El presidente electo de ultraderecha Jair Bolsonaro prometió este lunes gobernar Brasil "en beneficio de todos, sin distinción de origen social, raza, sexo, color, edad o religión".
"A partir del 1 de enero, seré el presidente de los 210 millones de brasileños", proclamó en una ceremonia en el Tribunal Superior Electoral (TSE) en Brasilia el excapitán del Ejército, que a lo largo de su carrera generó polémicas por incontables declaraciones racistas, homófobas y misóginas.
En el acto, durante el cual recibió el "diploma" que lo habilita a asumir la Presidencia tras el examen de sus cuentas de campaña, Bolsonaro agradeció "especialmente a los 57 millones de brasileños" (55% de los votantes) que lo apoyaron en la segunda vuelta del 28 de octubre, frente al izquierdista Fernando Haddad (45%).
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Al iniciar su alocución, de unos diez minutos, agradeció "a Dios por estar vivo", en referencia a la puñalada en el abdomen que le asestó durante un mitin el 6 de septiembre un exmilitante de izquierda.
El mandatario electo, de 63 años, carga aún una bolsa de colostomía que le debe ser retirada en enero.
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"Con humildad, coraje y perseverancia, y con fe en Dios para iluminar mis decisiones, me dedicaré al objetivo que nos une: la construcción de un Brasil próspero, justo, seguro, que ocupe el lugar que le corresponde entre las grandes naciones del mundo", prosiguió.
"Todos conocemos las reivindicaciones de la población brasileña: seguridad pública y combate al crimen, igualdad de oportunidades con respeto al mérito y al esfuerzo individual", declaró.
"Siempre en el marco de la Constitución federal, nuestro deber es trasformar esas ansias en realidad", aclaró.
Bolsonaro, exparacaidista que durante casi tres décadas fue diputado, protagonizó a lo largo de su carrera numerosas polémicas, justificando la tortura durante el régimen militar (1964-1985) o diciéndole a una diputada de izquierda que "no merece ser violada porque es muy fea".
Durante la campaña, prometió flexibilizar el porte de armas y "barrer a los bandidos rojos", a quienes no les quedaría más opción que el exilio o la cárcel.