Estados Unidos no encuentra la calma. Desde el 25 de mayo cuando Derek Chauvin, un policía blanco de Minneapolis presionó durante nueve minutos su rodilla contra el cuello de George Floyd causándole la muerte, las protestas en contra del abuso policial y el racismo no cesan ni en ese país ni en otros países que decidieron sumarse a las quejas desde EE. UU. para gritar que en sus propios territorios el racismo también existe. Y la sociedad lo ampara.
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En medio de la grave situación, que el presidente Donald Trump ha decidido condenar cuando no ignorar (igual que hizo con la pandemia), otro hecho de abuso policial en Atlanta le sumó más leña al fuego: un agente blanco mató a tiros el viernes al joven negro Rayshard Brooks.
Un portavoz de la Policía de Atlanta, Carlos Campos, dijo a primera hora del domingo a varios medios que el agente que disparó a Brooks, identificado como Garrett Rolfe, fue despedido, mientras que su compañero Devin Bronsan, que participó en un forcejeo con la víctima, se encuentra de baja administrativa.
Rolfe tiene 27 años, la misma edad que el afroamericano que murió debido a sus disparos, y trabajaba en el Departamento de Policía de Atlanta desde 2013, explicó el portavoz a ABC News.
La muerte de Brooks, en plena ola de protestas en EE. UU. por la violencia policial contra los afroamericanos, causó una profunda conmoción y provocó este sábado la dimisión de la jefa de Policía de la ciudad, Erika Shields.
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Centenares de manifestantes bloquearon el sábado una carretera interestatal y prendieron fuego al local de la cadena Wendy's, cerca del cual Rayshard Brooks, de 27 años, murió el viernes de un disparo de la policía, informaron medios locales.
La alcaldesa Keisha Lance Bottoms, cuyo nombre suena como posible candidata para acompañar al candidato presidencial demócrata Joe Biden, anunció más temprano que la jefa de policía de Atlanta, Erika Shields, con más de dos décadas de trabajo en ese departamento, "ofreció retirarse inmediatamente" del cargo.
Informe oficial
Según un informe oficial, Brooks había estado durmiendo en su automóvil afuera de un restaurante de la cadena Wendy’s, y los empleados llamaron a la policía para quejarse de que estaba bloqueando a clientes. Brooks estaba alcoholizado y se resistió cuando dos policías blancos intentaron arrestarlo, señaló la Oficina de Investigación de Georgia (GBI).
Las imágenes del incidente, difundidas el domingo por la policía, muestran una pelea entre los agentes y el sospechoso, que logra apoderarse de la pistola Taser (arma inmovilizadora) de un oficial y escapa.
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Pero mientras el GBI sostiene que que “Brooks se volvió y apuntó con el Taser al oficial, que utilizó su arma”, las imágenes muestran que el sospechoso le da la espalda al policía cuando éste dispara y lo hiere. Brooks fue llevado a un hospital pero murió después de la cirugía. Un oficial resultó herido.
“En Georgia el Taser no es un arma letal. Los refuerzos llegaron creo que dos minutos después. Lo hubiesen podido acorralar y atrapar. ¿Por qué tuvieron que matarlo? (El policía) tenía otras opciones que dispararle por la espalda”, dijo a periodistas.
Brooks tenía cuatro hijos y había celebrado el cumpleaños de su hija de ocho años el viernes, dijo el abogado.
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Es el 48° caso de tiroteo con policías implicados que investiga el GBI desde comienzos de año, señaló el diario local Atlanta Journal-Constitution. En 15 de esos tiroteos, hubo muertos.
En Europa, las manifestaciones contra el racismo y la violencia policial continuaron este domingo en Berlín, Alemania, con la formación de una cadena humana con el debido distanciamiento social en razón de la pandemia de covid-19.