates en los que se enfrentó a Truss hace unos meses, Sunak sostuvo que la máxima prioridad era controlar la inflación, y apoyó impuestos más bajos a largo plazo. También dijo que cumpliría con el plan para aumentar el impuesto de sociedades en 2023, y reformaría algunos asuntos fiscales para premiar a las empresas que invierten y evitar penalizar a las pequeñas y medianas empresas.
“Por ahora, él dice que continuaría con los planes de Johnson de apoyar a los más pobres, y a las comunidades más afectadas al norte, donde hay problemas de infraestructura serios. El plan sería volver esta región más competitiva. Sin embargo, la pregunta sería la de siempre, ¿de dónde va a venir la plata? Si él empieza a subir los impuestos, eso iría en contra de la filosofía de su partido”, comentó Mathew Charles.
Antes de cerrar, otro reto clave: Sunak no quiere comprometerse y gastar el 3 % del presupuesto en defensa, como es la obligación de los países de la OTAN, según explica el analista. “Esto es importante porque Ben Wallace, el ministro de Defensa, siempre ha dicho que si eso no pasa, él va a renunciar. Si esto ocurre, llegaría otro episodio de inestabilidad porque él es muy popular entre los miembros del parlamento, y siempre ha sido el favorito para ser el próximo primer ministro. Él, por ahora, no quiso lanzarse al cargo. Pero si llega a dimitir, eso generaría mucha inestabilidad”, agregó Charles.
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